jueves, marzo 26, 2020

Hagas lo que hagas... (Coronavirus 5)


¡Qué locura! En la mayoría de mis chats femeninos ha aumentado el erotismo y el humor: el baile del chino pelota, el marido que se cuela en calzoncillos en el salón mientras su mujer da clase a sus alumnos vía Skype, la chica que en plena conversación de Zoom se lleva el móvil al baño y todo el mundo la ve hacer pis o la recomendación sexual que le hace el hada madrina a Cenicienta. Siempre me he reído con los chistes absurdos (¡me trastornan!) y reconozco que con estos vídeos me desternillo. 
     En esta época de confinamiento y tristeza os voy a confesar un principio que rige mi vida. No es fácil hacerlo público pero ellas, mis amigas, saben que es cierto, un dogma inquebrantable aunque no sea ni fino ni estiloso. Ahí va: "Hagas lo que hagas, ponte bragas". Claro y conciso. Y ahora, por la situación que estamos viviendo, he creado el dogma 2: "Hagas lo que hagas, tíñete las canas". Sé que hay defensoras de lo natural y argumentan que la cana es bella. Y sí, estoy de acuerdo, los hombres con canas me encantan, pero no en las mujeres, salvo para aquellas que tienen todo el pelo níveo. Esta mañana al quitarme las legañas he contemplado las primeras alarmas blancas sobre mi cabeza, me he ido al supermercado y he deambulado como una loca entre los pasillos, no en busca de papel higiénico, lejía o latas de atún. No, he buscado desesperada un producto de primera necesidad... ¡El tinte del pelo para tapar mis canas!
   Objetivo cumplido: pelo teñido y de paso un buen tajo a la melena. 

lunes, marzo 23, 2020

Mascarillas de sonrisas (Coronavirus 4)

Cada día es más difícil estar alegre. El sábado falleció el padre de mi amiga Montse y ni siquiera lo pudo velar, ni llorar a su lado. Tan frío que el cariño de los amigos solo le llegó por whatsapp. Lo mismo sucedió la semana pasada con Salvador, el vecino de mi madre. Puerta con puerta toda la vida. La madre de mi amiga Fabiola ya no está en el hospital porque necesitaban más camas para los pacientes con coronavirus. Ella y sus dolores se han ido a su casa. Y allí está, confinada. Y hoy, un mazazo: habilitan la pista de hielo del Palacio de Hielo como una morgue tras el colapso de las funerarias. La vida está siendo muy dura, pero vamos a buscar las sonrisas del día, aunque cueste.



Vídeos
«Un día te despiertas con el ánimo bajo y nadando en el mar llamado "soledad". De repente recibes mensajes y un vídeo de una amiga. Las emociones a flor de piel se convierten en cascadas de lágrimas cayendo en una sonrisa», escribió mi hijo Diego al ver que su amiga Patricia había creado este vídeo con la letra de su último poema. Vedlo, por favor. Y sí, es pasión de madre. Tan bonito.




Mascarillas
No pienso desvelar las identidades de los que se ocultan bajo estas mascarillas, pero sé que muchos los reconoceréis. Aunque sea un drama taparse la cara o ponerse guantes, hay que intentar sonreír. Y los que aquí aparecen siempre han sido muy gansos.




Vinos, cervezas... Y amigos
"Chicos, descargaos Zoom, que el viernes por la noche nos vamos de tapas virtuales". Y a la hora establecida estábamos todos con nuestras copas, nuestros pinchos y la amistad a distancia.
"Chicos, el domingo tomamos el aperitivo a la una". Y de nuevo, cómo no, a brindar desde la distancia... Ay, me encantan las nuevas tecnologías. ¡Os dejo que me llaman por Zoom!


Otras entradas
Sonrisas confinadas
Que vienen curvas
Coronavirus positivo 1

viernes, marzo 20, 2020

Sonrisas confinadas (Coronavirus 3)

Intentemos llenar la vida confinada de sonrisas.


Vídeos
Hace dos años nos reunimos en un grupo de whatsapp todos los compañeros que estudiamos COU en el colegio FEM y organizamos una gran fiesta con vídeo nostálgico incluido (mil gracias, Félix). Ha pasado el tiempo y seguimos conectados con Chema en Australia, con Javier y Elena en Brasil, con Andrés, que juega al despiste, o Rokiski en Castellón. Muchos estamos en Madrid y varios por los alrededores. El confinamiento ha reactivado el grupo y ayer, desde Canarias, el gran guitarrista Pepe Serna nos deleitó con su último tema. Gracias, artista.


Inglés
Desde hace años, todos los martes y jueves acudo a mi clase de inglés en el periódico: la mejor terapia para aprender y, sobre todo, reír. La culpa de tantas risas y sonrisas es de Daniel, nuestro profesor, que a veces no hay quién entienda su perfecto "inglispitinglis". Menos mal que ahora, a pesar del confinamiento, las clases son virtuales. ¡Cuánto me alegra compartir una hora con mi profe y mis compañeros! Very, very good.

Hijo poeta
Hoy mi hijo, de nuevo, me ha vuelto a sorprender con sus escritos.


Día del padre
No puedo evitar hacer cosillas, gilipolleces que hacen que el tiempo vuele. En este atípico día del padre, nada mejor que decorar una piedra con su nombre. ¡Feliz día a los papis y josés!


jueves, marzo 19, 2020

Que vienen curvas. (Coronavirus 2)

Yo soy muy de curvas, muy de sonrisas. Así que vamos a derrapar con unas cuantas alegrías.


