Recuerdo de pequeña, sentada en el cuarto de estar de mi abuela, disfrutar junto a ella y su rica tortilla de jamón serrano y la sopa de cocido de Eurovisión. En aquellos años, el concurso era un fenómeno que reunía frente a la pantalla a casi todos los telespectadores de España y parte de Europa. Tampoco había capacidad de elección entonces, solo dos canales. La emoción se desataba al escuchar que Portugal nos otorgaba 'twelve points' y el marcador del representante español ascendía en la tabla a velocidad vertiginosa. Tal vez, abandoné la tradición en 1983 ante el hundimiento del Titanic ibérico, de la barca de Remedios Amaya. Ni un 'point', auténtica desilusión.
Tras el pitorreo de Chiquiliquatre, este año nos va a representar 'Nebulossa' con su canción 'Zorra': música pegadiza y letra escandalosa para muchos colectivos. Tantos, que no hay medio de comunicación que no haya opinado sobre el tema. Zorra por aquí, zorra por allá.
Los de mi generación bailábamos sobre la tumba al son de Siniestro Total; matábamos a punta de navaja, besándola una vez más con Loquillo; dábamos palizas por haber escrito nuestro nombre dentro de un corazón de tiza con Radio Futura... Por no hablar de las violaciones en el ascensor, de Un pingüino en mi ascensor. En fin, que el tiempo ha pasado y ahora esas letras serían impensables. Pero vayamos al meollo de la cuestión, la letra de 'Zorra', el tema que está en boca de todos.
Si salgo sola, soy la zorra
Si me divierto, la más zorra
Si alargo y se me hace de día
Cuando consigo lo que quiero (zorra, zorra)
Jamás es porque lo merezco (zorra, zorra)
Y aunque me esté comiendo el mundo
No se valora ni un segundo
Dios, qué fuerte, sin saberlo soy una zorra. Sí, porque salgo sola, me divierto, consigo lo que quiero... Pero, en mi caso, la gente que me rodea sí que me valora y realmente esta letra me parece sacada del siglo pasado. Hoy en día las mujeres no nos sentimos como unas zorras por ser independientes y, solo faltaba, a los hombres de nuestro alrededor, por lo menos de mi entorno, jamás se les ocurriría tildarme de zorra por irme de viaje o a cenar con mis amigas, por contonear mi cuerpo al ritmo de la música o desatar mis rizos en un ataque de risa. Y si alguna se siente así por ser ella misma, le recomendaría cambiar de pareja, amistades y, si puede, de familia. Lo importante es quererse, no hacer daño y disfrutar de la vida, que solo hay una y es muy corta.
Eso sí, me encantaría que todos los países participantes gritaran 'twelve points goes to... Spain' y que 'Nebulossa' ganara porque siempre he sido muy competitiva, que no zorra, aunque la letra tenga tufillo de machismo retrógrado.