PRIMER FOTOGRAMA
VIRADO A PÚRPURA
El color cardenalicio que domina mi cuerpo no tiene nada que ver con la visita de su Santidad a la capital de España. Para ser sincera confesaré que mis moratones tampoco se deben a una sesión de sado-masoquismo sexual, aunque sí están relacionados con mi vertiente masoca porque si una paga para que le coloquen un antiestético arnés, arrastra tres mosquetones por las alturas y decide imitar a Tarzán (eso sí, con varios kilos de más) saltando entre los pinos de Cercedilla luego no puede quejarse.
Por la tarde embadurné mis zonas moradas-amarillentas-negruzcas con Arnidol, gemí por mis tremendas y angustiosas agujetas y escondí en lo más recóndito del ordenador el vídeo que muestra como mi cuerpo se desliza por una tirolina y en vez de parar con los pies en la siguiente plataforma se estampa de lado contra el tronco clavándose en la cadera el mosquetón (¡ay, ay, ay!). También oculté el vídeo donde se refleja mi falta de glamour para elevarme hasta la plataforma elevada o aquel en el que llegué al final de la tirolina de espaldas y con el culo rebotando sobre la rampa de madera. En fin, esos pequeños detalles que han amoratado mi piel (¡si tengo cardenales hasta en las piernas por la fijación del arnés de seguridad!).
Los niños en cambio lucieron con estilo sus gráciles saltos entre troncos; Alonso, el muy canalla, ejerció de cámara oficial; Ángeles me abandonó a mitad del recorrido y mi madre, muy lista ella, se presentó a la hora de la comida para darse un chapuzón en las piscinas de Las Dehesas.
Ay, ay, ay, no cuento más porque mis atormentados músculos no me permiten teclear...
SEGUNDO FOTOGRAMA
UNA DE OLIVA
Me dejé seducir y opté por llevar a toda mi tropa de hombres a... OLIVA, una semana de placer, lectura, playa, paella, paseos, auto-cine, karts, fideuá y calma, mucha calma. Una inyección de energía y mimos para todos. Una ración de felicidad para afrontar los claroscuros de la vida.
TERCER FOTOGRAMA
UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
VIRADO A PÚRPURA
El color cardenalicio que domina mi cuerpo no tiene nada que ver con la visita de su Santidad a la capital de España. Para ser sincera confesaré que mis moratones tampoco se deben a una sesión de sado-masoquismo sexual, aunque sí están relacionados con mi vertiente masoca porque si una paga para que le coloquen un antiestético arnés, arrastra tres mosquetones por las alturas y decide imitar a Tarzán (eso sí, con varios kilos de más) saltando entre los pinos de Cercedilla luego no puede quejarse.
Por la tarde embadurné mis zonas moradas-amarillentas-negruzcas con Arnidol, gemí por mis tremendas y angustiosas agujetas y escondí en lo más recóndito del ordenador el vídeo que muestra como mi cuerpo se desliza por una tirolina y en vez de parar con los pies en la siguiente plataforma se estampa de lado contra el tronco clavándose en la cadera el mosquetón (¡ay, ay, ay!). También oculté el vídeo donde se refleja mi falta de glamour para elevarme hasta la plataforma elevada o aquel en el que llegué al final de la tirolina de espaldas y con el culo rebotando sobre la rampa de madera. En fin, esos pequeños detalles que han amoratado mi piel (¡si tengo cardenales hasta en las piernas por la fijación del arnés de seguridad!).
Los niños en cambio lucieron con estilo sus gráciles saltos entre troncos; Alonso, el muy canalla, ejerció de cámara oficial; Ángeles me abandonó a mitad del recorrido y mi madre, muy lista ella, se presentó a la hora de la comida para darse un chapuzón en las piscinas de Las Dehesas.
Ay, ay, ay, no cuento más porque mis atormentados músculos no me permiten teclear...
SEGUNDO FOTOGRAMA
UNA DE OLIVA
¿Qué diferencia hay entre una oliva y una aceituna? La respuesta a esta pregunta siempre la he tenido clara: oliva es el fruto del olivo y tiene hueso y la aceituna es la oliva rellena. Es decir, si ofrezco olivas pondré la típica negra de Aragón (con hueso). En cambio, si digo aceitunas serán las rellenas, por ejemplo, de anchoa. La RAE no está de acuerdo conmigo, ni casi nadie con quien he filosofado sobre esta gran pregunta, pero a mí me da igual porque "yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré" (frase de Alaska que asumí y acepté hace años).
Hacía mucho que no desarrollaba mi teoría del hueso y no-hueso del fruto del olivo, pero cuando Carmen me recomendó un lugar en Valencia para desconectar del mundo, activó inconscientemente mi pregunta filosofal sobre la diferenciación entre la oliva y la aceituna.Me dejé seducir y opté por llevar a toda mi tropa de hombres a... OLIVA, una semana de placer, lectura, playa, paella, paseos, auto-cine, karts, fideuá y calma, mucha calma. Una inyección de energía y mimos para todos. Una ración de felicidad para afrontar los claroscuros de la vida.
TERCER FOTOGRAMA
UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
Los Alonso fueron los reyes de la pista |
Humm, paella... ¡A por ella! |
Mis hombres, el mar, la playa y mi kindle. Puro placer. |
¡Por Dios, que venga Tarzán a liberarme! |
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