miércoles, noviembre 11, 2009

Primada en Oliete




Todos los primos en Oliete, paraíso turolense

Roberto nos dio el pistoletazo de salida: "Cayetana está mucho mejor, podemos irnos". Mi prima María elaboró la lista de comida, Roberto la acompañó a la compra, yo preparé un puré y sin darnos cuenta los maleteros rebosaron de bicicletas, maletas y comida, mucha comida. El sábado por la mañana invadimos la casa de Oliete (Teruel). Seis más seis, doce. Doce personas compartimos tres días fantásticos en los parajes turolenses.
Contaré que no paramos: estuvimos en el observatorio de aves rapaces de Alacón, buitres no vimos, pero sí los restos de sus manjares; en la Sima de San Pedro -la mayor de Europa-, una fractura en mitad de la montaña con una profundidad de más de 108 metros y una boca de 95 metros de diámetro. En el fondo, un inmenso lago en el que convive una amplia variedad de especies de animales (ranas, pájaros, murciélagos...). Y cómo no, subimos los 256 escalones para contemplar el Pantano de Cueva Foradada, acudimos al Monasterio de Arcos, admiramos las huellas de dinosauriso de Ariño y el último día trepamos hasta un risco para descubrir las pinturas rupestres de Oliete y el fuerte aire casi nos hizo volar.
Además de las visitas turístico-culturales compartimos risas familiares. Los niños (Diego, Mónica, Álvaro, Vitín, Manuela y Cayetana) jugaron, montaron en bici, recogieron piñas para la chimenea y disfrutaron al compartir tres días entre primos.
Los mayores (Juan Fran, Víctor, Roberto, María, Virginia y yo) nos aguantamos los unos a los otros (es lo que tiene la familia, je, je), cenamos en el Higinio, tomamos unas copitas en casa... Hablamos y hablamos, reímos y estuvimos muy pendientes de la chimenea para no quedarnos helados.



ANÉCDOTAS
  • Diego. Como un mayor se sentó en la barra del Higinio y se zampó el solito un platazo de aceitunas, pan y una coca-cola. Disfrutó al ir y volver en bici al pantano. Y pese a mis dudas por tanta juerga y poco estudio, sacó un nueve en "cono". ¡Ha heredado el memorión de su madre, je, je!
  • Vitín. Por fin empezó a pedalear sin ruedines. Un campeón.
  • Manuela. Refunfuñó cuando sus primos "mayores" no la hacían caso y rió cuando era la estrella.
  • Álvaro. Se negó a comer con la cubertería con mango rosa (¡faltaría!). "Yo con tenedores normales", exclamó horrorizado al ver los cubiertos.
  • Cayetana. Pura sonrisa... Siempre que su padre la llevara a hombros, por supuesto.
  • Mónica. Subió hasta la iglesia de paquete en la bici de su primo y lanzó hechizos de la bruja Kika.
Podría contar mil anécdotas más, mil detalles... Pero, tal vez, una imagen valga más que mil palabras (o varias imágenes...). 


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