domingo, octubre 22, 2023

'Nada' o todo. Amigos o enemigos

Luis Brandoni y Robert de Niro, dos grandes amigos en 'Nada'

A veces, pienso. Falso. Es mi mente la que navega a su rollo, como le apetece, sin preguntarme si deseo viajar al pasado, rememorar momentos y gente que se esfumaron y que nunca volverán. Sin control, me retrocede a una vida de la que solo resisten las ascuas del recuerdo y surgen las preguntas: ¿por qué se rompió aquella amistad, qué fue de aquel viejo amor, qué habrá sido de aquella compañera de universidad? Incluso la puñetera mente, la loca que hace siempre lo que quiere, se cuela en mis sueños y, sin previo aviso, aparecen como fantasmas personajes que creía olvidados, familiares y conocidos que se desintegraron como los juguetes de la infancia.
    La serie argentina 'Nada', en Disney Plus ('plas' para los modernos, 'plus' para una defensora de Tom 'Cruis' y no 'Crus'), interpretada por los actorazos Luis Brandoni y Robert De Niro, muestra la amistad entre dos octogenarios, entre Manuel, un crítico gastronómico porteño, y Vincent, un escritor de éxito neoyorquino. Si algo une a los protagonistas es el placer por las delicias culinarias argentinas: el lomo Clark's (el clásico Wellington con la carne en su punto bañada con  la mezcla de verduras, el toque inconfundible de la mostaza de Dijon y envuelta en hojaldre); la enorme milanesa de lomo, siempre calidad; el bife de caballo a la parrilla, la pasión de De Niro, y los postres: el panqueque de dulce de leche, la medialuna de grasa o las bolas de fraile. Unas bombas calóricas que solo la sopa que cocina la paraguaya Antonia (Majo Cabrera), la empleada de hogar de Manuel, es capaz de reducir sus ardores estomacales.
    La paciencia se pierde con los años, o más que la paciencia, la capacidad de aguantar a personas que no aportan o intoxican. Un gota a gota que se desborda hasta escribir el punto final. Au revoir, mon ami
     En una cena con un grupo de compañeros, Manuel discute con uno de ellos. La gran batalla dialéctica. «No te estoy pidiendo disculpas, te estoy pidiendo el divorcio. Quiero la disolución del vínculo amistoso. No hace falta dejar nada por escrito, y si coincidimos en algún evento nos hacemos un gesto de saludo protocolario y nos ignoramos olímpicamente» fue la rotunda respuesta del crítico gastronómico cuando el que creía su amigo le pidió perdón a la mañana siguiente. Una respuesta para enmarcar.
     Hay palabras que se graban en el cerebro, que no se olvidan y que pueden quebrar la amistad más sólida. 'Nada', la breve comedia de solo cinco episodios, desgrana las relaciones humanas, los apegos que surgen en el momento menos pensado –¡ay, qué química más tierna entre Manuel y Antonia!–, y cómo el mimo al elaborar un plato para complacer a los comensales, al pensar en cómo sorprender a través del paladar prima y pellizca más el corazón que si te regalan un bolso de 'Puturrú de fúa'.
    Y mi guinda de la tarta es Robert De Niro, que no sé qué tiene pero me vuelve loca. ¿Me recordará a alguien? 
     Feliz comida, feliz serie.





miércoles, julio 12, 2023

A leer que son dos días


Aunque el verano inunde de color las calles, playas y piscinas, hay mentes por las que siempre sobrevuela una nube gris alimentada por novelas negras que enturbian sus neuronas pero, como una sangría con tropezones de melocotón, sofocan los calores del intelecto.

