Cada día es más difícil estar alegre. El sábado falleció el padre de mi amiga Montse y ni siquiera lo pudo velar, ni llorar a su lado. Tan frío que el cariño de los amigos solo le llegó por whatsapp. Lo mismo sucedió la semana pasada con Salvador, el vecino de mi madre. Puerta con puerta toda la vida. La madre de mi amiga Fabiola ya no está en el hospital porque necesitaban más camas para los pacientes con coronavirus. Ella y sus dolores se han ido a su casa. Y allí está, confinada. Y hoy, un mazazo: habilitan la pista de hielo del Palacio de Hielo como una morgue tras el colapso de las funerarias. La vida está siendo muy dura, pero vamos a buscar las sonrisas del día, aunque cueste.
Vídeos
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«Un día te despiertas con el ánimo bajo y nadando en el mar llamado "soledad". De repente recibes mensajes y un vídeo de una amiga. Las emociones a flor de piel se convierten en cascadas de lágrimas cayendo en una sonrisa», escribió mi hijo Diego al ver que su amiga Patricia había creado este vídeo con la letra de su último poema. Vedlo, por favor. Y sí, es pasión de madre. Tan bonito.
Mascarillas
No pienso desvelar las identidades de los que se ocultan bajo estas mascarillas, pero sé que muchos los reconoceréis. Aunque sea un drama taparse la cara o ponerse guantes, hay que intentar sonreír. Y los que aquí aparecen siempre han sido muy gansos.
Vinos, cervezas... Y amigos
"Chicos, descargaos Zoom, que el viernes por la noche nos vamos de tapas virtuales". Y a la hora establecida estábamos todos con nuestras copas, nuestros pinchos y la amistad a distancia.
"Chicos, el domingo tomamos el aperitivo a la una". Y de nuevo, cómo no, a brindar desde la distancia... Ay, me encantan las nuevas tecnologías. ¡Os dejo que me llaman por Zoom!
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