miércoles, abril 29, 2020

Adiós, Yoda, mi amor


Ésta es la última foto con vida de Yoda. El día era soleado, salimos al jardín e intenté leer. Imposible. Ella me daba con su patita en la rodilla y me entregaba la pelota de tenis para que se la lanzara. Pelota arriba, pelota abajo. Cada dos por tres se acurrucaba bajo mi pierna para que la acariciara y le diera una chuchería. Yoda, mi perrita comilona (¡qué pasión por los plátanos y regañás!). Nadie se imagina cuánto amor nos entregó a la familia, cuánta felicidad hemos vivido a su lado. Recuerdo el primer día que llegó a casa con su pelo negro, su gracioso bigote y esa mirada tan pillina. En cinco segundos se convirtió en el centro, en la estrella más brillante de nuestro universo. Los paseos por el pinar, la playa, las excursiones... Cómo saltaba a la cama para saludarme cada mañana y exigirme sus mimos matutinos. Ver la tele juntas, tumbarse bajo el edredón... Nuestra complicidad. El amor más grande.
Jamás te olvidaré, mi adorada Yoda, y nunca sabrás cuánto has hecho por mí. 

RELATO DE UN ASESINATO
La noche del sábado mi hijo Álvaro paseaba a Yoda con su correa por la calle Asura, cercana a Arturo Soria (Madrid). Un perro de la raza american stanford salió de un chalet, se abalanzó sobre el cuello de mi pequeña schnauzer y la asesinó. Álvaro nos llamó llorando. Diego sin calzarse corrió en su ayuda. Juanfran y yo acudimos en coche. Sobre el asfalto, el cuerpo inerte de Yoda y un río de sangre. Al cabo de una llamada desesperada, en el siniestro se personaron cinco patrullas de Policía. Un tímido latido en el corazón de Yoda despertó nuestra ilusión. En uno de los coches patrulla, me trasladaron a toda velocidad a una clínica veterinaria de urgencias. Yoda no resistió, falleció en mis brazos. Los policías informaron a mi marido y mis hijos de que el chalet era una casa okupada, que ese mismo animal había matado a otro perro hacía una semana, pero que ellos estaban atados de pies y manos, que no podían entrar en la vivienda sin una orden. Nos personamos en la comisaría para denunciar los hechos a la espera de la decisión judicial. Todo depende del juez, de su juicio profesional. Esa bestia animal no puede seguir viva, y los dueños deben ser sancionados, tanto si son okupas como marqueses. Han matado a nuestra mascota y la ley nos debe amparar.
    Los perros son buenos por naturaleza, la maldad se la transmite el hombre.
    Gracias a la policía de la comisaría de Hortaleza por su diligencia, afecto y gran acción (aunque limitada por la ley).
    Yoda, mi amor, mi perrita del alma, siempre estarás en nuestro corazón. Te lloramos, te añoramos tanto, tanto... Tú has sido nuestra canina felicidad.

Perfil de Yoda en Instagram
Sus recuerdos en el blog:

3 comentarios:

  1. Anónimo3:54 a. m.

    ¡Qué tiempos más nefastos estamos viviendo! Aunque parezca que no tiene nada que ver, yo creo que sí. No creo que tanta maldad junta pueda ser fruto de la casualidad. Yo no conocí a Yoda "en persona", solo,por las redes sociales, pero empaticé con ella como con uno más de la familia Alonso Peña. Siempre hay algún perro en mi casa, ahora es una mestiza rescatada de una carretera portuguesa. Por dos veces, otros perros mal adiestrados, o no adiestrados (uno de mis hijos es adiestrador de perros) han tratado de matarla, pero en ambas ocasiones tuvo más suerte que Yoda y sobrevivó. Los perros son mucho mejores que la mayoría de las personas y, sobre todo, dependen de nosotros para todo. Para comer, para beber, para dormir, para jugar, incluso para otras "necesidades". Por mucho que os dijera que lo siento, me quedaría corto. Un enorme abrazo.

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