Nada más despertarme me he planificado la mañana. Primero, cambiar el interruptor que rompió Álvaro. Segundo, colgar tres cuadros (dos hechos por Álvaro y uno por mí que, falsa modestia, me ha quedado ideal) y, por último, seleccionar las fotos del bautizo de Cayetana y escribir el post. Animada, he despedido a mis hijos al irse hacia el colegio y he cogido la caja de herramientas y los útiles necesarios para la sustitución del interruptor.
Una vez decidida y analizada la escena de actuación, he subido y he quitado los plomos (¡ay, qué responsable soy!). He bajado, he desmontado el interruptor y para mi sorpresa he comprobado que el nuevo se diferenciaba bastante del antiguo. "Seguro que no me cuesta montarlo", he pensado con un optimismo desbordante. Tras varias manipulaciones he dado el trabajo por finalizado. Vuelta a subir, elevo los plomos, bajo y compruebo que no se enciende ninguna luz. "¡Mierda!", le exclamo a Lucas que me observa con atención. Subo, bajo los plomos y vuelvo a desmontar el interruptor. A los quince minutos, vuelvo a subir (¡menuda maratón de escalones!), elevo los plomos, bajo y descubro que sólo se enciende una luz. Por quinta vez, subo, quito los plomos... y ya de mala leche remuevo los cables. Subo, elevo los plomos y, para mi sorpresa y desesperación, veo como está encendida la luz de la despensa, pero al apagarla se enciende la del trastero y, lo peor es que no hay forma de que se apaguen las dos luces a la vez. ¡Siempre se queda una encendida! Subo, bajo los plomos, y me arrastró otra vez más, agotada y derrengada, hasta el jodido interruptor. "Tú no me vas a dominar", le espetó con sudores en la frente. Y al final lo solucioné. Mal, pero lo solucioné (ahora las dos luces se encienden con un solo interruptor), y no colgué los cuadros, y no escribí el post del bautizo y llegué tarde a trabajar, y encima no me dio tiempo a ducharme... Y aquí estoy oliendo a tigre y conectada a internet buscando información sobre cómo se instala un interruptor doble... Porque al final lo conseguiré, faltaría más.
PD. Para quien no lo sepa, Volta fue el inventor de la electricidad, de ahí mi gracieta en el título. ¡Pero qué divertida soy!
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