martes, mayo 25, 2010

"Barbiquiu" avileña


En el trayecto hacia las tierras de Ávila, mi cabeza tuneó la canción de los payasos:

¡¡¡Vamos de paseo
pi, pi, pi
a casa de Pepo
pi, pi, pi
¿Cuál es el desvío?
pi, pi, pi
Blanca nos guiará
pi, pi, pi!!!

Y mi adorada Blanca GPS nos hizo girar por todas las rotondas de Ávila antes de llegar al destino. Ella es así, genial.

Las razones de Pepo para invitarnos a su "barbiquiu" eran por todos conocidas: convidarnos por su cumpleaños y organizar entre la panceta y la sangría la próxima escapada de los 27 (niños incluidos) a Peñafiel. 

A los churumbeles las horas se les escaparon entre caballos, ocas, fútbol, pavos reales, risas, peleas con globos de agua, ranas y tortugas.
-¡Un día fantástico!- exclamó Diego.
-¿Podemos comprar esta casa?- preguntó Álvaro emocionado por tanta fauna.

Los menos jóvenes, que no mayores, aderezamos la conversación con plusvalías, movistar, colegios, gadgets tecnológicos, anécdotas del FEM comentadas por los Molina, fichajes futbolísticos y, entre bocado y bocado (¡no paramos de zampar!), intentamos planificar nuestra próxima escapada... Snif, no lo conseguimos.
Miento. Hubo un punto de acuerdo: Tino y JF se comprometieron a comprar churros todas las mañanas. Salvo este mínimo detalle todo quedó en el aire.

Ahora que lo pienso, creo que me he topado con la solución: ¡¡¡repetir la barbacoa para organizar el viaje a Peñafiel!!.... ¡¡¡Tengo que llamar a Pepo y a María!!!

Nota del autor: Omito incluir más imágenes por deseo expreso del anfitrión. Ay, qué mal sientan los años, je, je

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