domingo, diciembre 14, 2014

¡Estoy en el caribe!

No me dan envidia esos amigos que disfrutan de unos días en el caribe, que me mandan fotos con caipiriñas en sus manos, que muestran sin pudor playas idílicas con arena blanca y agua cristalina mientras vivo el gélido frío del invierno madrileño y sueño con volver allí. No, no me dan envidia, pero cuando recibí por whatsapp el vídeo que mostraba esos placeres en movimiento mi parte loca y atolondrada no se puedo resistir. Mi chaladura de nacimiento floreció y decidí mostrarles mi caribe. ¡He aquí el resultado!




jueves, diciembre 04, 2014

No soy justa... O eso dicen ellos


Termino el último libro de Dolores Redondo, "Ofrenda a la tormenta", con dolor. Siempre sufro al dar por finalizada una buena historia y más si cierra una fantástica trilogía. Para disipar la pena rememoro la celebración del cumpleaños de Álvaro con sus amigos en la pista de patinaje del Palacio de Hielo, la comida en casa y la tarde de juegos; la fiesta con la familia al día siguiente, los excesos gastronómicos y alcohólicos, las carcajadas... Mi sonrisa se pega a la cara hasta que...
─Mamá, ¿dónde está el celo?
─En mi escritorio, pero para qué lo quieres.
─Voy a poner en la pared de mi cuarto el póster del juego Farcry 4 Edición Especial.
─Ni se te ocurra.
─¿Por qué?
─Porque si pones celo salta la pintura al despegarlo.
─Pues lo pongo con chinchetas.
─He dicho que no, con ese póster rompes el diseño de la habitación.
─Pero si es mi cuarto.
─Pero es mi casa. 
─No eres justa.
─Lo sé, la vida no es justa. Como mucho te dejo pegarlo detrás de la puerta.
─¡Pero entonces no lo veo!
─Sí, lo verás cuando cierres la puerta. Además, bastante que te he dejado poner esa estatua del elefante tan rara en la estantería.
─¡Pero si es Paga Min, el villano del juego, con un elefante!
Diego aprovecha para meter baza.
─Mamá, Álvaro tiene razón, la figura de su cuarto es fantástica y deberías dejarnos poner algún póster, es nuestro espacio. ¿A mí por qué no me dejas colocar el mapa de "El Hobbit"?
─He dicho que no.
─Pero, ¿por qué?
─Porque lo digo yo (esa frase de madre que todas decimos y sienta a cuerno quemado)
─No eres justa...
─Cuando seas padre comerás huevos, y, por ahora, no se cuelga ningún póster en la pared. Y no hay más que hablar.
─¡Esto es una dictadura!, ¡no hay derecho! ─exclaman al unísono.
─Venga, id a estudiar y dejad de refunfuñar.
─¡In-jus-ticia!, ¡in-jus-ticia!

PD. Dentro de mi injusticia me estoy devanando los sesos para ver cómo coloco algún corcho o soporte que no rompa con el diseño y cederles un mínimo espacio que refleje sus gustos... ¡Pero que ellos no se enteren!

lunes, noviembre 10, 2014

El otoño ya está aquí


La puerta secreta para acceder al mundo de las hadas y brujas

El silencio roto por el baile de las hojas al caer, los tonos ocres que salpican el paisaje, las setas que brotan entre la oscuridad de la tierra, el musgo que enverdece las piedras de granito... Sí, soy una cursi, pero los bosques en otoño inspiran poesía. Pasear entre los castaños, las tonalidades amarillas y marrones que cubren la montaña, el aire fresco que colorea las puntas de la nariz, las risas al resbalar en el descenso, los troncos que nos trasladan a las leyendas de brujas y duendes...
El Castañar de El Tiemblo, un paraíso en mitad de la montaña, luce su belleza, sus níscalos y sus castañas en esta época del año. Una escapada llena de encanto que cautiva a los amantes de la Naturaleza y abre el apetito de los intrépidos que rematan la faena con unos ricos huevos rotos con chorizo, callos y níscalos en salsa. Pura poesía.

