Sol, calma, mi kindle, mi coca-cola light... El paraíso |
Junto a él este verano he investigado asesinatos, vibrado con pasiones ocultas y amores imposibles, padecido humillaciones y violaciones y viajado por distintos periodos de la historia. Aventuras que he leído y no ocuparán espacio en mis abarrotadas estanterías.
La imagen que ilustra este post se ha vuelto más tecnológica y el papel, destino injusto, ha sido sustituido: señal inequívoca que augura un final para la era de los medios impresos.
Lecturas del verano
- "El cuaderno Maya", de Isabel Allende. Qué decir de esta autora y de sus novelas que no se haya dicho ya. Libro fantástico y emotivo.
- "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven", de Albert Espinosa. Mi lectura más prescindible del verano. Se lee en un suspiro pero no me ha gustado su forma de escribir. Mucho márketing y poco contenido.
- "La elegancia del erizo", de Muriel Barbery. En un principio me enganchó su escritura, su manera de explicar y describir los personajes. Al final, demasiada fantasía para la vida real.
- "No abras los ojos", de John Verdon. Al detective Gurney, policía retirado, le tientan un año después de "Sé lo que estás pensando" para que investigue un escabroso asesinato y no es capaz de negarse. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, en esta ocasión ha sido "superbe". Gran novela negra.
- "Dime quién soy", de Julia Navarro. Mi descubrimiento del año. Una historia aderezada con todos los ingredientes para lograr un cóctel explosivo: amor, acontecimientos históricos, familia... Lo mejor de lo mejor. Puro placer.
Archivo de otros años
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