jueves, mayo 24, 2007

Pedales

La misión del sábado era ir a Guadarrama para traer las bicicletas. Según cogimos el desvío hacia la carretera de La Coruña gritamos ¡qué atasco! Y el teléfono sonó. Era mi hermano Roberto para invitarnos por la tarde a su piscina. Mira, Roberto, casi mejor vamos ahora, en cinco minutos llegamos e improvisamos una comidita, es que hay un atasco..., le dije autoinvitándome y sin darle opción a réplica. Así que la familia Peña-Calle se vio invadida por la familia Alonso-Peña. Los niños según llegaron se pusieron los bañadores y chapotearon en la gélida piscina con Manuela que lucía un modelito morado de neopreno. Cayetana, como era de esperar, estuvo todo el día colgada de su madre (ay, ahijada, qué pesadita eres) y el pollo al chilindrón duró diez minutos en la mesa. A última hora cumplimos con nuestra misión: recoger las bicis.



El domingo nos presentamos en la salida de la carrera ciclista a las once de la mañana. Diego se fue rápidamente con sus amigos Alejandro y Jaime Centeno, Alonso mostraba sus piernas musculosas y se hidrataba para no desfallecer en la competición, Álvaro pedaleaba sobre su bici con ruedines y yo, ataviada con un chándal rosa, me preparaba para correr tras Álvaro y socorrerle en caso de cansancio o ayudarle para que no se chocara contra algún árbol (aún no sabe frenar). Agotadita terminé, Álvaro cogió velocidad y recorrió un amplio trayecto. A mitad de la carrera volvimos mi peque y yo al coche y nos fuimos hasta la línea de meta. Todos llegaron eufóricos y emocionados. Además, en el sorteo que realizaron con todos los competidores, nos tocaron unos calcetines horrorosos y una camiseta aún más fea pero que fue ampliamente elogiada por los niños.





Mamá, ¿me puedo ir a comer a casa de Alejandro?, suplicó Diego. No sé, Diego, comenté. Venga, déjale, apostilló la madre de Alejandro, además también se puede venir Álvaro para jugar con Cristina. ¿Pero estás segura de que te quieres llevar a mis hijos terroristas?, pregunté con cara de sorpresa. ¿Por qué dices eso?, me interrogó Ángeles. Ya sabes que eso es lo que opina el padre de David López... Y ambas reímos.
Así que mi amado y yo disfrutamos de una tarde tranquila de domingo: comimos en un restaurante y vimos "Zodiac" en el cine. ¡Qué lujazo!

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