Los jardines del Museo Sorolla |
─¿Dónde vamos, mamá?
─A un sitio maravilloso que me encanta visitar de vez en cuando...
─¿Otro museo?
(¡Qué bien me conocen!)
El "Museo Sorolla" con sus jardines, sus cuadros y su palacete destila encanto en pleno centro de Madrid y los minutos se escapan entre tanta belleza. Al terminar, observo la cara de "bueno no ha estado mal" de mis hijos, les guiño el ojo y pregunto:
─¿Creéis en los fantasmas?
─Claro, siempre nos has dicho que existen.
─Pues ahora os voy a llevar a la estación fantasma de Madrid: la estación de Chamberí.
Descendimos las escaleras y sentimos que el tiempo nos trasladaba a principios del siglo pasado: antiguas taquillas y tornos de hierro, carteles publicitarios sobre azulejos... Un andén fantasma en el que ya no paran los vagones y permite a la imaginación volar a otras épocas.
─¿Os ha gustado?
─¡Nos ha encantado!
Después de las paradas culturales, el estómago empieza a reclamar su atención. Como guinda final, una rica comida en un sitio especial: el mercado de San Ildefonso, que se rediseñó con el espíritu de Street Market y está plagado de puestos con distintos placeres gastronómicos. ¡Mi momento de felicidad!
─Alonso, pídeme otra cerveza que hoy me salto la dieta.
Como penitencia el domingo quemé las calorías con una larga caminata hasta que la tarde me convirtió en una "Perdida", la adaptación cinematográfica del libro de Gillian Flynn.
Aquí, mi artículo sobre la Estación 0
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