viernes, abril 01, 2016

Soy una perdida


Desde la ventana de cristal, en mi día de libranza, observo al fondo la sierra nevada de Madrid. No recuerdo la última vez que cogí un autobús interurbano, tal vez hace veinte años. Me dirijo a Collado Villalba, un destino inusual en mi vida. El silencioso movimiento del moderno vehículo me adormece y sueño con el inicio de mi odisea.
─Emma, tú sí que eres una perdida.
Mis brazos sujetan el libro "Lugares oscuros", de Gillian Flynn, la autora de "Perdida", el gran éxito literario de hace unos años. No contesto a Alonso, ni siquiera sonrío, no tengo argumentos para rebatir su afirmación y encima el libro no me está gustando.
Semana Santa, mi madre con sus mimos, Julian y su sabrosa cocina, los tres perros, los niños, Guadarrama, amigos, las partidas de parchís, Alonso, las excursiones, el vino, el cuscús, las risas... Salvo por mi presencia, todo es perfecto. 


Mi perdición: los perros, mi coche y mis gafas de sol

Porque no te lo vas a creer pero...
  • ¿A quién se le ocurre dejar la funda con las gafas de sol graduadas encima del techo del coche para ubicar a los perros en el maletero, arrancar a toda velocidad y percatarse del despiste treinta kilómetros después? Gafas perdidas
  • ¿Quién es capaz de volver a perder la única llave del coche en una excursión, avisar a la grúa para trasladarlo al taller, que desmonten la cerradura y solicitar nuevas llaves en la central?
    Coche perdido
  • ¿Quién puede pensar que al llamar a la perra en vez de volver por el puente que ha atravesado ataje saltando un pequeño muro y se caiga al agua del estanque?
    Perra chapoteando, dueña perdida de los nervios intentando salvarla

Sí, soy una perdida y ahora me dirijo después de cinco días sin coche al taller de Villalba a pagar un pastón para recuperar mi automóvil con dos puñeteras llaves nuevas. Lo sé, una perdida, un desastre, un auténtico caos, pero tengo un tesoro: mi familia y una madre fantástica que hasta se convirtió por unos minutos en agente de tráfico para facilitar las maniobras de la grúa. 


Detrás, el estanque del chapuzón


No hay comentarios:

Publicar un comentario