En busca de hongos y castañas
Líquenes, setas, hojas... El otoño

Más imágenes en http://instagram.com/emmaptojo

martes, noviembre 04, 2014

Una negra y oscura noche

La pandilla diabólica

Por fin llegó mi noche favorita, la noche en que me puedo mostrar tal y como soy, sin disfraces y aderezos, con mi cara plagada de arañas y la maldad supurando por mis poros... Sí, risa descontrolada, sustos a doquier, desenfreno de maldiciones y embrujos a los carnales que rezuman bondad. Llegó la noche de Halloween y la gruta de la palmera se convirtió en el centro esotérico. Allí nos reunimos las brujas y magos con los aprendices, recorrimos los chalets vecinos en busca de dulces endiablados y esqueletos andantes, comimos manjares diabólicos y de la gran marmita surgieron brebajes con sangre de murciélago, orina de rata y savia de moco (lo que los mortales llaman vino blanco, tinto y gin tonic). Y la noche se alargó hasta que los búhos se durmieron y la conversión en humanos fue muy dura (¡qué resacón!), pero la amistad que surge en las noches maléficas une para toda la vida.

PD. Mil gracias a los anfitriones por la fantástica fiesta y a los magos y brujas por las carcajadas diablescas aderezadas con pelos de araña.


Payasos diabólicos, parejas asesinas, arañas carnívoras...
Los manjares que salieron de mi marmita:
gusanos aliñados, huevos con cucarachas y terroripastel

martes, octubre 28, 2014

Mi vergüenza por los suelos

Mi hermano Roberto tiene razón: debo ser más discreta y no desvelar tantas intimidades en el blog. Debo cambiar mi actitud, ser más reservada y desayunar un poco de vergüenza. Él siempre me da buenos consejos así que a partir de ahora evitaré contar mis sucesos paranormales. 
Por ejemplo, podría contar que ayer con las prisas de salir pronto del cine me levanté a oscuras mientras se proyectaban los créditos de “Relatos salvajes”, que empecé a descender las escaleras, que tropecé, que volé y me estampé contra el suelo con mis rodillas, que tiré mi vaso de cola-cola light para intentar amortiguar la caída con mis manos, que la vergüenza me hizo levantarme a toda velocidad con mis rodillas magulladas antes de que se encendieran las luces, que me refugié en el baño con un tremendo ataque de risa, que al bajar por las escaleras mecánicas unas chicas comentaron mi jugada sin saber que yo era la protagonista, que al llegar a casa relaté a mis hombres con pequeños sollozos por el dolor y la humillación mi percance y que mi hijo no para de insistir en que me ponga una cámara en la cabeza para grabar todos mis caídas y así forrarnos en youtube.
Podría contarlo pero como voy a seguir los consejos de mi hermano me callaré.

jueves, octubre 16, 2014

Una de museos y tapas

Los jardines del Museo Sorolla
El sábado por la mañana una fina lluvia salpicaba las calles. La pereza nos abrazaba a las sábanas hasta que nos obligamos a brincar de la cama para ir a la Base de Torrejón de Ardoz a disfrutar de la exhibición aérea que se iba a realizar por el 75 aniversario de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la carretera nos asustó. Un atasco monumental bloqueó todas las entradas a la Base y antes de sumergirnos en el embudo de coches decidimos modificar los planes. Raudas y veloces, mis neuronas empezaron a funcionar. ¡Eureka!
─¿Dónde vamos, mamá?
─A un sitio maravilloso que me encanta visitar de vez en cuando...
─¿Otro museo?
(¡Qué bien me conocen!)
El "Museo Sorolla" con sus jardines, sus cuadros y su palacete destila encanto en pleno centro de Madrid y los minutos se escapan entre tanta belleza. Al terminar, observo la cara de "bueno no ha estado mal" de mis hijos, les guiño el ojo y pregunto:
─¿Creéis en los fantasmas?
─Claro, siempre nos has dicho que existen.
─Pues ahora os voy a llevar a la estación fantasma de Madrid: la estación de Chamberí.
Descendimos las escaleras y sentimos que el tiempo nos trasladaba a principios del siglo pasado: antiguas taquillas y tornos de hierro, carteles publicitarios sobre azulejos... Un andén fantasma en el que ya no paran los vagones y permite a la imaginación volar a otras épocas.
─¿Os ha gustado?
─¡Nos ha encantado!


Después de las paradas culturales, el estómago empieza a reclamar su atención. Como guinda final, una rica comida en un sitio especial: el mercado de San Ildefonso, que se rediseñó con el espíritu de Street Market y está plagado de puestos con distintos placeres gastronómicos. ¡Mi momento de felicidad!
─Alonso, pídeme otra cerveza que hoy me salto la dieta.
Como penitencia el domingo quemé las calorías con una larga caminata hasta que la tarde me convirtió en una "Perdida", la adaptación cinematográfica del libro de Gillian Flynn.