Una mujer furiosa (Antonio Fontana. Siruela Nuevos Tiempos)
Habrá quien piense que no soy objetiva, que me pierde la amistad, y se equivocará. Valorar los libros de los amigos implica un sobreesfuerzo: sinceridad sin matices, crítica real y contención en los elogios. Tarea compleja. Sin embargo, con Antonio Fontana  ─Premio de Novela Café Gijón 2020 por Hasta aquí hemos llegado y Premio Málaga de Novela 2017 por Sol poniente─ los halagos a su escritura jamás son forzados sino sinceros. Antonio, mi querido malagueño, posa sus dedos sobre el teclado del ordenador, inicia el baile de letras con sones de los ochenta e hipnotiza al lector como el flautista de Hamelín a los niños y las ratas. En Una mujer furiosa, su última novela, nos descubre la vida de Santi, su hermano Fede, sus padres, sus secretos y las vivencias que han marcado sus recuerdos. Aquellos veranos, aquella huida, aquellos amores con olor a adelfas y el dolor de las palabras que hieren una vez dichas. Fontana mezcla con maestría el sufrimiento y el humor. El lector siente que se le encoge el estómago y al momento se le dibuja una sonrisa en el rostro, o no, porque Antonio siempre acecha y, en el momento más inesperado, te clava el puñal y desata la angustia. Una montaña rusa de emociones, historias de fantasmas y desapariciones. Una novela de alto voltaje.

El ancho mundo (Pierre Lemaitre. Salamandra)
Mi adicción a la novela negra es conocida por todo mi entorno, y mi adoración por Pierre Lemaitre, también. Tanto que mi compañero Bruno me regaló su último libro, El ancho mundo, donde se aleja de la negrura y relata la historia y secretos de la familia Pelletier. Un viaje que nos traslada a Beirut, a la guerra Indochina y al París de la posguerra. Tres historias en distintos enclaves pero unidas por el lazo familiar. Exotismo, asesinatos, corrupción, amor del bueno, amor del malo y el fluir de las palabras.  

Hontoria (Juan Carlos Galindo. Black Salamandra)
La investigación de un triple crimen en Hontoria, antiguo pueblo y actual barrio de Segovia, nos arrastra a un recorrido por todos los sucesos de la crónica negra española y el true crime norteamericano. Jean Ezequiel, periodista segoviano que trabaja en un periódico de la capital, más que cubrir la información ahonda en el caso de forma obsesiva y nutre su pódcast 'Píldoras criminales', con banda sonora del grupo escocés Mogwai, con los avances de sus pesquisas. De fondo, la ciudad de Segovia: el acueducto, Cándido, la Gimnástica Segoviana, el Jardín de los poetas... Un personal pellizco al corazón para una gata casada con un segoviano. Muy recomendable.

La llama de Focea (Lorenzo Silva. Destino)
De nuevo aparecen en mi vida el subteniente Bevilacqua y Chamorro. El descubrimiento del cadáver de Queralt Bonmartí, hija de una familia acomodada catalana, en uno de los senderos del Camino de Santiago desata una investigación entre Santiago de Compostela y Barcelona. Una forma de conocer el pasado de Bevilacqua, su vida anterior en la ciudad condal, el desafío que sufrió España por el independentismo catalán... Una trama que te abre los ojos de forma culta y documentada de una parte de la historia reciente, de la llama que no cesa. 

Justo antes de la felicidad (Agnès Ledig. Grijalbo)
A veces la empatía de un hombre al ver las lágrimas contenidas de la cajera del supermercado puede desencadenar un giro absoluto en la vida de ambos. Una novela ligera, de fácil lectura con algún giro inesperado y un final muy esperado. Una fresca lectura para el verano. 

Los asquerosos (Santiago Lorenzo. Blackie books)
¿Quién no conoce a alguna Mofucha? Sí, esas personas que necesitan aire puro y disfrutar de la naturaleza, pero les es imprescindible tener conexión wifi con velocidad 5G, microondas o apertura automática de las persianas del salón. Santiago Lorenzo, a través de su personaje Manuel, que huyó por un percance en la ciudad y se recluyó en un pueblo deshabitado, critica de forma sarcástica a la sociedad contemporánea, al snobismo. Su "Frank del pueblo" nos muestra otro estilo de vida impensable hoy en día. Una novela que atrapa por la riqueza de su vocabulario, sus nuevos términos y su implacable humor.

