miércoles, septiembre 21, 2011

Me han robado la Navidad

Mi acebo, hace cinco años

Mi grito retumbó por todo el barrio. Tras las cortinas de las ventanas de algún vecino percibí miradas escondidas. Incluso sé que alguno cogió el móvil para llamar a la policía al oír mis tronadores alaridos. Mi corazón comenzó a palpitar descontroladamente y mi mirada ojicúbica intentó negar la evidencia: ¡me habían robado el acebo del jardín! Por mi mente, como si fuera una película, pasó su vida: lo compré hace cinco años; en primavera, unas coquetas flores blancas nacían con los primeros rayos de sol; en verano, salían sus frutos, unas pequeñas bayas verdes que en septiembre se tornaban rojas pasión. 
Por la mañana, antes de ir a trabajar, me paré ante mi planta. Sonreí al ver sus frutos rojos y pensé que la Navidad había llegado muy pronto a mi jardín. Rebusqué en el bolso mi cámara para hacerle una foto para mi blog de jardinería. No la encontré. "Esta tarde sin falta", pensé, sin saber que un miserable, despiadado y sin escrúpulos me lo iba a arrebatar, a robar sin ningún tipo de piedad. Ahora solo queda un hueco entre la tierra, un vacío y un ataque de ira.
Mis gritos alertaron a mis hombres.
─¿Qué ocurre? ─preguntaron ojipláticos al ver mi estado ojicúbico.
─¡¡¡Me han robado el acebo!!! ¡No os habéis dado cuenta!
Negaron con la cabeza. Los niños corrieron a ver la desgracia.
─¿Quién ha sido, mamá?
─Un capullo, un chorizo sin sentimiento al que auguro las peores Navidades de su vida, que maldigo por ser tan miserable y al que envío todas mis energías negativas, mis conjuros maléficos y espero que Murphy se cebe con él porque mi odio en estos momentos está alterando a todo mi mundo de brujas y seres maléficos.
─Mamá, respira que te va a dar un ataque de asma y así no vas a conseguir más puntos de buen karma ─suplicaron aterrados.
Respiré, bufé, arrastré mi dolor y contuve mis lágrimas al recordar el estilo y belleza de mi acebo. 

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