Aquí, mi artículo sobre la Estación 0

domingo, octubre 05, 2014

Mi móvil, las tetas y mi bisabuela

─Emma, ¿se te ha roto el móvil?
─Bueno, más o menos, me guiña como si quisiera ligar conmigo: se enciende, se apaga, se enciende...
─Pero ¿qué le ha pasado?
─Uff, la culpa es de mis tetas.
─¿Qué?
─Sí, el operario de Samsung me ha dicho que le ha entrado agua al móvil, se ha oxidado la placa del teléfono y por eso no para de encenderse y apagarse.
─Y qué tienen que ver tus tetas.
─Es una herencia familliar: mi bisabuela guardaba en su sujetador un pañuelo con unas cuantas pesetas que daba a sus bisnietos como propina. Desde entonces hasta ahora los tiempos han cambiado.
─¡Pero qué tienen que ver tus tetas, tu bisabuela y el móvil!
─Es una cuestión de evolución. Cuando me voy a caminar activo el Runkeeper para saber cuánto he recorrido, cuántas calorías he quemado...
─Sí, pero no veo la relación con tu bisabuela, tus tetas, el móvil y el Runkeeper.
─Activa tus neuronas, querido. ¿Dónde pongo el móvil cuando voy a pasear?
─En tu sujetador.
─Exacto, como hacía mi bisabuela con su pañuelo repleto de pesetas. Resulta que entre kilómetro y kilómetro mi sudor corporal ha penetrado por el agujero del cargador del móvil y ha aniquilado la placa del teléfono.
─¿Estás de coña?
─No, ya me gustaría...
─¿Quieres que te regale un móvil?
─Sí, y prometo por la memoria de mi bisabuela que jamás lo guardaré en mi sujetador.

PD: Adiós Samsung. Bienvenido Motorola Moto G.

martes, septiembre 30, 2014

Una avispa en mi cabeza

¿Por qué corro como una loca por el salón cabeza abajo? ¿Por qué no paro de gritar como una histérica? ¿Por qué mis hijos me miran ojipláticos sin saber qué hacer?
─¡Traedme un cepillo o un peine! ─rujo mientras muevo mi melena enmarañada arriba y abajo─ ¡Rápido!, ¡ay, ay, ay! 
─Pero, ¿qué te pasa, mamá? ─pregunta Diego conteniendo su risa al verme corretear por el salón cabeza abajo.
─Ay, que me ha picado una avispa en la cabeza y ahora no sé cómo sacarla del pelo... ¡Mi reino por un peine! ¡Y no te rías, que no tiene ninguna gracia! Ay, me duele la cabeza y el alma. ¡Ay, ay, ay!
Escucho la risa contenida de mis hijos, me entregan mi preciada arma, un cepillo, y logro sacar a la avispa de mi pelo enmarañado. Presa de un ataque de ira e incapaz de contener mi instinto asesino, pisoteo y aniquilo a la puñetera avispa para poder elevar mi cabeza. Al verme reflejada en el cristal con mi pelo más abultado que el de Mafalda, mi cara roja y congestionada y mi ojos llorosos entendí que jamás recuperaría mi dignidad.
─Jo, mamá, ¡qué rabia no haberte grabado un vídeo, hubiéramos conseguido millones de visitas en youtube!
─Muy gracioso, Diego.
─Pero mamá, la culpa es tuya por llevar el pelo como si fuera una fregona, ya te he dicho que estás más guapa con el pelo liso.
─¡Argg!

Ten hijos...

miércoles, septiembre 17, 2014

Cómo sobrevivir a una reunión escolar

En el mes de septiembre se realizan en el colegio las reuniones de padres. Una sesiones imprescindibles para saber cómo va a ser el funcionamiento del curso, conocer al profesorado, intercambiar opiniones con la dirección... Todo normal hasta que nos trasladamos a la clase con el tutor (bendito sea) y, tras explicarnos los datos más fundamentales, nos invita a que le hagamos alguna pregunta.
¡Átate los machos que vienen curvas!
Al principio hablan los padres normales, plantean dudas generales hasta que, ay, Dios mío, surge ese padre-madre que se cree el rey del universo. Sí, ese padre-madre que solo habla de su hijo, de su situación, de su profesión, que no permite hablar al tutor, que rebate cada opinión porque solo él tiene la razón... El resto de los padres nos miramos con hartura, con deseo de arrancarle el cuello, pero claro no podemos hacerlo porque somos padres-madres y debemos dar ejemplo a nuestros hijos, así que aguantamos con educación como si fuera una sesión de masoquismo. Mientras, el tutor (bendito sea) intenta por todos los medios sobrellevar su tortura particular y yo sufro, sufro mucho. 

