Querida Amaia Montero: no nos conocemos, ni creo que lo hagamos, pero esta semana me has preocupado. No pienso juzgarte por tu apariencia física. No sé si tienes un leve sobrepeso, ni me importa. En cambio, te puedo confesar, como canta la Pantoja, que a mí me sobran unos cuantos kilos. Tal vez porque cocino muy bien (modestia aparte), me encanta comer, beber, organizar fiestas, un tiroides alocado... ¿Me gustaría estar delgada? Pues sí, no me importaría, pero tampoco mucho, que las dos veces que he estado escuálida ha sido por problemas y me encantan las alegrías.
Asumo que no estoy en mi peso ideal y me he convertido en una body positive, tanto que si alguien me llama gordi sonrío y si me dicen guapa o simpática, también. No me gusta dar consejos, pero es mejor reconocer las cualidades y defectos de cada uno y, sobre todo, reír. La vida son dos días y al final la gente te recuerda más por las carcajadas, aventuras, historias, anécdotas... que por unos kilos de más. No voy a negar que la apariencia física es importante y a todas nos gusta estar guapas: delgada-guapa, gordi-guapa... Y si una es fea pues tampoco pasa nada. Como dice mi madre: cada uno tiene su público y, en tu caso, más.
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