Y, como siempre, te recomiendo leer mi novela "Herido", de venta en Amazon 


lunes, mayo 29, 2023

Elecciones con olor a Aftersun

Ofendida, indignada, enfadada... Así me siento hoy desde que Pedro Sánchez ha convocado las próximas elecciones nacionales para el domingo 23 de julio. A ver, Pedrito, que mucha gente está en esas fechas de vacaciones o degustando una grasienta barbacoa entre chapuzones en la piscina o saboreando una paella con vistas al mar. Claro, ahora me dirás que no me preocupe, que para esos casos existe la opción del voto por correo. Muy listo, Pedrito. ¿Y qué hago si me toca ser presidente o vocal de la mesa electoral? ¿Me voy al colegio embutida en mi bañador ajustado, con mi sombrero de paja, mis gafas amarillas o rosas ─depende del modeli que me ponga ese día─ que combinan con el pareo y olor a Aftersun o Beforesun? ¿Pero por qué nos tratas así? Pedrito, has fastidiado, y mucho, a todos los sectores que se dedican a la comunicación. ¡Si hasta a Angels Barceló casi le da un ataque al escuchar la temible fecha que has propuesto! Eso no se hace, majo. Vale, entiendo que estés acojonado, que no me extraña, pero la culpa es tuya no del resto de los españoles que nos visualizamos ese domingo tumbados en la toalla sobre la fina arena, el césped o la hamaca junto a una cerveza bien fría, unas patatitas fritas y unas aceitunas rellenas. Que digo yo, que qué te costaba convocar las elecciones en septiembre, por ejemplo, o haberlas unificado junto con las municipales. Tal vez aún no te hayas dado cuenta, pero estoy de muy mal humor, que trino como los pajaritos. Eso sí, te juro por Dios, al estilo Escarlata O'Hara, que pienso votar pase lo que pase y aunque no diga a quién se sabe a quién no. 

miércoles, mayo 17, 2023

Amigas vitamina


Una inyección de bótox, otra de ácido hialurónico. Muchas féminas logran su felicidad entre pinchazo y pinchazo. Un efímero engaño para lograr que el espejo refleje su imagen sin arrugas y obviar el paso del tiempo. Otras, en cambio, nos tenemos que pinchar vitamina en vena, que no elimina las arrugas pero alegra la vida. Y nada mejor que una escapada de mujeres, no unas cualquieras, sino cinco locas amigas que se conocen desde finales de los ochenta y han compartido tanta vida juntas. Lo esencial y fundamental es abandonar ─desde el cariño, que conste─ todas nuestras maletas: parejas, hijos, perros... No por falta de amor, no os confundáis, sino porque a veces es necesario desconectar cuatro días del mundo real y gozar de las confidencias, secretos, risas y gilipolleces, que son muchas. Porque no es lo mismo zamparse dos bolsas de regalices rojos, kikos, cervezas y tintos de verano –unos con casera y otros con limón–, entre nosotras que bajo la mirada del resto. Porque hay intimidades que sólo se relatan en un entorno de confianza sin juicios ni críticas y multitud de consejos llenos de cariño.
    La organización del evento anual requiere cierto trabajo: ajustar las agendas, preparar las bolsas ("por favor, meted lo imprescindible para quepa en el maletero") y llenar la mochila de ilusión. 
    Viernes, cinco de la tarde, cinco amigas y un destino: Alcocéber.
    Hasta aquí, como diría Mayra Gómez Kemp, puedo leer o quiero contar. Tal vez, unos brochazos de momentos únicos: el paseo por la sierra de Irta, las calas, la subida hasta Santa Lucía, los pinos Norfolk, nuestros photocall, chapuzones desde la tabla al azul Mediterráneo, la clase de yoga, la fantástica casa de C&C... Y mucha, muchísima vitamina. ¡Gracias, mis "suculentas" amigas! 


 