Así que voy a desahogar mi mala leche con un decálogo sobre cómo debe comportarse un padre-madre ante una reunión escolar.
  1. Las reuniones del colegio son generales, repito generales, por tanto las particularidades se deben hablar en una tutoría.
  2. Todos tenemos hijos, si cada padre-madre hablara del suyo las reuniones se harían interminables. Para ti tu hijo es único, para el resto de los padres sus hijos, también. No te creas mejor por hablar todo el rato de él. Seré sincera: eres un pesado.
  3. Si no te gusta leer, no leas, pero no sugieras que eliminen la lectura obligatoria, no impidas a tu hijo conocer mundos maravillosos.
  4. Elemental, hay que marcar los libros y el material escolar. Es de cajón.
  5. Si por tus creencias no quieres que tu hijo acuda a una clase estás en tu derecho, pero no juzgues a la gente que no piensa como tú.
  6. Hay materias con más peso (matemáticas, lengua, física...) pero también el resto lo son. No propongas que quiten horas de gimnasia porque tú creas que no son importantes. Además de cultivar la mente hay que cuidar el cuerpo.
  7. El colegio está para enseñar materias, convivencia, amistad... pero tú debes educar a tu hijo.
  8. Los niños están en el colegio ocho horas y no todos creemos que deban realizar más tareas en casa. ¿Acaso tú, padre-madre, cuando vuelves del trabajo te dedicas a trabajar otras tres horas en casa?
  9. Por favor, entiende que todos tenemos fallos pero hay que potenciar las virtudes. Si tu hijo tiene problemas con los estudios, no le critiques delante de desconocidos, no digas que es un inútil, le estás hundiendo la autoestima.
  10. Entiende que tanto el profesorado como la dirección y los padres queremos lo mejor para los chavales. 
Y aunque esto no sirva para nada, por lo menos me he desahogado y he apaciguado mi ira. ¡Hasta el próximo septiembre!

viernes, septiembre 12, 2014

Mis novelas de verano

Foto: @emmaptojo

En este blog no pienso hablar de mis creencias, algo íntimo y personal, pero sí confesaré que tengo tres vidas que cuido y mimo con locura: mi vida real, la racional, la que todo el mundo considera más importante; mi vida onírica, llena de aventuras, fantasías y que cada noche me sorprende con giros inesperados, gente que surge del pasado, situaciones irreales y placeres inconfesables y mi vida cultural, compuesta por las novelas en las que me zambullo, las películas en las que me creo protagonista por mi enorme empatía y el teatro. 
En este tiempo estival he vivido grandes amores literarios y otros, como los amores fugaces del verano, me han defraudado, pero haré una pequeña reseña sobre ellos para que siempre queden en mi memoria.
  • "El juego de Ripper", de Isabel Allende. El cambio de registro de esta autora que se adentra en la novela policíaca ha sido una auténtica sorpresa. Tal vez el libro que más me ha gustado este verano.
  • "La mujer loca", de Juan José Millás. A Millás se le lee en un suspiro. Me cautivó desde un principio Julia, una de sus protagonistas, que analiza el uso de las palabras, la gramática... Entre medias, una historia que despierta los sentimientos y las creencias. Un libro muy personal que me encantó pero no me atrevo a recomendar a todo el mundo.
  • "La sonata del silencio"de Paloma Sánchez Garnica. El clásico novelón del verano plagado de amor y de personajes que entretejen una historia en la época de posguerra en Madrid donde la tradición, el honor, las costumbres y el qué dirán dominaban la vida de las familias. Un libro del estilo de "El tiempo entre costuras". Muy entretenido. 
  • "El Jilguero"de Donna Tartt. ¿Quién no ha oído hablar de este libro? Todo el mundo hablaba de él este verano y no pude resistir la tentación. Realmente me ha gustado: una historia original, grandes descripciones y personajes, pero algunas partes se me hicieron pesadas, sobre todo cuando el protagonista reside en Las Vegas.
  • "Los cuerpos extraños"de Lorenzo Silva. Debo confesar que este autor me encanta, pero en esta ocasión no me ha enganchado tanto. He echado en falta a Chamorro y la relación que mantiene con Bevilacqua.  (Es el único libro que me he leído en papel)
  • "Tres noches"de Austin Wright. Está claro que cada persona tiene un gusto y para gustos, los colores. Dos personas cercanas me recomendaron este libro y debo confesar que está muy bien escrito, que el inicio de la historia es muy bueno pero luego se me hizo interminable e incluso tuve la tentación de abandonar.
Ahora entre mis manos está:
  • "La última noche en Tremor Beach"de Mikel Santiago. El tema de los sueños tiene gran peso en la novela, el paisaje irlandés me ha enamorado, los personajes, la trama... Pinta muy bien, pero aún me queda un 40% para terminarlo. 

