|
Joyas padelianas |
Nadar en un placer siempre que no se cruce en tu calle algún estúpido o maleducado. El lunes braceaba con mi estilo glamuroso junto a otros dos deportistas hasta que un modernillo con contador de metros sujeto a su panza se lanzó a la piscina y nos adelantó a la velocidad del rayo. Al observarle desde mis súper gafas estilo
Notting Hill comprobé que llevaba aletas en los pies y en las manos. ¿No tendría que estar prohibido si hay más nadadores en la misma calle?, ¿debo correr el riesgo de que me dé un zarpazo y marque mi bello rostro? Mi ira se desató al día siguiente cuando una pareja se paró a hablar en un extremo de la calle y me impedía llegar a la pared. "Si queréis hablar id al jacuzzi, el resto queremos nadar", les dije con ira. Me miraron impasibles y pensé en ahogarles con saña.
Por suerte por la tarde quedé con mis amigas para jugar un partido de pádel. La cuatro joyitas (Esther, Ángeles, Elena y una menda) mostramos con ilusión y alegría diversos estilos de golpe de pelota:
- Modelo mariposa: la raqueta se transforma en un caza-mariposas. Antes de que llegue la pelota hay que dar un saltito con la rodilla flexionada al estilo Lina Morgan, aúllar un pequeño grito y no atinar con el golpe. Forma amistosa de regalar un punto al contrario.
- Modelo tortilla de patatas: Dar a la pelota con un golpe hacia arriba en horizontal, de manera que la bola vuelva a la raqueta. Es decir, como si se lanzará una tortilla para girarla. Forma gastronómica de regalar un punto al contrario.
- Modelo red de atracción: correr raqueta en mano, dar a la bola con presteza sin lograr que pase la red o rebote en ella. Forma desesperante de regalar un punto al contrario.
- Modelo dubitativo: la bola viene por mitad del campo, las contrincantes, impasibles, se miran y ven cómo la pelota bota por segunda vez. "¡Pero si era tuya!", grita una. "No, era tuya". Forma absurda e indignante de regalar un punto al contrario.
- Modelo observatorio: la pelota es lanzada con fuerza por el contrario, bota y rebota en una esquina de la pista. Se admira el movimiento y se asume la incapacidad de darle. Forma "¡te vas a enterar cuando yo saque!" de regalar un punto al contrario.
Para practicar estos "modelos de pádel" es imprescindible tener muy buen humor y reír a carcajadas. Después, por prescripción médica, tomar una cervecita acompañada por unas patatas fritas... Ay, no hay duda de que el deporte entre amigas es mucho más placentero que compartir chapuzones con desconocidos maleducados. ¡Que viva la amistad!