martes, abril 11, 2023

Mi historia con Sánchez Dragó


Aquella noche no tuve valor, y ahora es demasiado tarde. Sánchez Dragó se asomó por la historia de mi familia hace muchos años. A principios de los 90, azares del destino, trabajó junto a mi padre en Cooperación Internacional, en Costa Rica, en la otra orilla del charco. Dragó se encargaba de la parte cultural y mi padre, de la gestión. Un año de amistad y pura vida laboral. La promoción de su novela 'La prueba del laberinto', con la que ganó el Premio Planeta en 1992, alejó a Sánchez Dragó de su aventura costarricense y paralizó su presidencia del Instituto Cervantes. «En mi próxima novela quiero escribir sobre cómo hay decisiones que cambian el rumbo de nuestra existencia», me comentó la pasada primavera en la presentación del libro de Francisco López Seivane. Aquella noche hablamos de mi padre, de cuando lo invitó junto a mi madre a cenar a su casa en el centro de Madrid que, de nuevo el azar, había pertenecido a mis bisabuelos; conocí a su novia Emma, otra casualidad marcada por Gustave Flaubert, y aguanté la tentación
 de contarle la historia que nos unía a los dos. 
    Él ya nunca sabrá que hace muchos años mi padre llegó a España con el encargo de un amigo.
    ─José Luis, por favor ─le dijo entregándole un libro─, me haría mucha ilusión que Sánchez Dragó me dedicara su novela. Sé que sueles quedar con él en Madrid y si no te importa.... 
    ─Por supuesto, él estará encantado.
    La suerte se puso en su contra: Fernando había partido de viaje y a su vuelta mi padre volaba de nuevo rumbo a Costa Rica. 
    "Me da rabia por mi amigo, estaba tan ilusionado por la dedicatoria", le escuché decir al preparar la maleta, y sonreí. Que mis progenitores residieran largas temporadas fuera de España ─en esa época en la que no existían los móviles, ni las contraseñas para realizar gestiones bancarias, ni autorizaciones vía e-mails...─ me convirtió en una auténtica falsificadora de firmas. No había chequera que se me resistiera, autorizaciones para viajes en el colegio, notas escolares... Un auténtico arte grafológico entre mis manos. No me lo pensé dos veces, observé la firma de Sánchez Dragó, tomé el libro y, así como quien no quiere la cosa, escribí una bella y falsificada dedicatoria con rúbrica incluida. 
    Desde entonces, alguien en Costa Rica vive feliz con su novela dedicada por Sánchez Dragó sin saber nada del engaño. Y yo, querido Fernando, asumo mi culpa y reconozco que aquella noche fui incapaz de confesarte mi delito. Eso sí, no dudes de que mi falsificación fue el acto de bondad de una auténtica impostora. 

Descansa en paz, Sánchez Dragó.

martes, febrero 28, 2023

Terror: ¡Tío Gilito, James Bond y Roald Dahl!



Ahora que la sociedad se ha convertido en una meapilas, que todo se analiza con lupa, que los "ofendiditos" aparecen al girar por cualquier esquina, he comprendido mi carácter. No me ha hecho falta asistir a terapia o tumbarme en el diván de un psiquiatra. Sé quiénes son los culpables de mi fuerte carácter, de mi sentido del humor, de mi poca vergüenza o falta de timidez. Desde aquí quiero denunciar, y denuncio, a mis progenitores, a mis profesores y a todos aquellos que me permitieron en mi infancia ser feliz y disfrutar de los libros de Roald Dahl. Adentrarme con Charlie en la fábrica de chocolate, ver cómo trabajaban los upalumpas; imaginar el olor del jugoso y gigante melocotón de James; descubrir la poesía con los 'Cuentos en verso para niños perversos' y, cómo no, 'Matilda'. Aquella época indecorosa en la que el gordo era gordo, no 'enorme'. Y la fea, fea, no 'bestial'.
    Encima, y esto sí que no tiene perdón, me llevaban al cine y veía las películas del agente secreto 007. Sí, Bond, James Bond, que siempre pedía al barman un Martini mezclado, no agitado. Tal es la perversión de su lenguaje que ahora van a reeditar las novelas de Ian Fleming para eliminar los términos racistas ─los negros serán 'persona negra' u 'hombre negro', que tampoco percibo una gran diferencia, seré inculta─. Que sí, que no hay que fomentar el racismo, ni la homofobia, ni nada que denigre a cualquier ser humano, pero esos libros se escribieron hace muchos años, en otra época, con otras morales y lenguajes.
    Incluso Disney ha censurado dos cuentos del Tío Gilito ─repito, ¡del Tío Gilito!─ por racistas. En fin, a este paso al pobre Gilito le van a prohibir bañarse en su tanque de monedas para no ofender a los más desfavorecidos.
    Queridos, después de tantos sinsabores, creo que ha llegado el momento de que pida hora con mi terapeuta y mi psiquiatra, que lo mío no tiene solución. 