viernes, agosto 22, 2014

El verano me confunde

Mi cara, el reflejo de la locura

Vuelvo de vacaciones con intención de escribir pero noto mi mente confusa, como Dinio con la noche, sin saber cómo relatar todo este tiempo, ni cómo empezar o cómo acabar. Tal vez, solo es una idea, podría escribir que mi Alonso y yo estuvimos quince días de "pareja sin hijos" y quemamos Madrid: fiestas en casa con amigos, cenas en terrazas de ensueño, gin-tonics con sabor a risas... Que Diego volvió feliz de su estancia en Irlanda y Álvaro de su campamento en Cazorla. Que en Oliva, todos juntos, nos tumbamos a la bartola ─más bien: "nos tumbamos en la playa"─ y el tiempo se esfumó entre libros, paellas, paseos y excursiones al Parque Natural de La Marjal o la Cueva de las calaveras, el auto-cine y los karts. Sin olvidar jamás esa ruta en barco por Denia donde mi madre se convirtió en una linda sirenita.
Ahora, "de Rodríguez" con Diego en Madrid, no paro. Cada día surge un nuevo plan que compartimos con mi amiga Blanca y su hija María y las noches se esfuman entre la cultura y los ataques de risa; entre el cine y el Museo del Romanticismo; entre el Mercado de San Ildefonso y la tele-comida china.
Debo contar todo mi verano y no sé cómo hacerlo. Tal vez, cuando vuelva de Segovia sea un buen momento. 

domingo, julio 27, 2014

¡Abra la puerta!

Domingo, nueve de la mañana. Suena el timbre. Abro un ojo asombrada. ¡Pero si es domingo! El timbre insiste. ¿Es una pesadilla? ¿Nadie más escucha el impertinente sonido? Salto de la cama, salgo al jardín y unas voces me despiertan.
¡Policía!
Mi mente adormecida aún no es capaz de procesar. Al abrir la puerta entorno los ojos para engañar un poco a mi miopía y comprender qué está sucediendo.
─Disculpe, hay una avería en la calle y necesitamos que mueva los coches.
─Hmm, ─barrunto adormecida mientras me reflejo con mis pelos de loca en los cristales de espejo de las gafas de sol de los agentes─ pero no todos los coches son míos.
─Ya, pero hemos comprobado que estos dos sí. Si fuera tan amable... Vamos a cortar la calle y dejaremos esta zona de aparcamiento para el tránsito de los vehículos.
─Vale, me calzo y los muevo.
Instintivamente miro mis pies desnudos y compruebo que llevo las uñas de los pies pintadas.
─Tranquila, cuando pueda.
Entro somnolienta en casa arrastrando mi sueño. Me calzo, me coloco torpemente las gafas, localizo las llaves de los coches y los traslado a otra zona de mi calle.
Los agentes, súper despejados y sin legañas, me agradecen mi acción y el operario me indica que en breve cortaran el agua durante un mínimo de dos horas. Sonrío y me despido con un "muchas gracias, si necesitan algo más no duden en llamar". Un puro formalismo que oculta mi ira por despertarme un domingo tan pronto. Aunque lo peor está dentro de casa: ¡todos duermen y nadie se ha percatado de la aventura matutina! Manda narices.

