martes, octubre 07, 2008

Dolida reflexión

Opinar desde la distancia es muy fácil. Determinar el dolor que sufre alguien sin saber lo que ha sufrido y lo que sufre, también. Pero incluso quien dice zafiedades intenta defender su honor. Es una pena.
Hay gente que calla ante hechos para no generar dolor, que omite su molestia por haber sido apartada, por no haber recibido el cariño de gente a la que consideraba muy amiga, que intenta no crear problemas y se come el orgullo para que la vida sea más feliz. Calló y a cambio tuvo que escuchar una frase que le dañó lo más profundo de su corazón.
La ausencia, el dolor, el amor se agarran con fuerza y jamás se olvidan. Uno puede viajar, ir a una fiesta, reír con los amigos, pero el corazón sigue guardando una espina que se clava y al estar solo te pincha con más fuerza, te desgarra... Aunque, como en todo, hay gente erudita que opina sin saber de qué habla.

4 comentarios:

  1. Anónimo5:26 a. m.

    Muy bonito y muy cierto. Os quiero mucho las dos!!

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  2. Anónimo9:55 a. m.

    Cada vez que abro la puerta para contar mis hazañas y divertimentos, me encuentro sin un ser maravilloso que se deleite con ellos. Que me pregunte mil cosas, máxime si también ha estado, o en otro caso, que disfrute con mis relatos. Un vacio que tengo que asumir y ponerlo en positivo por haber tenido la suerte de disfrutarla tantos años, de un final de su vida con una ternura y cariño admirable, con una sonrisa siempre en su boca aguantando las situaciones tan humillantes de su enfermedad, con la dulzura de estrecharla, casi aplastarla en mis fuertes abrazos, de oir palbras que siempre había querido escuchar. De acompañarla y ayudarla a un adiós a la vida sin angustia. Con una paz interior de haber hecho, quizá no todo, pero casi todo en sus últimos meses. De ser feliz en los días contados para su partida por la comunión familiar que planeo sobre todos nosotros. Y ahora con manos que no me fueron tendidas, se ponen las puñetas como los jueces y sentencian, así se escribe la historia....

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  3. Mucho ánimo, mamá. Te quiero un montón. Y recuerda que lo bonito es lo que queda en el corazón y las palabras se las lleva el viento...

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