jueves, enero 31, 2013

Ira, mucha ira

Hoy me domina la ira, la desesperación, la indignación, la rabia, la desilusión... El odio. Un odio que me aprieta el alma y me hace gritar que estamos rodeados de corruptos, de mierdas políticos que han llegado a ese cargo por decisión de los electores. Unos electores (me da igual que sean de derechas o de izquierdas) que confiaban en ellos para lograr un bien común o nacional. A cambio, esos políticos (repito: elegidos por los ciudadanos) percibirían un digno sueldo. La realidad nos demuestra que la corrupción es innata a ellos. Mientras, los trabajadores normales ven como su salario merma, sus prestaciones sociales desaparecen y cada vez deben aguantar más y callar porque son unos privilegiados: tienen trabajo.
Alrededor nuestro se multiplican las situaciones dramáticas. A un gran amigo, un ERE le disparó al paro, redirigió y acopló su vida a sus necesidades, sobre todo a las de su pequeña con una disminución física por la que dejó de percibir prestaciones por los recortes de la Ley de Dependencia. Poco a poco, con mucho esfuerzo y el apoyo de su familia, salió adelante (¡incluso ahora que por culpa de las "preferentes" ha perdido un cuarto de la indemnización!).
Una familiar directa trabajó como becaria en muchas agencias de publicidad, se esforzó al máximo pero en cuanto la ley obligaba a la empresa a hacerle un contrato indefinido le señalaban donde estaba la puerta de salida. Su independencia se esfumó, volvió a casa de sus padres con la esperanza de retomar en breve su vida. Los meses pasaron, el paro finalizó y aún espera esa oportunidad que por más que busca aún no ha encontrado.
Podría hablar de los compañeros que volaron hace cuatro años con el ERE y todavía no han encontrado un trabajo digno, de los jóvenes preparados que deben huir del país, de grandes hombres con un impresionante curriculum que deben mentir en las entrevistas para que no descubran su gran valía profesional...
Frente a los luchadores que tienen toda mi estima y admiración aparecen los chorizos, los mierdas políticos que nos roban sin piedad, que no tienen honor, dignidad... Una vergüenza que abarca todos los estamentos: monarquía, presidentes, alcaldes, secretarios, tesoreros...
Una vergüenza. Y callo, porque si hablo...

jueves, enero 03, 2013

¡Tengo un pueblo! ¡Oliete!

En un lugar de Teruel... Oliete
Hay algo de lo que puedo presumir: ¡tengo un pueblo! Un "pueblico" turolense que es lo más bonito de Aragón y que aunque no aparezca en los mapas lo conoce hasta el Papa. Si guardáis el secreto os diré que se llama Oliete y que esconde grandes y preciosos tesoros: el pantano de Cueva Foradada, el Poblado Ibérico El Palomar, la Sima de San Pedro (¡la mayor de Europa!), la Fuente del Piojo (pese a que ahora un cartel diga "Piejo"), la ermita Virgen del Cantal, la cueva de la Bolitera, montañas pedregosas que solo los más valientes se atreven a trepar... Por no hablar de sus estrechas calles, del campanario de su iglesia, del río Martín... Sí, me pierde la emoción. Tantas historias allí vividas, tantos juegos con mis primos, fiestas, primeros amores, excursiones, excesos, risas, anécdotas que se agarran al corazón y no se pueden olvidar. 
"¿Nos vamos esta Nochevieja a Oliete?", me preguntó mi prima María. La respuesta no se hizo esperar: ¡¡Sí!! El viaje desató mi piñata de recuerdos y la última noche del año se escapó entre fuegos artificiales, sonrisas, bailes, confidencias... Los pequeños estallaron petardos, los mayores descorchamos el Moët&Chandon... Una Nochevieja inolvidable de las primas Peña en Oliete con toda la descendencia y nuestras parejas. ¡Feliz 2013! 


El Poblado Ibérico... Un viaje al pasado
La Sima de San Pedro, un enorme agujero en mitad de Oliete
La fuente del Piojo, nuestro enclave secreto.
Una Nochevieja muy especial. Doce uvas directas al corazón.
Después de subir 272 escalones...
... El Pantano de Cueva Foradada

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