miércoles, diciembre 14, 2022

Felices fieras

Lucas, el gato que tuvimos hace años, adoraba la Navidad. Tumbado en el sofá, abría un ojo disimuladamente y me observaba mientras colocaba las luces entre las ramas del pino, las bolitas, los  adornos atesorados a lo largo del tiempo y, como marca la tradición, la estrella de Oriente en la parte superior. Sus nervios le hacían estirar las patas sobre el cojín, afilar las uñas y contener su instinto trepador hasta que se quedaba solo en casa. Entonces, el Macaulay Culkin felino, con los dos ojos bien abiertos, arqueaba la espalda y saltaba sobre el pino como si fuera una ratonera llena de ratones. Sujeto al tronco con las patas traseras, golpeaba las bolas hasta que caían como gotas de lluvia al suelo. "¡Menuda juerga, viva la Navidad!", maullaba emocionado. El último adorno en abandonar el pino era la estrella, que esparcía su purpurina plateada en su vuelo sin motor. Para rematar su jugada gatuna, se convertía en un leñador de camisa roja y negra al estilo canadiense y, sin hacha pero con garbo, lograba tirar el desnudo pino y sus luces contra la tarima del salón. Toda una hazaña para él y un drama para la familia. Al final, ganó y decidimos no volver a poner el tradicional abeto navideño.
    Yoda, mi adorada schnauzer negra y plata, descubrió junto a la escalera las piñas que colgaban de las ramas que decoraban la damajuana –una vasija de vidrio que antiguamente almacenaba el vino–. Pura tentación. Cada vez que tiraba una piña se transformaba en Maradona y corría con ella por el pasillo como si fuera un balón. Yoda ganó por goleada, y retiramos los rústicos adornos. 
    Sin embargo, Alma, mi pequeña schnauzer blanca que me ha devuelto la alegría, estaba un poco mustia: ni pino, ni bolas, ni piñas... Hasta que descubrió un pequeño Papá Noel de peluche apoyado en un escalón de la escalera. ¡Qué locura para sus fauces! El rescate y ocultación de Papá Noel se logró tras una operación de carreras alrededor de la mesa. ¡Ejercicio para la dieta!
    El Belén, el espíritu navideño y las luces de estrellas siguen intactos. ¿Hasta cuándo? Hasta que lo decidan mis fieras. ¡Felices fiestas!

2 comentarios:

  1. Lucas, Yoda y Alma son en gran medida el espíritu de la Navidad. Forman parte de nuestro anecdotario. Emma, JF y tus hijos os deseo una feliz navidad y que cuando llegue 2023 sean solo recuerdos dulces.

    ResponderEliminar
  2. Emma Peña Tojo5:21 a. m.

    Muchas gracias, Carmen. Tus mascotas también te acompañarán estas fiestas. ¡Feliz Navidad y mejor 2023! Un besazo

    ResponderEliminar