Intentar rozar la perfección es agotador. Son las cuatro y media de la tarde y ya tengo todo listo para esta noche, Nochebuena (9 personas), y para mañana (14 personas), Navidad. Mi estrés prenavideño me ha obligado a abandonar el blog y demás actividades. Porque la perfección requiere su tiempo, su mimo. A ver, a qué humano inteligente se le ocurre decorar la casa con angelitos súper elaborados (y divinos, para qué negarlo) en vez de ir a una tienda y comprarlos; a quién se le ocurre hacer tarjetitas personalizadas para cada comensal informando sobre dónde debe sentarse y cuál es el menú que va a degustar; comprar más de 30 detallitos para todo el mundo en vez de instaurar el amigo invisible... Exacto, a la petarda de Emma. ¿Y quién lo sufre?: mi Alonso, que ajeno a esta vorágine flipa con cada cosa que hago. Él se duerme tranquilamente, cuando se despierta ve que la casa esta plagada de angelitos (divinos, repito) y atónito me pregunta que cuándo los he hecho. Antes de contestarle le imploro como una niña pequeña que elogie mis artes y me pongo súper pesada: ¿te gustan?, a que son súper monos, fíjate en el detalle de las alas... Y él que me aguanta desde hace años, asiente, elogia con serenidad y me fulmina con la mirada. Pero Emma, ¿cuándo los has hecho?. Uff, pues anoche. Y se puede saber a qué hora te dormiste. Sobre las cuatro y media, mentí para no decir las cinco y media. Tú estás loca, remata la conversación mirando los angelotes y esperando que ellos asientan.
Es un drama que nadie te entienda y, además, aguantar el cansancio para no deslucir la perfección. Ay, como siga así me voy a tener que tomar un lexatín. Me voy a cortar el fiambre, preparar la tabla de quesos, darme un baño relajante, realizar la restauración de mi rostro, alisarme el pelo, vestir a los niños y, cómo no, gritar un poco a mi Alonso que aún no ha puesto la mesa y está durmiendo la siesta.
¡Felices fiestas! y que no falte un brindis por mi abuela.
lunes, diciembre 24, 2007
miércoles, diciembre 19, 2007
miércoles, diciembre 12, 2007
Cumpleaños de Álvaro (4 años)
¡Cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz!
La fecha del cumpleaños de Álvaro pasó desapercibida en mitad del caos y tristeza familiar. Pero él merecía soplar sus velas y que todos sonriéramos. En la imagen, junto a sus primos y en la tarta, los coches de Cars.
¡Otra vez, mamá!, gritó el cumpleañero. Y la madre estropeó la foto con su brazo y el mechero
martes, diciembre 04, 2007
Adiós, abuela
Querida abuela:
Te imagino en el cielo revolucionando con tu alegría a los ángeles, leyendo la prensa local y enterándote de todas las actividades culturales que tienen programadas. Mientras, aquí, tus hijos huérfanos de ti sueñan con tus besos, lloran tu ausencia y anhelan tus abrazos. Tus nietos y biznietos suspiramos por tu cariño, por tus risas, por tus coplas... Sabías que te queríamos, aunque no sé si eras consciente de toda la ternura que nos diste. Te has ido y gran parte de nuestro corazón se ha quedado vacío pero rebosante de tu amor.
No hay espacio para describir tu carácter alegre, cariñoso, optimista... Y no sé cómo despedirme de ti. Tal vez, como diría un tango: “Adiós, abuela, compañera de mi vida”
Te imagino en el cielo revolucionando con tu alegría a los ángeles, leyendo la prensa local y enterándote de todas las actividades culturales que tienen programadas. Mientras, aquí, tus hijos huérfanos de ti sueñan con tus besos, lloran tu ausencia y anhelan tus abrazos. Tus nietos y biznietos suspiramos por tu cariño, por tus risas, por tus coplas... Sabías que te queríamos, aunque no sé si eras consciente de toda la ternura que nos diste. Te has ido y gran parte de nuestro corazón se ha quedado vacío pero rebosante de tu amor.
No hay espacio para describir tu carácter alegre, cariñoso, optimista... Y no sé cómo despedirme de ti. Tal vez, como diría un tango: “Adiós, abuela, compañera de mi vida”
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