martes, septiembre 18, 2012

Desaparición y aparición en tractor

Campos de Castilla, ovejas, Álvaro...

Los pastores descansan bajo la sombra de las encinas mientras vigilan a las ovejas que pastan contentas entre las briznas de trigo que ha dejado la segadora por los campos segovianos. Paso junto a ellos, les saludo y percibo cómo ocultan su risa. Sí, ahora todos me conocen, todos saben que soy la "histérica urbanita"
La leyenda se forjó una tarde de agosto, al volver de un paseo, al oír la desesperación de Alejandro.  
─¡Emma, Álvaro no está en ningún sitio y lo peor es que su bici está tirada en la entrada del pueblo! ─gritó con voz entrecortada el gran amigo de Diego que pasaba una semana con nosotros en Segovia.
Al estilo cowboy, Alonso bajó la escopeta de perdigones con la que disparaba a unos botes de coca-cola y me miró extrañado.
─Qué raro, Álvaro nunca se separa de su bici ─reflexionó en voz alta mi John Wayne─, se habrá ido con algún amigo.
El reloj marcaba las siete y media de la tarde.
La tranquilidad reinó un tiempo, hasta que fue empujada por la intranquilidad y empezamos a buscarle.
Diego y Alejandro abarcaron todo el pueblo con sus bicis. Alonso y yo empezamos a preguntar a la gente. Nadie le había visto y todos los niños de la "pandilla" estaban jugando en el mismo sitio.
¿Dónde se habría ido Álvaro solo?
Mi inquietud se extendió como la pólvora, pero nadie se alteraba. Todos pensaban que estaría en el río cazando ranas o largatijas. "¡Pero él no se va sin su bici!", intentaba explicar.
Las nueve y media. La noche empezaba a oscurecer las calles, el campo y mi nerviosismo era patente. Mis gritos, también.
De pronto, Mercedes se acercó a mí.
─Emma, Juan tampoco está.
Respiré tranquila. Seguro que Álvaro se había ido con él, su amigo. Una vecina gritó desde la oscuridad, no pude verla, solo escuché una frase.
─Tranquilos, Álvaro está en el pueblo de al lado se ha ido en el tractor de Ignacio, el padre de Juan.
A las diez, Álvaro apareció feliz y contento.
─¡Mamá, Ignacio me ha dejado conducir el tractor!
─Ven aquí para que te coma a besos y te regañe... Ay, qué susto rural me has dado.


"Esta soy yo, asustada y decidida..." (Letra del "Sueño de Morfeo")

P.D.1: Al día siguiente la historia de la desaparición y aparición de Álvaro en tractor era sabida en todos los pueblos de alrededor y me convertí en la histérica urbanita, pero no pienso renegar de mí misma. ;-)

P.D.2: Para aumentar la leyenda, participé en el primer Torneo femenino de pádel de la región, junto a mi amiga Consuelo. Por la mañana salimos vencedoras de nuestra serie, pero al final quedamos en cuarta posición. Todo un mérito para ser mi primer torneo. Mis gritos en el partido aumentaron mi calificativo de histérica urbanita