miércoles, enero 27, 2010

Odio hipermétrope


Muchos regalos pero nunca llegó a pedir el más deseado

Diego entró en la cocina con cara de poco amigos. Me miró seriamente y escupió su indignación.
-Mamá, no sé si la conoces, pero odio a Esperanza Aguirre.
Tal sentencia casi provocó que la tortilla de patata se me pegara a la sartén. Un buen meneo de muñeca lo soluciono.
-No la conozco en persona pero sí sé quien es.
-La odio.
-¿Y esa animadversión a qué es debida? -pregunté con gran intriga y sin saber en qué cueva misteriosa me estaba metiendo.
-Verás, a principio de año el gobierno prometió que a todos los de mi curso, quinto de primaria, nos iban a dar un portátil. Así que este año no lo pedí por Reyes porque sabía que a final de curso tendría mi ordenador...
-¿Y?
-Pues que me han dicho que Esperanza Aguirre...
-La presidenta de la Comunidad de Madrid.
-Lo que sea... Bueno, que Esperanza Aguirre no quiere que nos den los ordenadores porque producen hipermetropía.
-Uff, no sé Diego...
-Mamá, ¡eso es una tontería! Vale, tú llevas gafas pero papá está más tiempo que tú frente al ordenador y no tiene hipermetropía.
Por Dios, qué tensión, seguro que se me quema la tortilla, pensaba desesperada por tener que enfrentarme a una discusión política a las nueve de la noche.
-Ay, Diego, es que...
-No hay excusa posible: odio a Esperanza Aguirre. ¿Me entiendes?
-Sí, hijo, pero... ¡¡¡Alonso!!!- grité mientras encendía la campana extractora para que se fuera el humo de la tortilla chamuscada- Ven a hablar con tu hijo de política que yo ya he hecho los deberes con él, estoy preparando una suculenta tortilla (una mentira a tiempo nunca viene mal) y no tengo fuerzas...

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