miércoles, julio 12, 2023

A leer que son dos días


Aunque el verano inunde de color las calles, playas y piscinas, hay mentes por las que siempre sobrevuela una nube gris alimentada por novelas negras que enturbian sus neuronas pero, como una sangría con tropezones de melocotón, sofocan los calores del intelecto.

Una mujer furiosa (Antonio Fontana. Siruela Nuevos Tiempos)
Habrá quien piense que no soy objetiva, que me pierde la amistad, y se equivocará. Valorar los libros de los amigos implica un sobreesfuerzo: sinceridad sin matices, crítica real y contención en los elogios. Tarea compleja. Sin embargo, con Antonio Fontana  ─Premio de Novela Café Gijón 2020 por Hasta aquí hemos llegado y Premio Málaga de Novela 2017 por Sol poniente─ los halagos a su escritura jamás son forzados sino sinceros. Antonio, mi querido malagueño, posa sus dedos sobre el teclado del ordenador, inicia el baile de letras con sones de los ochenta e hipnotiza al lector como el flautista de Hamelín a los niños y las ratas. En Una mujer furiosa, su última novela, nos descubre la vida de Santi, su hermano Fede, sus padres, sus secretos y las vivencias que han marcado sus recuerdos. Aquellos veranos, aquella huida, aquellos amores con olor a adelfas y el dolor de las palabras que hieren una vez dichas. Fontana mezcla con maestría el sufrimiento y el humor. El lector siente que se le encoge el estómago y al momento se le dibuja una sonrisa en el rostro, o no, porque Antonio siempre acecha y, en el momento más inesperado, te clava el puñal y desata la angustia. Una montaña rusa de emociones, historias de fantasmas y desapariciones. Una novela de alto voltaje.

El ancho mundo (Pierre Lemaitre. Salamandra)
Mi adicción a la novela negra es conocida por todo mi entorno, y mi adoración por Pierre Lemaitre, también. Tanto que mi compañero Bruno me regaló su último libro, El ancho mundo, donde se aleja de la negrura y relata la historia y secretos de la familia Pelletier. Un viaje que nos traslada a Beirut, a la guerra Indochina y al París de la posguerra. Tres historias en distintos enclaves pero unidas por el lazo familiar. Exotismo, asesinatos, corrupción, amor del bueno, amor del malo y el fluir de las palabras.  

Hontoria (Juan Carlos Galindo. Black Salamandra)
La investigación de un triple crimen en Hontoria, antiguo pueblo y actual barrio de Segovia, nos arrastra a un recorrido por todos los sucesos de la crónica negra española y el true crime norteamericano. Jean Ezequiel, periodista segoviano que trabaja en un periódico de la capital, más que cubrir la información ahonda en el caso de forma obsesiva y nutre su pódcast 'Píldoras criminales', con banda sonora del grupo escocés Mogwai, con los avances de sus pesquisas. De fondo, la ciudad de Segovia: el acueducto, Cándido, la Gimnástica Segoviana, el Jardín de los poetas... Un personal pellizco al corazón para una gata casada con un segoviano. Muy recomendable.

La llama de Focea (Lorenzo Silva. Destino)
De nuevo aparecen en mi vida el subteniente Bevilacqua y Chamorro. El descubrimiento del cadáver de Queralt Bonmartí, hija de una familia acomodada catalana, en uno de los senderos del Camino de Santiago desata una investigación entre Santiago de Compostela y Barcelona. Una forma de conocer el pasado de Bevilacqua, su vida anterior en la ciudad condal, el desafío que sufrió España por el independentismo catalán... Una trama que te abre los ojos de forma culta y documentada de una parte de la historia reciente, de la llama que no cesa. 

Justo antes de la felicidad (Agnès Ledig. Grijalbo)
A veces la empatía de un hombre al ver las lágrimas contenidas de la cajera del supermercado puede desencadenar un giro absoluto en la vida de ambos. Una novela ligera, de fácil lectura con algún giro inesperado y un final muy esperado. Una fresca lectura para el verano. 

Los asquerosos (Santiago Lorenzo. Blackie books)
¿Quién no conoce a alguna Mofucha? Sí, esas personas que necesitan aire puro y disfrutar de la naturaleza, pero les es imprescindible tener conexión wifi con velocidad 5G, microondas o apertura automática de las persianas del salón. Santiago Lorenzo, a través de su personaje Manuel, que huyó por un percance en la ciudad y se recluyó en un pueblo deshabitado, critica de forma sarcástica a la sociedad contemporánea, al snobismo. Su "Frank del pueblo" nos muestra otro estilo de vida impensable hoy en día. Una novela que atrapa por la riqueza de su vocabulario, sus nuevos términos y su implacable humor.

Y, como siempre, te recomiendo leer mi novela "Herido", de venta en Amazon