martes, julio 11, 2006

La barbacoa, la barbacoa


La barbacoa que organizan Mayte y David es otro de mis clásicos del verano. Este año el lugar del evento ha sido el pantano de la Jarosa, en Guadarrama. Como experta en la zona, mi misión fue elaborar un plano para que todo el mundo llegara sin perderse. Me estresé un poco, pero como soy una gran profesional (me tengo que piropear un poco ya que mi jefe no me elogia, je, je. ¿Será porque le demandé?...)cogí mi cámara he hice fotos de todo el recorrido. Un éxito. Todos llegaron sin extraviarse.
El poder de convocatoria fue enorme y el plano, en comparación con la súper comida, fue anecdótico. Al llegar soltamos a todas las fieras (unos quince niños) y nos dedicamos a refrescar el calor, a cotorrear y a zampar de lo lindo. Mientras, los niños trepaban por las rocas, corrían detrás de los balones y, de vez en cuando, nos pedían agua para no deshidratarse.
Después de comer un par de incautos llenaron globos de agua y entretuvieron a los pequeños, que por supuesto ya estaban en bañador. De pronto, nos sentimos como si nos invadieran las tropas de Estados Unidos lideradas por Rambo: todos los niños estaban camuflados bajo grandes cantidades de barro y sudor. Vamos, una guarrada. Impasibles admiramos el panorama. "Cuando lleguemos a casa los metemos en la lavadora", comentó Blanca. "Eso como mínimo. Estoy por tirarlos al pantano y a ver si así podemos identificar cuáles son nuestros hijos", contesté perpleja.

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