Los celos me matan |
Los celos siempre me han parecido absurdos cuando una relación funciona, un sufrimiento sin motivo que solo conduce al auto-maltrato psicológico. Esta teoría básica jamás debe confundirse con los celos con motivo, es decir, cuernos ─variación absoluta del término que destroza el corazón o, al contrario, permite visualizar una realidad por la que ya no merece la pena luchar─. Un punto y aparte de una historia de amor sin final feliz.
Pese a aplicar estos principios de libertad y confianza a mi vida, mis sentimientos se han tambaleado este último mes. Una punzada de celos se ha agarrotado en mi estómago y no sé cómo superarlo. Me siento tan ínfima frente al nuevo amor de mi Alonso que ignoro cómo afrontar la batalla, qué hacer. Soy incapaz de alcanzar el estatus, glamour o la blanca "belleza" de su nuevo amor. Su amante lo tiene todo: dinero, poder, estilo, reconocimiento mundial... Además, le dedica todo su tiempo, de su boca solo salen palabras de elogio, de admiración.
Pese a mi inmenso dolor y mis celos, mi espíritu positivo me impide hundirme y lleno mi tiempo de ocio con fantásticos planes.
Visita a las bodegas Orusco
Alonso me abandonó el día de fiesta para estar con su gran amor. Ni me inmuté. Tomé el coche y me dirigí a Valdilecha, a las bodegas Orusco. Todos los amigos (mejor dicho, todas las parejas salvo yo que era la única impar) paseamos entre barricas, descubrimos las distintas variedades de vino, comimos rodeados de risas infantiles, anduvimos por el pinar... Catamos la felicidad e intenté olvidar mi soledad.
Durante la visita, ejercí de fotógrafa oficial |
Toc-toc
El fin de semana, para mitigar mi dolor cardíaco, me escapé al teatro. Una huida hacia delante de varias mujeres en busca de grandes dosis de humor, unas copas nocturnas, unos cócteles de confidencias y secretos ocultos.
Pádel
Y, cómo no, para desahogar las heridas sentimentales, mucho pádel. El viernes, clase por la mañana y partido femenino por la tarde. El sábado, partido matutino mientras los niños acudían a su curso de natación y mi Alonso, qué excusa más banal, a trabajar. El domingo le elegí de contrincante y le disparé varias bolas desde el campo contrario al estilo ametralladora para que entendiera que me había percatado de la situación.
Final
He perdido la batalla. Soy incapaz de luchar contra su obsesión, la fijación que le absorbe la mente, el tiempo... Sí, soy atlética de corazón y no sé qué hacer. Alonso está enfrascado en un proyecto vinculado al periódico: el libro histórico del Real Madrid que le tiene encerrado entre las cuatro paredes de la redacción y las visitas al Santiago Bernabéu.
Mi Alonso me es infiel con el Real Madrid y eso para una atlética es muy duro. ¡Pero cómo voy a vencer con mis armas de seducción a su equipo del alma! Ay, que no tiene nombre que a una india colchonera le pongan los cuernos vikingos.
Final
He perdido la batalla. Soy incapaz de luchar contra su obsesión, la fijación que le absorbe la mente, el tiempo... Sí, soy atlética de corazón y no sé qué hacer. Alonso está enfrascado en un proyecto vinculado al periódico: el libro histórico del Real Madrid que le tiene encerrado entre las cuatro paredes de la redacción y las visitas al Santiago Bernabéu.
Mi Alonso me es infiel con el Real Madrid y eso para una atlética es muy duro. ¡Pero cómo voy a vencer con mis armas de seducción a su equipo del alma! Ay, que no tiene nombre que a una india colchonera le pongan los cuernos vikingos.