Juntos después de diez días sin vernos. |
Sus sms aprisionaban mi corazón: "Te quiero". "Ven a verme al campamento". "Te echo de menos". Sus llamadas me perturbaban: "Sí, me lo estoy pasando muy bien y estoy aprendiendo mucho inglés, pero cuando llega la noche, como el hombre-lobo, me acuerdo tanto de vosotros que me entristezco"
¿Cómo decirle que no podría acudir a achucharle en el "Family Day" porque tenía que trabajar? La ansiedad me dominaba.
"Irán Papá y Álvaro, pero yo no puedo", le expliqué insistentemente. "Por favor, Mamá, necesito verte". Al final, como siempre, mi instinto maternal me dominó y mis compañeros de trabajo me cubrieron para que pudiera acudir a mi gran cita y dar a Diego una auténtica sorpresa.
El domingo, después de 256 kilómetros, nos reunimos con él y pasamos un día juntos en su fantástico campamento en las Hoces del Cabriel entre risas, abrazos, mimos y muchas actividades. Happy day.
Tirolinas, caballos, rafting, rocodromo... Un campamento multiaventura en inglés |
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