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Un dulce corazón |
He leído las últimas entradas de mi blog y he descubierto que no soy tan simpática como creía, que subyace en mí una mala leche recalcitrante que me hace odiar a los cerrajeros, que prohíbo a mis hijos poner pósters en las paredes, que doy codazos a mi marido... En fin, que para ganarme unos puntos de buen karma
(¡por favor, que no me conviertan en cucaracha!) me he esmerado en mimar a dos personas que cumplían años esta semana: mi nonagenaria abuela, que luce espléndida sus 95 años y mi hermano Roberto, que se estrena como cuarentón. ¡Muchas felicidades!
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Mi fantástica abuela |
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Regalos sorpresa |
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