lunes, julio 21, 2014

Soy morena y a mucha honra


─¿Qué te vas a hacer? ─me pregunta al entrar la peluquera con el pelo tricolor y mucho desparpajo.
─Cortar y peinar.
─Vale, en cinco minutos te atiendo.
Me siento en la silla giratoria (o silla de tortura), saco del bolso mi Kindle, mi coca-cola light y noto como el malhumor me empieza a invadir. Lo confieso, odio ir a la peluquería, pero dos días al año acudo para que den forma a mis pelos de loca.
─¡Ay, hija, qué pelazo tienes!
El grito de la peluquera tricolor me hace abandonar la historia que estoy leyendo, le sonrío al estilo Gioconda y mientras peina mi melena espero la frase que me va a encabronar.
─Oye, nunca te has planteado cambiarte el color del pelo.
─No.
─Pues unas mechas te sentarían fenomenal y dulcificarían tus facciones.
Me contengo.
─No, gracias.
─En serio, estarías ideal y tu gesto sería más amable.
Mi barrera de contención está a punto de estallar.
─Me gusta mi pelo negro.
─Si yo no digo que no sea bonito, pero unas mechas claras...
─No, gracias. Soy morena, me gusta ser morena y no me importa tener facciones duras o cara de mala leche. El mundo está dividido en rubias, morenas, pelirrojas, castañas... Yo soy morena y jamás querría ser rubia.
─Bueno, solo era una sugerencia.
Omito contestar, retomo mi lectura y juro y perjuro que no volveré a la peluquería hasta dentro de seis meses. He dicho.

viernes, julio 04, 2014

La gran granizada

Disparos de hielo sobre el toldo
Unos farolillos de luz led que se cargan con luz solar, unos manteles de Zara Home, mis plantas esplendorosas, los frutos del maceto-huerto, la piscina impecable... Sonrío. La cena del sábado va a quedar perfecta, súper "cool".
Una nube gris se asoma por el cielo, una gotas caen y en dos minutos empiezan a bombardear mi jardín "huevos" de hielo. "¡Qué horror, qué horror!", grito desesperada. Los farolillos ruedan por el suelo, en la piscina el agua salta por el impacto del granizo, el toldo se llena de agujeros como si le dispararan con una ametralladora, los trozos del canalón vuelan hasta el suelo, las plantas son acribilladas... Miro, fotografío y pienso que la cena más que de diseño va ser de jirones.





domingo, junio 29, 2014

Vuelo a ninguna parte



El chico de información me mira con cara de pena, baja la vista a su pantalla de ordenador y niega con la cabeza. Son las siete y media de la mañana de un domingo de verano. Las legañas y el sueño son nuestra segunda piel. Diego bosteza y mis nervios se agarran al estómago.
"Lo siento, hoy no hay ningún vuelo a Dublín con esa compañía", me dice con tristeza el operario del Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid.
Cojo el móvil y llamo al teléfono de contacto que organiza la estancia de mi hijo en Dublín mientras Diego arrastra su maleta y carga su mochila. Alonso aparece sonriente después de aparcar el coche.
─Emma, ¿por qué estáis aquí solos?, ¿en qué mostrador debemos reunirnos con el organizador del viaje de Diego?
─Verás, amor, no te lo vas a creer, pero me he equivocado...
─¡Qué! ─gritaron a dos voces Diego y Alonso.
─Pues que me he confundido y el vuelo es mañana, a la misma hora pero mañana.
─¡Mamá, eres un desastre!
─Bueno, pero esta vez no hemos perdido el avión... ─contesto entre risas.
Y como en mi familia estos despistes son muy habituales, volvimos sonrientes a casa, nos cambiamos y, a dormir que es domingo y madrugar nunca nos sienta bien. Además, mañana toca visita al aeropuerto.

miércoles, junio 18, 2014

Un "ataque" al pasado

Viernes 13 de junio
Hoy me he dejado llevar por el deseo. Después de mucho pensar he caído en la tentación, que ni vive en frente ni es el vecino del quinto, pero se enchufa, vibra y me tiene loca. Sí, mi nueva lijadora eléctrica me agota y me hace sudar la gota gorda. Entre lijas de distinto grano se ha esfumado mi día de libranza pero la mesa del jardín reluce y rebosa de aceite de teca. 
La tarde me guardaba una sorpresa: ¡toda la familia vio por televisión el baile griego de fin de curso de Álvaro y sus compañeros! y la noche, una desilusión: la humillante derrota de España frente a Holanda en el Mundial de Brasil, la excusa perfecta para descorchar un vino y ahogar las penas.

Veinte años después...

