domingo, abril 10, 2016

Mi frikismo particular


Domingo, 9:30 h de la mañana, una leve resaca navega por mi cerebro por los excesos de la cena y copas en casa de unos amigos. El despertador del móvil insiste con su insoportable sonido, extiendo la mano, apago el teléfono y miro por la ventana. Una pena, no llueve. Los nervios me hacen saltar de la cama, vestirme con mis mallas y aparejos de adiestramiento. 
Yoda eleva sus graciosas orejas al verme bajar las escaleras. Hoy es nuestro último día del curso de obediencia canina que imparte El perro pirata en el parque Juan Pablo II. Después de un mes, Yoda debe pasar el examen final: una sucesión de ejercicios en un circuito cuadrado.
Antes de salir de casa me preparo mi Coca-cola light con hielo, coloco a Yoda en el maletero, cojo mi cliquer (herramienta para el adiestramiento canino), los premios y arranco hacia la prueba final.
No lo dudéis, la fuerza nos ha acompañado y hemos aprobado con una calificación excelente. Cómo se nota que soy una friki de mi perra, acudo a cursos, paseo hasta el infinito y más allá y soy el hazmerreír de mis hombres que soportan con estoicismo mi frikismo perruno.


¿Aprobaré el examen?


No hay comentarios:

Publicar un comentario