sábado, diciembre 28, 2013

Mi inocentada de 2013

¡Me encanta el 28 de diciembre! El día perfecto para arrancar risas y sonrisas, el día de las inocentadas. Este año todo comenzó con varios mensajes por Whatsapp:

─No te vas a creer lo que me ha sucedido...
─Cuenta, cuenta
─Álvaro ha invitado a un amigo a casa y ha traído la bola de bolera que le ha regalado Papá Noel... ¡Y se les ha caído por la escalera y me han roto dos peldaños! Me va a dar algo...


─¡Qué horror!
─Estoy atacada, acabo de llamar al seguro y va a venir el perito de urgencia, pero no creo que lo cubra, además cómo se lo explico...

Los mensajes han continuado. Mi madre, la mejor inocente, me ha llamado muy preocupada y mi interpretación telefónica ha sido tan buena que los niños no aguantaban el ataque de risa. 
A mi prima, para meter más leña, le he dicho que no sabía si podría ir a Oliete en Nochevieja, que menudo panorama tenía en casa. Y mi prima se lo ha contado a su madre, y su madre a mi padre que me ha llamado aterrado.
De mis amigas, se salvan por malvadas las del FEM, las fifty-fifty y las padelianas, pero, ay, las del grupo de "madres de Álvaro" que me han hecho un análisis de los seguros de hogar. 
Eso sí, mis hermanos los más listos.
Un día fantástico con grandes carcajadas, aunque creo que ya va siendo hora de desvelar a los más crédulos que todo ha sido una fantástica INOCENTADA.


martes, diciembre 24, 2013

Sentimientos de Navidad

@emmapt

El mail de un amigo de la juventud que me recuerda que me quiere y que el tiempo pasado nunca se olvida, un mensaje de una amiga que en estas fechas nunca falta a su cita, contactar con alguien muy especial que ha "cruzado el charco" y va a pasar unas Navidades distintas junto a su familia, felicitaciones por facebook o whatsapp... Pequeños detalles que en estas fiestas hacen que la sonrisa sea mayor, que los sentimientos vuelen como las hojas del otoño por la ciclogénesis que perturba el aire navideño... Los pensamientos se agolpan mientras pelo los langostinos, los niños ríen y los nervios suben y bajan por la escalera. Sí, me gustan estas fechas, me encanta mimar a los míos, sorprenderles con detalles, pensar en el menú, arreglarme, descorchar un buen vino mientras el cordero inunda con su olor la cocina, brindar con champán antes de que acabe la noche, admirar las luces que titilan en el árbol, contemplar los adornos, pedir deseos a las velas que iluminan la mesa, reír, llorar de emoción, acordarme al sacar brillo a la panera de plata de mi abuela y los bellos tangos con los que amenizaba la noche... Y manaña es Navidad, y con la resaca en el cuerpo volveré a ilusionarme al ver a los que hoy no he visto y cansada me iré a trabajar, pero estaré feliz porque yo soy así.
Felices fiestas y mucha felicidad.