La sala de espera está llena de butifarras, longanizas y morcillas. La pantalla se ilumina cada cinco minutos y nombra a la "desafortunada".
─Butifarra López, sala 15.
Al cabo de unos minutos, la pantalla lumínica me llama.
─Morcillita Peña, sala 13.
Entro en la consulta, observo a mi carnicera y detecto cómo su sonrisa intenta ocultar sus intenciones: convertirme en fideo.
─Buenos días, ¿por qué has venido a la consulta?
─Me gustaría engordar.
Me encanta descolocar a la gente.
─¿Qué?
─¡Es broma! ─exclamó entre risas, pero noto su gesto de pánico, ¿habrá entrado una loca en la consulta? ─, como muestra mi contundente cuerpo, me gustaría adelgazar. Dejé de fumar hace dos años y lo que no he fumado me lo he comido.
Poco a poco la carnicera coge confianza, pero antes de que inicie su interrogatorio opto por resumir mi historial clínico, mis operaciones y entro en materia.
─Soy adicta a la coca-cola light, casi no bebo agua, me encanta comer, cocino de maravilla, bebo vino; si salgo, algún gin-tonic y, aunque no lo parezca, juego al pádel y nado. Sí, me gustaría adelgazar, pero no una barbaridad, que yo solo he estado delgada cuando he tenido problemas y no me sienta bien. Vamos, que le tengo cariño a mis lorcillas y tampoco aspiro a ser modelo de pasarela. En mi contra debo alegar mi carácter optimista y mi alta autoestima.
─¿Qué tiene que ver su carácter con los kilos de más?
─Que en el fondo no me agobian mucho esos kilillos: soy más feliz disfrutando de una buena cena entre amigos, unas copas con mi pareja o unas palomitas en el cine con mis hijos que luciendo palmito. Que por mi carácter positivo siempre encuentro excusas para saltarme la dieta, que me rio de mí misma y que además tengo más suerte que muchas delgadas.
─¿Por?
─Porque hay delgadas que por mucho que adelgacen seguirán siendo feas y yo soy guapa.
─¡Menuda autoestima!
─Ya te lo he dicho, ese es mi mayor problema, mi falta de complejos: verme guapa, seductora, gustar a mis hombres...
─¿Quieres que te ponga la dieta?
─Venga, vamos a intentarlo.
─Butifarra López, sala 15.
Al cabo de unos minutos, la pantalla lumínica me llama.
─Morcillita Peña, sala 13.
Entro en la consulta, observo a mi carnicera y detecto cómo su sonrisa intenta ocultar sus intenciones: convertirme en fideo.
─Buenos días, ¿por qué has venido a la consulta?
─Me gustaría engordar.
Me encanta descolocar a la gente.
─¿Qué?
─¡Es broma! ─exclamó entre risas, pero noto su gesto de pánico, ¿habrá entrado una loca en la consulta? ─, como muestra mi contundente cuerpo, me gustaría adelgazar. Dejé de fumar hace dos años y lo que no he fumado me lo he comido.
Poco a poco la carnicera coge confianza, pero antes de que inicie su interrogatorio opto por resumir mi historial clínico, mis operaciones y entro en materia.
─Soy adicta a la coca-cola light, casi no bebo agua, me encanta comer, cocino de maravilla, bebo vino; si salgo, algún gin-tonic y, aunque no lo parezca, juego al pádel y nado. Sí, me gustaría adelgazar, pero no una barbaridad, que yo solo he estado delgada cuando he tenido problemas y no me sienta bien. Vamos, que le tengo cariño a mis lorcillas y tampoco aspiro a ser modelo de pasarela. En mi contra debo alegar mi carácter optimista y mi alta autoestima.
─¿Qué tiene que ver su carácter con los kilos de más?
─Que en el fondo no me agobian mucho esos kilillos: soy más feliz disfrutando de una buena cena entre amigos, unas copas con mi pareja o unas palomitas en el cine con mis hijos que luciendo palmito. Que por mi carácter positivo siempre encuentro excusas para saltarme la dieta, que me rio de mí misma y que además tengo más suerte que muchas delgadas.
─¿Por?
─Porque hay delgadas que por mucho que adelgacen seguirán siendo feas y yo soy guapa.
─¡Menuda autoestima!
─Ya te lo he dicho, ese es mi mayor problema, mi falta de complejos: verme guapa, seductora, gustar a mis hombres...
─¿Quieres que te ponga la dieta?
─Venga, vamos a intentarlo.
¿para que vas a la "gordóloga" si estás estupenda?
ResponderEliminarTú sí que me quieres... Ay, no me digas esas cosas que mi autoestima se crece y abandono mi plan sin haberlo empezado ;-)
ResponderEliminarVamos, que esto lo consigues tu con la gorra, solo para estar "entradita encarnes"
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