miércoles, noviembre 04, 2009

Doctora House




Hay días en que la autoestima se multiplica por mil. Hoy es uno de ellos.
-Emma, me encuentro fatal. Esta noche no he dormido nada. Me despierto continuamente con sequedad de garganta y carraspeo. Ya no sé qué hacer. A lo largo de este año me han hecho mil pruebas: análisis, han comprobado que no tengo apnea después de dormir una noche en la unidad de sueño... Y no dan con mi mal. ¡Qué desesperación! -se quejó mi padre por teléfono.
-Pero sólo te ocurre por la noche, ¿no?
-Sí, durante el día estoy mejor salvo que estoy cansado por dormir tan mal. No lo entiendo, ayer por ejemplo cené unos mejillones al vapor...
-Papá espera, ahora te llamo, quiero comprobar una cosa.
Bajé como una loca al ordenador y empecé a buscar en Google. ¡Eureka!, grité y llamé rápidamente a mi padre.
-Papá, no te rías de mí, pero te voy a proponer una cosa. No pierdes nada por hacerme caso y puede que así solucionemos tu sequedad de garganta.
-Tú dirás, Emma.
-Al contarme lo que te ocurre me he acordado de un capítulo de House en el que el paciente está a punto de morir hasta que House se percata de que es alérgico a la quinina.
-¿Y?
-Pues que el paciente tomaba gin-tonics y la tónica tiene quinina, en dosis muy bajas pero si eres alérgico te produce grandes daños. Siempre he pensado que tu sintomatología era claramente alérgica, prueba no tomar tónica y así vemos si es que eres alérgico a la quinina.
-Emma, parece de coña.
-Ya, pero todas las noches te tomas un gin-tonic y justo después es cuando empiezas con el malestar.
-Sí, pero...
-Tal vez me equivoque, pero no perdemos nada.
-Está bien, haré lo que tú dices.
Mi padre me hizo caso y, oh, misterios de la vida, esa noche durmió plácidamente, sin despertares bruscos y sin molestias en la garganta.
-¿Qué tal has dormido, papá? -le pregunté a primera hora de la mañana.
-De un tirón, Emma, es increíble... Fíjate que antes había eliminado la ginebra, pero a cambio me tomaba un bote de tónica con hielo. Era peor el remedio que la enfermedad... Es surrealista.
Ha pasado más de una semana. El tratamiento parece que funciona y yo, que soy súper modesta, estoy emocionada por haber dado con el quid de la cuestión, por ser serieadicta y por tener una memoria de elefante que me permitió hacer tan fantástico diagnóstico. ¡Gracias Dr. House!

No hay comentarios:

Publicar un comentario