Confieso que como buena gata hiperactiva mi pasión y mi perdición es Madrid. La metrópoli, además de sorprender con actividades clásicas: cine, teatro, museos..., esconde originales propuestas. Este fin de semana, por ejemplo, paseamos por el "Mercado de motores", en el Museo de Ferrocarril: un mercadillo plagado de puestos con objetos de otro tiempo para crear una decoración con un toque vintage, muestras artísticas, productos gastronómicos y una zona muy "chill out" para alimentar y refrescar el cuerpo entre vagón y vagón.
Pero para alimentar el estómago, lo mejor es acudir a "MadrEat", una culinaria y gustosa propuesta emplazada en los jardines de Azca, un auténtico "streetfood" que sorprende por sus caravanas ─tan habituales en la vida y películas americanas─ centradas en distintos tipos de comidas y estilos: india, americana, castiza, francesa... Bocados de pasión.
Sí, Madrid me mata, me secuestra y me ata a sus calles.
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