lunes, febrero 06, 2023

Más que compañeros, amigos


Ring.
A Alexis lo conocí en 1992, el día que entré en la redacción del antiguo suplemento "Blanco y Negro" (ABC) con mi trencita parisina de tela multicolor entre mis rizos negros. "Que sepas que yo soy mitad español, mitad cubano. De cintura para arriba, español. Y de cintura para abajo, cubano", me dijo entre risas. Y así es él, el hombre vitamina de la redacción, el más artista a la hora de poner motes a la gente y arrancar las carcajadas en cualquier momento. Los viernes, en los interminables cierres del suplemento "Nuevo Trabajo", cenábamos en el VIPS y volvíamos a las dos o tres de la madrugada a la redacción para ver los ferros y rematar el trabajo con buen humor y sabor a sándwich Vips Club. Y así año tras año, en los suplementos o en el diario, con su picante humor y su arte para animar a los compañeros. Toda una vida.

Ring. Fede, nuestro Fede, el experto en ajedrez, cine, televisión y, sobre todo, sus chicas, sus dos hijas. "Venid a mi sección, que me han mandado piruletas con forma de corazón por el día de San Valentín", comenta entre las mesas de la redacción. Fuera, en la vida, coincidimos en los bares de nuestra zona, la Feria del Libro… Un tío espléndido y gran amigo de sus amigos. Jaque, pero no mate.

Ring. Siempre con una sonrisa. Así es Mariajo, positiva, risueña, alegre y muy currante. "Que sepas que eres mi bruja favorita", me dice entre risas cada vez que nos cruzamos por la redacción. Los últimos años apostó por lo fundamental, su familia. Una persona maravillosa.

Ring. "¿Te gusta cómo me ha quedado el corte de pelo? Ay, ya quisiera Alexis tener mi cabellera", pregunta y se responde a sí mismo Isaac. Nacido en Benidorm, "con mucho orgullo", vino de la delegación de Valencia a Madrid. En la "barra" de la redacción, el lugar donde improvisamos el cóctel de los sábados o fiestas navideñas, nos cuenta con detalle su vida, sus aventuras y desventuras, su pasión por su hija Marina... Qué grande.

Ring. Las primas, Gema y Marisol, la alegría de la sección de Opinión. Cuántas confidencias entre agenda y agenda. Esas noches que se alargan con sentido del humor, esa sidra para celebrar su nueva ubicación. El amor que despiertan en todos los colaboradores y compañeros. El tándem perfecto.

Ring. Carlos, un sol de chaval: atento, educado y supertrabajador. Desde la sección de Economía recorre el pasillo hasta Maquetación. "Perdón, no quiero molestar, pero necesito un adelanto…", dice con una tímida sonrisa. Él nunca molesta, al contrario, alegra la vida. 

Ring. Mapi, la elegancia personificada sobre sus tacones. La única capaz de encontrar la foto más recóndita del archivo de ABC y de explicarnos, mil veces si hace falta, cómo funciona el Quay para localizar cualquier imagen. Pura simpatía.

Ring. Laura es una todoterreno. Siempre con la maleta preparada para partir a cualquier destino: Ucrania, Jerusalén, Kazajistán… Entre su carácter y el mío a veces han saltado las chispas, pero por motivos laborales que se olvidan al cabo de los días o las horas.  

Ring. Con Armando nunca me he relacionado. La fractura entre las nuevas tecnologías (SEO, Internet…) y la redacción de papel es inevitable. Ahora, después de leer su fantástico mail de despedida, me arrepiento de haber perdido esa oportunidad.

El teléfono deja de sonar, paran los despidos y llegan la tristeza, los llantos, la rabia. Sí, todos ellos son unos auténticos profesionales, pero el dolor lo marca el corazón al ver cómo se van esos grandes amigos con los que has compartido tantos años, tantas vivencias, tanto cariño. Nos veremos fuera de esta casa y seguro que el futuro os traerá lo que os merecéis, lo mejor. Mucha suerte, amigos.