sábado, abril 08, 2017

Mis taras cinéfilas

Dreyfuss y su puré de patatas

Debo confesar que cada vez que preparo un puré de patatas me acuerdo de Richard Dreyfuss  esculpiendo la Torre del Diablo en su plato con la masa de patatas. Una obsesión por la invasión extraterrestre que le torturaba en la película "Encuentros en la tercera fase" y, pasados los años, me persigue en la cocina. 


Torrijas al estilo americano
En Semana Santa, época de torrijas, recuerdo la ineptitud de mi querido y desastroso (culinariamente hablando) Dustin Hoffman al preparar a su hijo unas tostadas francesas para desayunar. Al final de "Kramer contra Kramer", dramón con el que lloré un río, se convierte en un auténtico experto como padre y como cocinero.


"El padrino III" y "Como agua para chocolate"

La cocina en el cine también despierta pasión, como los dedos de mi morenazo Andy García deslizándose por la masa para preparar los ñoquis y seducir a Sofia Coppola. 
En la genial adaptación del libro de Laura Esquivel, "Como agua para chocolate", se desata la misma magia y fantasía culinaria que siento cuando organizo algún evento en casa. 




Y cuando como sushi siempre sonrío al recordar la cómica escena de Jean Reno devorando el wasabi como si fuera guacamole.



Aunque mi mayor tara cinéfila se desencadena cuando algún coche me hace una jugarreta. Entonces grito "Towanda" al estilo Kathy Bates en "Tomates verdes fritos" y embisto al infractor con mi superauto analógico. 
Eso es lo bueno del cine, que justifica muchos de nuestros locos actos.

PD: Por supuesto, todas mis taras nacieron en "Tara". Y quien no sepa qué es Tara tiene un grave problema cinematográfico. 


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