viernes, abril 24, 2015

Un día de pesadilla

¡Qué día!
Pierde el Atleti. Por lista, se me ocurre cambiar de "telechino" y la comida es asquerosa. Los de Motorola alegan mal uso de mi móvil e intentan que la garantía no cubra la reparación. Para disipar mi mal humor, me voy con mi amiga Visa a hacer unas cuantas compras. El día mejora hasta que me acerco con excesivo cariño a una furgoneta que abraza mi coche y lo camela con un beso de tornillo. Resultado: ¡todo el lateral destrozado y abollado! Bufo de ira y recuerdo que he perdido el carné de conducir y que aún no he pedido una copia. 
Mi encabronamiento empieza a alisar mi pelo y, como soy muy buena compañera, aviso a los de alrededor: "¡cuidado que estoy de mala leche!". En ese instante, nada más decirlo, me entero de que debo trabajar el fin de semana y siento deseos asesinos... Por no hablar de la operación biquini, que como no me lo tome en serio este año veraneo en un iglú. ¡Y en breve es la comunión de mi ahijada y yo con estas carnes!...  Hay días y ¡ay, qué días!


Infiltrada en un grupo madridista

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