Sábado 14 de junio
Descendí por la escalera de caracol, el cartel sobre el escenario era el mismo que hace veinte años, el nombre no había cambiado... Sentí que viajaba al pasado, al seis de junio de 1.994, al día en que se produjo un giro inesperado en mi vida, al momento que entre copas nos unimos, nos besamos por primera vez y desde entonces hasta ahora... Sí, la sala "El Sol" sigue igual que entonces, por ella no han pasado los años.
Allí estaba con mi cerveza en la mano, junto a Elena, Raúl y JF, esperando la gran actuación de la noche: la presentación del nuevo disco de "Ataque de Caspa". Música de los ochenta que enloqueció a todo el público y nos cautivó. Lo mejor, los coros de mi amiga Marta que acompañaba la dulce voz de su hermana e inundaba con su sonrisa el escenario. Una noche mágica plagada de recuerdos, risas y fantasmas.

El escenario vibró con "Ataque de caspa"

Domingo 15 de junio
Noches alegres, mañanas tristes... Sobre todo si ejerzo de madre ejemplar y me despierto a las 8 de la mañana (omito contar cuánto dormí) para llevar a Álvaro al torneo de fútbol 4x4. Un clásico del verano que vuelve locos a los niños, deja derrengados a los padres y modifica la piel de mi cara a un tono salmorejo.

viernes, mayo 30, 2014

Sorbos de descontrol

Con Bob, la mona y brincando por el castillo

La mesura y el control son dos virtudes que mi familia desconoce. Somos opuestos a tales términos y prima más el descontrol y el desenfreno. Esta semana, por ejemplo, tras beber unos cuantos vinos he rejuvenecido brincando como una pelota por el fabuloso castillo hinchable que amenizó la fantástica comunión de mi sobrina Manuela, me he puesto súper mona junto a una monita y me he hecho una foto con un súper ídolo de masas: ¡Bob Esponja!
¡Me siento feliz!

viernes, abril 25, 2014

"Mujer florero" en La Rioja


Siempre he presumido de mis días de "mujer florero" y la Semana Santa es uno de mis momentos "florero" favoritos. Solo sé una cosa: el destino. Del resto, ni idea.
Este año la escapada nos subió al norte, a La Rioja, zona de vinos y buen comer. Antes de llegar paramos en las ruinas de Numancia, nos dejamos enamorar por el puente medieval de Yanguas y los niños disfrutaron de un día entre tirolinas y escaladas en el Barranco Perdido, en Enciso.
En Munilla, un pequeño pueblo sobre la ladera de la montaña que oculta grandes huellas de dinosaurios, la sonrisa se asomó a mi cara al ver la hermosa Casa Rural Riojania donde nos íbamos a alojar: una antigua majada rehabilitada con un jacuzzi exterior de madera que se calienta con una estufa de leña. Puro glamour y diseño.
El sábado, después de un paseo por el mercado de Logroño, acudimos a nuestra cita en las bodegas Paco García, donde no solo su vino deja huella, también la familia que se ha lanzado a esta gran aventura. Una mano que además de ser la seña de identidad de su producto nos apretujó con su cariño el corazón y nos convidó a una fantástica barbacoa.
El monasterio de Yuso y Suso fueron el centro de atención de la tarde y los pinchos saciaron nuestra poca hambre en la calle Laurel, la zona más emblemática del tapeo logroñés.
La lluvia nos despertó el domingo y decidimos pasear entre las huellas de dinosaurios de Munilla, mimar nuestro cuerpo en el balneario de Arnedillo y apaciguar nuestro estómago con unas carnes riojanas.
¿Verdad que es fantástico ser por unos días una "mujer florero"?

PD: Mil gracias a mis hombres que me vuelven más loca de lo normal.

lunes, febrero 03, 2014

Rescate acuático con dos bolsas de basura


Sí, la que viste unas glamurosas botas de agua amarillas y luce dos antiglamurosas bolsas de basura en las piernas soy yo. ¿Que por qué voy así vestida? Una larga historia que empieza a las seis de la tarde de un domingo frío y soleado. Un gran día para que Álvaro jugara con el barco electrónico que le trajeron los Reyes Magos en el lago artificial del parque Juan Pablo II.
Todo parecía perfecto hasta que abrí la boca.
─Álvaro, intenta pasar el barco entre los dos géiseres del lago. Vas a ver qué chulo.
Cumplió mis órdenes, giró el volante de su mando teledirigido pero no controló bien la distancia y nuestros gritos no pudieron evitar el desastre: el barco chocó contra el géiser, volcó y se quedó atascado en la plataforma.
─¡Mi barco! ─lloró Álvaro.
Alonso miró, negó con la cabeza y sentenció.
─No hay forma de recuperar el barco, habrá que comprar otro.
─Papá, ¿y si me meto en el agua?
─Imposible, está helada.
─Alonso, no seas aguafiestas, seguro que algo podemos hacer ─barrunté.
─Emma, no empieces con tus locuras, el barco está a más de 30 metros en mitad de un gélido lago... Venga, vámonos.
Asentí, miré a Álvaro, le guiñé un ojo y le susurré al oído: "tranquilo, cuando anochezca y el parque esté vacío rescataré tu barco, algo se me ocurrirá".

