Blanca y yo, una bricoamistad |
─Me voy. Hoy preparas tú la cena ─comento a Alonso mientras busco las llaves del coche por el salón.
─¿Adónde?
─Al curso de bricolaje.
─¿A estas horas?
─Sí, esta noche es la Women's Night de Bauhaus y me he apuntado con Blanca.
─En fin, pues disfruta porque si me quisieras ser infiel no se te ocurriría una excusa tan compleja, así que debe ser verdad ─contesta socarrón.
A las diez de la noche, en el aparcamiento de Bauhaus, una cola enorme de mujeres espera su turno para que les entreguen la acreditación y confirmen el grupo del taller al que deben acudir.
"¡Alguien está apuntado a introducción de la herramienta!", grita una de las organizadoras. El ataque de risa nos domina a Blanca y a mí, que miramos con perplejidad y asombro las mesas que han preparado en el exterior para que picoteemos unas cuantas croquetas, hamburguesas, tartaletas, unas copas de vino y, para crear ambiente, música de los ochenta de fondo. Al cabo de un rato, el organizador del evento da la bienvenida al bricogineceo y nos indica dónde se va a impartir nuestro curso "Iniciación al bricolaje".
¡Mujeres, manos a la obra! |
Dos mesas alargadas albergan a más de veinte mujeres. José, nuestro experto y maestro fontanero y electricista, nos instruye en la colocación de un grifo en el lavabo y cómo montar un enchufe (macho y hembra). Debo decir, con la modestia que me caracteriza, que me sentí una alumna aventajada por ejercer tanto tiempo de manitas de mi casa, pero la experiencia fue fantástica: un día de amigas, confidencias entre destornilladores, copas de vino, enchufes y muchas risas por nuestro súper plan para la noche del viernes con... ¡diploma incluido!
¡Viva la amistad y Bauhaus!
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