viernes, enero 21, 2011

Un inciso sin humor


Hace un año, en el solar de la imagen, se encontraba el edificio que albergaba las rotativas del periódico. Por el techo del pasillo volaban prendidos de una pinza los ejemplares recién salidos del horno para ser prensados y mandados a su destino. El ruido de la rotativas no paraba, las bobinas de papel se almacenaban en el piso inferior y se trasladaban en pequeños vehículos que de vez en cuando pitaban para no atropellar a algún despistado hipnotizado por el olor a tinta. 
En mis inicios en ABC, tras el cierre a altas horas de la madrugada del suplemento Nuevo Trabajo o Tiempo Libre, acudía de mañana a ver cómo lo tiraban y si había que hacer algún cambio. El papel blanco o salmón rodaba velozmente por la máquina, se doblaba para introducirse por los rodillos y salía impreso con tinta fresca. Casi todos los días se rompía el papel o había que cambiar alguna plancha. Me encantaba ese ambiente, esos olores...
Las rotativas envejecieron, la crisis rejuveneció y el silencio invadió el enorme pasillo. El terreno se vendió y durante el último año el ruido se convirtió en estruendo: grúas, tractores, bolas de demolición... Desde los ventanales de la redacción contemplamos como poco a poco caía el gigante y rodaban las lágrimas. Después de un dramático ERE, se desplomaba el emblema. 
Pero la crisis no parece tener fin. En los últimos quince días la guadaña del despido ha cortado varias cabezas. Todos miramos con estupor el teléfono, temerosos de contestar... Los cuchicheos destrozan los nervios, los sms rompen la tranquilidad y la verdad aprisiona el corazón: Araceli, Paloma, Ana, Sara, Miguel, Nano, Gabriel, Virginia... Con algunos no tenía casi relación; con otros, mucha. Pero la situación es igual de dramática para todos. Podría catalogar mis sentimientos (pena, desolación, tristeza, desesperanza...), podría contar anécdotas de mis compañeros, podría... No, lo siento, no puedo. Retomaré el carácter jocoso e irónico del blog porque, por lo menos, hay que intentar sonreír, aunque cueste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario