Los niños acabaron el curso (¡aprobé tercero de primaria con muy buenas notas! -mérito de Diego, claro-) y el caos y la revolución llegaron a mi vida. El tiempo se me escurre entre los dedos y ni siquiera tengo tiempo de escribir y relatar nuestras aventuras. Tal vez un resumen no vendría mal.
Fiesta de fin de curso.
Álvaro actuó como Pedro, el amiguito de Heidi. Y me emocionó.
Diego danzó al ritmo de "Bailando bajo la lluvia". Y me cautivó.
¡Campeones!
Futbolera no es un adjetivo que me defina. Sin embargo, la Eurocopa me enganchó y me hizo adicta a mi selección. En el partido de cuartos, prometí a mis hijos que si España superaba el reto les regalaría una camiseta. Al día siguiente, a las ocho de la mañana, Diego y Álvaro me despertaron a gritos: ¡Mamá, a por la camiseta! Y cumplí mi palabra.
Álvaro vestido como Casillas y Diego, con la camisa roja. "No más derrotas, sólo fútbol en tus botas", exclamaba Diego en los partidos.
En la semifinal les juré el balón. Y el sábado, al salir de trabajar, corrí al Corte Inglés a por él no fuera a ser que gafara a mi amada selección.
Y cuando Torres marcó el gol, el gol de la victoria, miré a mis niños con la bandera de España pintada en la cara, guiñé un ojo a Alonso y cuando el árbitro pitó el final, nos subimos los cuatro al coche y gritamos por la Castellana: ¡campeones, campeones, oé, oé, oé! En la calle San Francisco de Sales descubrimos a Pepe toreando los coches con la bandera de España y todos dejamos que la emoción nos desbordara.
Planes de verano
Ahora Álvaro presume de ser hijo único. Diego se ha ido durante quince días a un campamento de inglés en Sepúlveda con sus amigos Alejandro, Daniel y Rubén. Le echo mucho de menos y no me separo del móvil a la espera de que me llame. Ay, cuánto me acuerdo de él, gimoteo por la noche. Pues yo no, mamá, estoy feliz, me dice Álvaro mientras acapara todos mis besos y me pregunta si va a venir el tío Roberto para llevarle a la piscina para que juegue con sus primas.
Álvaro, el súper héroe
Y en breve...
Nos iremos a Guadarrama, a un crucero de lujo, al concierto de Bruce en Barcelona, a Segovia y como guinda de la tarta: ¡AL CARIBE!
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