sábado, febrero 07, 2009
El cumple de María
No sé vivir tranquila, sin agobiarme por algo. En una de mis innumerables noches de insomnio, recordé que el viernes tenía la fiesta por el cuarenta cumpleaños de mi prima María y me surgió la gran duda: ¿qué le regalo? Mis neuronas rompieron su descanso y empezaron a lanzar señales eléctricas por todo el cerebro. Sobre las cuatro de la mañana una sonrisa apareció en mi cara... ¡Eureka!, exclamé como Arquímedes.
Para evitar pensar en la crisis (¡fiu, fiu!, la escucho volar muy cerca de mí), centré mis energías en la busca y captura de los distintos regalos y redacté las notas explicativas de cada detalle.
Tras arreglarme como pude (¡menudo estropicio le ha hecho el peluquero a mi flequillo!, ¡parezco Nefertiti!) nos fuimos a Malevos, lugar escogido para el evento cumpleañero. Allí estaba mi prima cuarentona con su marido, su grupo de amigos, su hermano, su cuñada y los primos. Empezamos a tomar el cóctel, beber cerveza, picotear jamón y sorber con placer las copas. Después, llegó la sorpresa de la noche: un encantador vídeo resumen de toda su vida. Seguimos con la tarta, más copas y muchas risas.
-María, toma tus regalos -le dije cuando supe que ya le habían entregado todos y que mi despiste seguía en su línea.
Leyó la primera nota: "Querida prima cuarentona, hay un tema que me preocupa, que me quita el sueño, me desvela, me aturde. Pero antes de que adivines lo que perturba mi mente será mejor que abras el primer regalo para lograr que tu corazón palpite con fuerza".
Rasgó el papel y apareció el libro "El amante de Sanghai", novela pastelosa e ideal para lograr que entre en la materia.
Nota 2: "Ahora que tu corazón palpita es el momento de atacar con fuerza, con erotismo, con pasión, con locura, con desenfreno, con excitación, con lujuria, con frenesí..."
Y descubrió un picardías negro con encaje, un tanga del mismo color y unos pantys.
Nota 3: "A este regalito hay que echarle imaginación. A mí se me ocurren muchas acciones eróticas, aunque no sé si tu mente cuarentona será capaz de adivinarlas..."
"¿Pero qué es esto?", preguntó mi prima al ver los guantes de fregar (de diseño, faltaría) y una espátula de madera.
Nota 4: "Sí, querida prima, lo has adivinado, lo que me preocupa es tu vida sexual... ¡¡Muchas felicidades!! ¡Ah!, un último consejo: después del gozo y la pasión nunca olvides..."
Todo el mundo rió al ver cómo desenvolvía el regalo de forma rectangular, todos pensaron en un juguetito erótico. No, era ¡¡una crema antiarrugas!!, malpensados
¡¡Feliz cumple, María!!
Nos lo pasamos de maravilla
aunque no tomamos tortilla.
(¡Qué rima!)
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