lunes, abril 13, 2009

C3PO

-¡Nos vamos a la nieve!, ¿te vienes? -gritaron mis hijos emocionados ante la Semana Santa más fría que yo recuerde.
-No, tengo que limpiar el jardín, id vosotros con papá- les contesté sin confesar que estoy "jarta" de nieve, que ya no la soporto, que necesito sol, buen tiempo...
Al cabo de dos horas me observé de arriba abajo: pelos de loca con leves toques florales (más bien pinchos de rosal), jersey gigantesco, pantalón de pintor, calcetines multicolores, zapatillas de deporte... Suspiré. ¡Menuda pinta!, le dije a la tortuga que contoneaba su caparazón por el jardín a la busca y captura de alguna hoja de lechuga... Como siempre no me contestó. De pronto, me acordé de la serie "Mujeres desesperadas" donde doña perfecta arregla sus flores con un delantal de diseño y en una cestita ideal transporta todas las herramientas. ¿Cómo lo hará?, me preguntaba mientras arrastraba por la calle un enorme cubo de basura repleto de hojas secas y rezaba a todos los santos para que no se cruzara en mi camino algún conocido.
El contenedor me recibió con un tufillo asqueroso, abrí la tapa superior e intenté volcar el contenido dentro. ¡Ay, no tengo fuerzas!, lloriqueé en mitad de la carretera. "Tú puedes, nena", me dije para sacar energías de algún sitio y, no sé cómo, lo logré. Tras vaciar más de quince cubos, retirar el pobre árbol que se heló este invierno, arrancar todas las hierbas salvajes, podar los rosales e intentar desatrancar el sumidero del jardín sentí como cada músculo de mi cuerpo gemía.
-¡Menuda paliza te has dado!, ¡estás loca! -Oí decir a toda mi familia.
Intenté mover la cabeza para asentir, pero no pude. Mi cuerpo se agarrotó y se sublevó contra mis órdenes.
Un hilillo de voz salió de mi boca.
-Alonso ponme una coca light, por favor, es mi último deseo antes de morir...
-Tú siempre tan exagerada -contestó con sonrisa picarona.
-¡¡Mamá!! -grité consciente de que ella me mimaría más- ¡No me puedo mover!
-Espera, hija, que te voy a dar un paracetamol de un gramo.
Han pasado dos días donde cada uno de mis movimientos era como los de C3PO, ¡pero oxidado! Y si a mis agujetas le unimos el estrés acumulado durante el último mes "EREtico", la ansiedad de irme con cien niños a una gimkana en el pinar de Carabaña y mi vuelo en tirolina, el resultado es un desastre de mujer... ¡Divinas vacaciones!

2 comentarios:

  1. Mira el lado positivo: en un futuro, cuando estrenen la secuela de "ERE: The Final Countdown", podrás trabajar de jardinera. Formamos una cuadrilla y curramos en los chalecitos de la sierra. Y tranquila, que las agujetas se pasan en la segunda sesión.

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  2. Si entre la jardinería, las piedras oníricas y mis dotes culinarias (no descarto montar un catering), al final me voy a forrar... ¡Que no nos falten las ideas que el futuro pinta muy negro!
    Ay, no puedo escribir más, que me duele "to". ¿Seguro que se me quitarán las agujetas? No sé.
    Besotes y felicidades por tu blog, esta temporada lo estás bordando, como siempre, querido amigo

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