jueves, enero 08, 2015

Sorpresa de fin de año

Tres hombres y un destino
Se nos ocurrió de pronto, en un instante, y guardamos el secreto hasta el 24 de diciembre. Ese día una nota de Papá Noel desveló a los niños que el final de 2014 e inicio de 2015 lo íbamos a vivir de una forma distinta y original: en un crucero por el Mediterráneo.
Con la resaca de las fiestas y la ilusión partimos rumbo al puerto de Barcelona. En sus aguas, un enorme barco nos dio la bienvenida y zarpamos hacia Marsella. Mi memoria recuerda de nuestro primer destino el viento racheado del puerto, la impresionante basílica de Notre-Dame de la Garde sobre la montaña, la noria cimbreante y el olor a "cafe au lait" en una recoleta cafetería que nos protegía del frío. 

¿Quién tiene más miedo?
En Génova, nuestra siguiente parada, además de visitar el acuario más grande de Europa, paseamos por la réplica de la antigua carabela en la que se rodó "Piratas", nos quedamos ojipláticos al descubrir el misterioso y tecnológico garaje "batman" oculto en un palacio (¡ver para creer!), visitamos el Palacio Rosso y degustamos la focaccia más sabrosa de Italia en una de sus calles peatonales.
Señales divinas
Hacía más de veinte años que no volvía a Roma. Los monumentos siguen allí, pero la invasión de turistas me dejó impresionada. Eso sí, es una ciudad que siempre enamora: la Piazza Navona, el castillo de San Angelo, la fontana de Trevi (aún la están restaurando), el Coliseo, el Vaticano y, mi gran amor: el Panteón de Agripa. Entre caminata arriba y caminata abajo la pizza, la pura pizza italiana, logró la felicidad de nuestros estómagos. Al final del día, la naturaleza nos sorprendió con un fenómeno que jamás había visto en directo: una murmuración (vuelo sincronizado de miles de estorninos que recrean figuras en el aire).
El parque automovilístico de Palermo es de lo más puntero
La ciudad más pintoresca, la que nos trasladó a la Italia profunda, a los griteríos de la gente, a la "mamma mia" y a vislumbrar en algún momento fugaz a Don Vito Corleone fue Palermo (Sicilia). Recorrimos sus calles en un original carricoche conducido por Genaro, un loco al volante que nos hizo temer por nuestras vidas y multiplicó nuestras dosis de adrenalina. 
Vista de Cerdeña desde el Bastión de Saint Rémy
Esa noche, el temporal hizo zozobrar el barco al estilo cha-cha-chá. Vaivenes y giros que producían los efectos de una borrachera en nuestro cuerpo. El mar se puso muy bravo e impuso nuestro nuevo destino: en vez de Túnez, Cerdeña, una bella ciudad costera junto a la montaña que alberga una preciosa cripta bajo catedral. 
Además de los destinos turísticos, disfrutamos de la estancia en un increíble barco repleto de atracciones para los niños y adultos: musicales, conciertos, simuladores de Fórmula 1, cine 4D... Y, humm, el área del spa, con masajes y cuidados corporales para olvidar las tensiones del 2014 y empezar 2015 sobre las aguas del Mediterráneo entre uva y uva, entre suspiro y suspiro. 

P.D. 1. Un secreto: el director del crucero era igual que Andy García en sus tiempos mozos ;-)
P.D. 2. La Nochevieja merece su propia entrada, todo llegará.

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