miércoles, febrero 19, 2020

Libros con mucho argumento

Mis amigas del barrio, mis últimos libros

La mayor parte de los libros que copan las estanterías de mi casa tienen su propia historia. Algunos me trasladan a lugares donde viajé, a épocas tristes y alegres de mi vida o me recuerdan a personas con las que he compartido amistad, cariño o amor. 

La hija del relojero (Kate Morton. Suma)
Una mañana de agosto, al mirar el calendario, descubrí que mi infancia y mi juventud se habían escapado. Ese golpe de nostalgia me dejó noqueda, repasé mi vida sin llegar a mirar la luz al final del túnel y una necesidad nació en mí:  organizar una superfiesta con las grandes mujeres que me han acompañado en mi pequeña andadura. En ella no podía faltar mi amiga María, mi compañera de patio, del barrio. Muchos secretos, confidencias y muchas lecturas compartidas. Su regalo, el libro La hija del relojero.
    La primera novela que leí de Kate Morton, El Jardín olvidado, me atrapó. En cambio, La hija del relojero no engancha con esa fuerza. La historia se desvanece entre secundarios que alejan la atención de la trama principal y no logran cautivar al lector.   
    Lo mejor del libro: la dedicatoria de mi amiga María, un mensaje que llega al corazón. 

Gemelos y otros relatos inviables (Pablo Martínez Pita. Amazon)
A Pablo, el autor de esta magnífica novela, lo conocí en la antigua redacción del suplemento "Blanco y Negro" de ABC. Desde entonces hasta ahora han pasado algunos lustros, "ocio", cenas y, sobre todo, amistad.  Hace un par de años giró en redondo el timón de su nave y apostó por una nueva vida alejada del bullicio de la redacción. En su tiempo libre recopiló sus relatos y se lanzó a publicar su primera novela. 
   Gemelos y otros relatos inviables es la apuesta segura para sonreír y reír con el humor, las situaciones surrealistas y originales aventuras que relata con gran arte Pablo Martínez Pita. Una lectura imprescindible.

El último beso (James Crumley. Black Salamandra)
Si eres amante de los detectives fracasados y las historias de femmes fatales; si adoras recorrer los desiertos de Estados Unidos en coches destartalados y ahogar las penas en un viejo tugurio con un buen bourbon junto a un gruñón bulldog; si te gusta pelear con la mafia y matar a los malos... Éste es tu libro: auténtica novela negra norteamericana. Un regalo con ritmo de road-movie de mi adorado Barros, quien tan bien conoce mis gustos (también los literarios).

La cara norte del corazón (Dolores Redondo. Destino)
Si Dolores Redondo publica un libro, Laura me lo regala. Es así. Esta vez, además, le acompañaba un muñeco de vudú (el mismo que aparece en la portada). 
En esta precuela de la Trilogía del Baztán, Redondo nos desvela el inicio de Amaia Salazar en la academia del FBI, su intenso contacto profesional con Aloisius Dupree, su don para analizar la escena del crimen del asesino en serie que están buscando... Sin olvidar el viaje al pasado de Amaia, su infancia, sus dolorosos recuerdos. Un libro que se aleja del Batzán y se desliza por una historia más policíaca, más cinematográfica.    


Una jaula de oro: la venganza de una mujer es bella y brutal
(Camilla Läckberg. Maeva Noir)

Amor, dolor y venganza, los componentes perfectos para una trama adictiva, y más si está escrita por Camilla Läckberg. Nunca hay que infravalorar la fuerza femenina porque no hay nada más bello que una venganza meditada. Un libro muy entretenido que ha alimentado mi insomnio y me ha durado un suspiro.

Loba negra (Juan Gómez-Jurado. Ediciones B)
La escritura de Juan Gómez-Jurado es sencilla, frases cortas y estructura muy coloquial, lo que facilita una lectura rápida y ágil. Sin embargo, el desarrollo de la historia me ha parecido muy rocambolesco y ha debilitado la descripción de los sentimientos, la complejidad en la relación de Antonia y Jon. Una trama demasiado alejada de Reina roja. No me ha atrapado con tanta intensidad.



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