¡Chicos que no llegamos!, grité a primera hora de la mañana. Bolsa de gimnasia, mochila con libros... Por fin a las nueve y diez salimos escopetados de casa. Ellos todos monos y yo con un chándal rosa y sin duchar. Por suerte no había atascos. Besos, abrazos; hasta luego, chicos, concentraros mucho, tú sobre todo Diego y recuerda que esta tarde te vas con Marta, la mamá de Daniel, que tienes catequesis. Vuelta a casa, ducha rápida y de nuevo al coche para ir a comprar unos pantalones a Alvarete, y de paso, me regalo un jersey y unos sujetadores. Me siento a trabajar cansada. A la una y media me voy a recoger a Álvaro al colegio y de allí, al logopeda. Durante los cuarenta y cinco minutos que dura la clase voy a casa y como. Con el postre atragantado rescato a Álvaro y le devuelvo al cole. Me siento frente al ordendor, lo miro y me aburro. A las seis menos diez llamo a Ana. ¿Dónde estáis? En el parque de detrás del colegio. Esperadme que voy a buscaros. Entre medias hablo con Marta y me pide que pase a por los niños. No te preocupes, ahora mismo voy. Abandono el periódico. Recojo a Daniel y Diego y los dejo en catequesis. Dirijo el coche hacia el parque y me como a besos a Álvaro. Hasta luego, Ana. Hasta luego. De nuevo, al parque de la iglesia. A la hora sale Diego. Llegamos a casa, siete y cuarenta y cinco, ¡Diego, los deberes!, vocifero mientras coloco las mochilas. Jo, mamá, si los he hecho en casa de Daniel, sólo me falta terminar las matématicas. Sí, cielo, pero mañana tienes examen de conocimiento del medio. Jo.
Mientras hace los deberes de mates, preparo la cena. Álvaro, vete quitándote la ropa que te vas a duchar. Ducha rápida de Álvaro. Diego termina. Encienden la tele y cenan viendo "Patoaventuras". Antes de que Diego se tome el último gajo de la mandarina le suplico que sé dé prisa, que tenemos que repasar "cono". Mamá, estoy cansado. Ya lo sé, pero tienes que repasar un poquito, además te he hecho este esquema en el ordenador para que no confundas la funciones con los órganos, aparatos o sistemas.
Subo a Álvaro, le leo un cuento, me tumbo cinco minutos con él y siento su respiración dormida. Salgo sigilosamente. Diego me espera en su cuarto. Repasamos el aparato digestivo, el excretor, el reproductor (entre risas nerviosas de Diego por el "pene" y los "ovarios"). A las once todos duermen.
Bajo al cuarto de estar con mi bandeja con la cena y me pongo la serie grabada de "Shark". Antes de terminar el primer capítulo noto como me invade el sueño. ¡Qué pereza moverme!, pienso adormilada. Bueno, cierro un momentito los ojos y me subo. Abro los ojos, ¡dios mío, son las seis de la mañana!, la tele, las luces, el vídeo... todo sigue encendido.
Me tumbo en la cama, el despertador suena a las siete, lo apago, cinco minutos, abro los ojos, ¡las nueve menos diez!
¡Chicos que no llegamos!, grité...
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