Mi idea genial consistió en disfrazarme de buzo con los elementos que tenía en casa: botas de agua, bolsas de basura y film transparente para reforzar la unión entre las botas y las bolsas.
Partí con mis pintas hasta el parque, no se veía mucha gente y la oscuridad jugaba a nuestro favor.
Me senté en el borde del lago.
─Mamá, ten mucho cuidado.
─Tranquilo, Álvaro, recuperaré tu barco.
Me tiré sin tener en cuenta un pequeño detalle: la profundidad del lago era mayor y pese a toda la protección el agua se coló por mis pantalones.
─¡¡¡¡Ay, me he empapado, me estoy congelando!!!
─Mamá, sal.
─¡De perdidos, al lago! ─grité como si fuera Frank de la Jungla.
Avancé a grandes zancadas con mis bolsas de basura llenas de agua helada, rescaté el barco y volví como alma que lleva el diablo hasta la orilla.
─Mamá, eres la mejor, pero sal del lago que la gente nos está mirando. 
(Por dignidad, omito explicar cómo salí)
Cuando tuve los pies sobre la tierra, arranqué las bolsas de basura, el papel film y corrí empapada hasta el coche. Me quité los pantalones, los calcetines, las botas y conduje descalza hasta casa.
─Álvaro, cuando lleguemos tráeme la toalla grande del baño y mis zapatillas.
(De nuevo, por dignidad, obviaré contar que mientras esperaba mi equipo de rescate mi vecino salió a pasar al perro, eso sí, no se percató de mi situación).
Y por fin, cuando no había nadie que me pudiera observar, entre en mi hogar, helada, con el barco rescatado y soñando con una ducha de agua caliente.

Consejo del día: No navegar entre dos géiseres.



jueves, enero 09, 2014

¡Feliz 2014!



Las últimas horas del año se escapan, como marca una novedosa tradición, en Oliete (Teruel). Antes de tomar las uvas, encender los fuegos artificiales y abrazarnos con la locura que se desata en estas fechas, observo el fuego que arde en la chimenea, nuestro punto de encuentro ante el frío aragonés.
El balance del año se me antoja muy positivo. La "operación biquini" fue un fracaso, pero en la operación "bola de Navidad" he superado las expectativas. La familia, bien, gracias. El trabajo, pese a los zarpazos que sufrimos de vez en cuando, se mantiene. La salud se sostiene en equilibrio. Reviso mi blog y sonrío: Comunión de Álvaro, inocentadas, mucho pádel, muchas fiestas, conversión en súper heroína... No me puedo quejar.
─¡Emma, se puede saber qué haces! ─grita mi prima María desde la cocina─. Tenemos que preparar el confit... A ver si empiezan las campanadas y aún estamos cenando.
Sí, comida, en mi familia es algo que nunca falta y María y yo somos unas expertas organizando comidas y cenas.
Empezamos el año con un gran ataque de risa porque Álvaro se atragantó en la segunda uva, brindis y más brindis, fuegos artificiales, petardos, bengalas... Más champán. ¡Y "limoncello"! (secreto familiar que no podemos desvelar). Anécdotas, cotilleos, los niños tirando petardos junto al bar de la piscina... hasta que nos dieron las cinco o las seis como canta Sabina.
Después llegó la noche de Reyes, la cabalgata (con caramelo estampado en mis gafas), los nervios, el miedo (este año no he sido demasiado buena, ¿me traerán algo?). Por la mañana, el salón estaba inundado de regalos. Emoción desbordada.
Vuelta a la tradición. Comilona en casa de mi madre, reunión de hermanos, cuñados, sobrinos, parejas... Más regalos. Más besos y alegría.
¡Feliz año y recordad que aunque seáis un poco los malos los reyes traen regalos!