La reina y los infantes
Tanto monta, monta tanto, llegaron a la catedral y de allí al suntuoso castillo, el Alcázar. Las princesas, Manuela y Cayetana, abrazaron a sus primos los príncipes y pasearon por las distintas estancias. Finalmente el rey indicó por dónde ascender hasta el torreón más alto para divisar el fantástico paisaje.
Y como en todos los cuentos: fueron felices y comieron cordero, que las perdices es una horterada en estas tierras de cordero y cochinillo.
Fin
Príncipes y princesas
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