Domingo. El frío ha vuelto. Comemos en el italiano. Los clásicos dominan la mesa: penne para Álvaro, calzone para Diego y de postre, un tiramisú para Alonso. JF se va al hospital.
-Mamá, ¿podemos ver la tele?
-No.
-¿Jugar a la Wii?
-No. Diego, llama a Stéphan y vete con él en bici a buscar piedras.
-¿Piedras? -pregunta Diego con desidia.
-Sí, piedras.
Vuelven con la mochila cargada. Saco las témperas y creamos las "piedras oníricas". Las horas pasan y ellos se divierten.
Muy hábil...
ResponderEliminar¿Quizás una línea de negocio (lo de las piedras)?
Ay, qué bien me conoces... No descarto ninguna posibilidad, todo es cuestión de crear una moda y conseguir que el mundo infantil abandone los gormitis y se lance a por las piedras oníricas... Esto del ERE despierta las neuronas, je, je
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