lunes, noviembre 10, 2014

El otoño ya está aquí


La puerta secreta para acceder al mundo de las hadas y brujas

El silencio roto por el baile de las hojas al caer, los tonos ocres que salpican el paisaje, las setas que brotan entre la oscuridad de la tierra, el musgo que enverdece las piedras de granito... Sí, soy una cursi, pero los bosques en otoño inspiran poesía. Pasear entre los castaños, las tonalidades amarillas y marrones que cubren la montaña, el aire fresco que colorea las puntas de la nariz, las risas al resbalar en el descenso, los troncos que nos trasladan a las leyendas de brujas y duendes...
El Castañar de El Tiemblo, un paraíso en mitad de la montaña, luce su belleza, sus níscalos y sus castañas en esta época del año. Una escapada llena de encanto que cautiva a los amantes de la Naturaleza y abre el apetito de los intrépidos que rematan la faena con unos ricos huevos rotos con chorizo, callos y níscalos en salsa. Pura poesía.

En busca de hongos y castañas
Líquenes, setas, hojas... El otoño

Más imágenes en http://instagram.com/emmaptojo

martes, noviembre 04, 2014

Una negra y oscura noche

La pandilla diabólica

Por fin llegó mi noche favorita, la noche en que me puedo mostrar tal y como soy, sin disfraces y aderezos, con mi cara plagada de arañas y la maldad supurando por mis poros... Sí, risa descontrolada, sustos a doquier, desenfreno de maldiciones y embrujos a los carnales que rezuman bondad. Llegó la noche de Halloween y la gruta de la palmera se convirtió en el centro esotérico. Allí nos reunimos las brujas y magos con los aprendices, recorrimos los chalets vecinos en busca de dulces endiablados y esqueletos andantes, comimos manjares diabólicos y de la gran marmita surgieron brebajes con sangre de murciélago, orina de rata y savia de moco (lo que los mortales llaman vino blanco, tinto y gin tonic). Y la noche se alargó hasta que los búhos se durmieron y la conversión en humanos fue muy dura (¡qué resacón!), pero la amistad que surge en las noches maléficas une para toda la vida.

PD. Mil gracias a los anfitriones por la fantástica fiesta y a los magos y brujas por las carcajadas diablescas aderezadas con pelos de araña.


Payasos diabólicos, parejas asesinas, arañas carnívoras...
Los manjares que salieron de mi marmita:
gusanos aliñados, huevos con cucarachas y terroripastel