lunes, febrero 04, 2008
Enero médico
Llevo tiempo pensando en hacer algún que otro curso de diseño de páginas web o de freehand aunque, tras el tormentoso inicio de año, creo que será mejor matricularme en la carrera de medicina. Mis compañeros me considerarían una experta en cuanto a mi dominio de los distintos términos: diplopia, resonancia magnética... O sobre los tratamientos que se deben aplicar en casos de dermatitis, visión doble, gripe aguda, bronquitis, alergia alimentaria... Sí, el mes de enero ha sido médicamente agotador. El dos de enero Diego comenzó a tener visión doble, rápidamente acudimos a urgencias, pero no pudieron descifrar el motivo de su diplopía, aunque supusieron que sería un áurea de migraña que evita que se desate el dolor de cabeza. A partir de ese momento las visitas al Ramón y Cajal se multiplicaron: neurólogo, traumatólogo, oftalmólogo... Lo que implicó cientos de pruebas y más visitas al hospital. El cansancio y el estrés que se acumuló en mi cuerpo produjeron un bajón de defensas y la gripe aprovechó para invadir mi cuerpo. Un día con 39 de fiebre, dos, tres, cuatro... No me quedó otro remedio que ir ver a mi médico. Diagnóstico: gripe y baja laboral. La mejoría no llegaba sino todo lo contrario, así que después de una semana me enchufaron a los inhaladores. El lunes, pasada una semana, me recetaron antibióticos y el miércoles ampliaron mi cóctel con corticoides ya que la bronquitis asociada a la gripe me estaba destrozando los pulmones. En total, quince días de baja, de fiebre, cansancio y desesperación (¡ni siquiera tenía fuerzas para escribir en el blog!). Hoy me encuentro mejor, más animada y convencida de que me darán el alta... Aunque todo depende de si tengo pitidos al respirar o no.
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