Vídeos
Mi amigo Basi es muy terco, no por maño sino por vasco, y ha decidido retar a los hombres del grupo de whatsapp al juego del papel higiénico (un bien preciado en esta época). Solo él lo ha conseguido, un crack. ¿O es que tiene una espinita clavada por no ganar el premio de  Tapas Chef 2019?
Love you


Gorda pelota
Me imagino que mi gordóloga lo entenderá, o no, pero estar tantos días confinada invita a cocinar caprichos, a mimar el estómago y el paladar. ¿Quién se puede resistir al flan casero o al bizcocho de limón? Yo no.

Amor
No entiendo las ideas políticas de mi hijo, nuestras sobremesas están plagadas de rifirrafes dialécticos o batallas musicales por un tal Bad Bunny... Pero cuando leo los tuits de amor que publica para su chica pienso que no lo he hecho tan mal.


Adivina, adivinanza
Me encanta tentar a las neuronas de la gente.

Mercadona
-Señora, por favor, no ponga la compra en la cinta hasta que termine la joven de colocar sus bolsas en el carro.
Joder, qué emoción, que la joven era yo. Subidón, subidón.

miércoles, marzo 18, 2020

Coronavirus "positivo" (1)

No lo puedo evitar, me encanta sacar punta al lado bueno de las cosas. En esta situación de confinamiento obligado, he decidido destacar la parte positiva. No deseo quitarle importancia al coronavirus pero, por lo menos, vamos a intentar sonreír.


Vídeos
Mi amigo Javier es un adicto al pádel. Como no puede jugar, cada mañana realiza una coreografía musical simulando un intenso entrenamiento. Genial.


Conexiones
Por las noches conecto por videocámara con mis hermanos, que son unos gansos, y mi madre. Risas aseguradas. Y Roberto, que no quiere perder su fantástica forma física aunque le hayan cancelado la media maratón, nos retransmite sus logros deportivos: subir más de 100 pisos y dar cien mil vueltas por el jardín. Eso sí, está un poco mareado.




Adivina, adivinanza 
La idea se la copié a Mónica Arrizabalaga: una adivinanza al día que vuela por todos mis grupos de whatsapp. ¡Neuronas a pensar!

¡Pechos fuera!
Ay, qué bien, no hace falta ponerse el sujetador. ¡Viva la libertad! Eso sí, los pendientes son imprescindibles. Además, el ahorro cosmético está asegurado: nada de maquillaje, rímel o pintalabios. Es el momento de dar un respiro a nuestra piel y purificarla. 

Familia perfecta
En casa se pegan por pasear a la perra, ir a la compra o sacar la basura. ¡Qué bien educados los tengo! ¿O será que quieren salir de casa sea como sea? Y Yoda, nuestra perra, feliz por estar siempre con nosotros.



Mañana, más, que hay que alimentar la alegría y, por supuesto, se aceptan las ideas alegres de cada uno de vosotros.

martes, marzo 10, 2020

¡Culos limpios!


Lo reconozco, me he dejado llevar por la histeria que domina la ciudad y me he ido a primera hora de la mañana a Mercadona para almacenar víveres en la despensa y evitar que mis cachorros fallezcan por inanición. A las nueve y cuarto de la mañana ya había cola para entrar en el parking y he gritado al estilo Rambo "Dios mío, ¡esto es un infierno!". Después de veinte minutos de espera he logrado entrar. Un pijo de pelo engominado ha querido quitarme el sitio del aparcamiento, el muy capullo. No me lo he pensado dos veces: he acelerado, hecho un quiebro con mi superbólido mientras aullaba "¡towanda!" como mi adorada Kathy Bates en Tomates verdes fritos. En el supermercado la batalla era como los Juegos del hambre. Me he tensado, he agarrado el carro y he corrido como una loca por los pasillos: una caja de leche, champú, carne, tomates, calabacines... Sin ton ni son. De pronto me he fijado en los carros de mis contrincantes: ¡todos llevaban papel higiénico! He acelerado hasta el pasillo de la celulosa, he derrapado y me he tirado en plancha a por los dos únicos paquetes que sobrevivían en el estante. ¡Lo tengo, he ganado, soy la caña de España!
Conseguido, habrá coronavirus, será una hecatombe pero con el culo limpio, que yo soy muy de "hagas lo que hagas, ponte bragas". Eso sí, limpias.
¡Feliz confinamiento!

martes, marzo 03, 2020

Mi abuela cumple 100 años

La abuela, rodeada por sus hijos, nietos y bisnietos

L
a enorme mesa del salón con su mantel de hilo, la vajilla alineada, la cubertería de plata, los platitos de pan y, al fondo, ella presidiendo. El orden a la hora de servir era inamovible: primero las mujeres de mayor a menor edad y luego los hombres. Siempre así. Sentarse en la gran mesa de caoba, la de adultos, indicaba que la infancia se había esfumado y era hora de asumir responsabilidades y, sobre todo, modales.  
    Mis vivencias con mi abuela tienen sabor a uvas ─las de la parra que bordea el jardín de la casa de Oliete y ella cada verano cortaba con las tijeras de podar─, a huevos encapotados, crema catalana y ensalada de espinacas con gulas. Y el aperitivo, un clásico del día a día, porque la vida no se entiende sin un vaso de vino rosado (el agua para los peces), sin picotear un poco de queso, unas patatas fritas o unas endivias con cangrejo. Doña María Pinto ─señora de Marcos Peña, mi abuela, una mujer de carácter─ acaba de cumplir 100 años. Una larga partida de póker en la que, como es habitual, ha ganado. 
    La gran mesa de caoba está cubierta con un mantel de hilo. Sobre ella, bandejas de comida. Alrededor, sus hijos, nietos y bisnietos. Todos juntos para celebrar su cumpleaños, para brindar con champán, soplar las velas y no dejar escapar este maravilloso momento de felicidad y amor, mucho amor.
¡Cienes de felicidades, abuela!