Primer día
─Espejito, espejito, ¿por qué me maltratas así?
─Emma, tú eres la culpable, tú te has metido en este lío.
─Sí, espejito, tienes razón...
El espejo refleja una realidad que no quiero ver: mi cuerpo intenta moverse al ritmo impuesto por "La Noe" (mi profesora dominatrix de aeróbic), mi cara está congestionada, el sudor abraza todo mi ser, la música atrona en la sala y mi desánimo aniquila mi natural optimismo. ¡Y yo que creía que bailaba bien!
Segundo día
Acudo a mi clase de aeróbic mejor equipada: una toalla para eliminar el sudor, botella de agua y lentillas. Dominatrix Noe me mira con sonrisa perversa, pone la música y empezamos a practicar kit boxing ─puñetazo arriba, puñetazo abajo─ y steep ─sube, baja, sube, baja─. El espejo sigue torturándome y mi desánimo aumenta al ver mi falta de ritmo y mis movimientos descontrolados.
Tercer día
─Espejito, hoy no me vas a humillar.
─Eso crees tú, bonita...
─Ay, espejito, que a mala te gano.
Me giro, retiro mis gafas y me coloco cegata perdida en mi sitio de la sala de aeróbic. Noe Dominatrix baila sin parar Gangnam Style ─un baile en el que parece que estás montando a caballo y no paras de ir de un lado a otro con movimientos sensuales─. Intento imitarla y mi estilo pazguato cegato me hace reír a carcajadas. Noe Dominatrix me mira con severidad.
─Ay, que no puedo ─intento justificarme─, soy un fracaso.
─Emma, este fin de semana miras vídeos de Gangnam Style, practicas en casa y el martes seguro que lo consigues... Además, voy a grabar una clase para volcarla en mi canal de Youtube ─me ordena Dominatrix.
La miro con ojos de cordero degollado, asiento y miento porque ¡¡no pienso trotar como una amazona por el salón y el día que grabe el vídeo no acudo a clase!! Que conste.