jueves, septiembre 14, 2006

Seguros, no

No es por nada pero le estoy cogiendo manía a la palabra "seguro". Aún en femenino me inspira más cariño. No sé, será porque siempre me he sentido segura de mí misma. Sin embargo, la vuelta de mi residencia estival me ha hecho odiar la acepción masculina. Todo tiene su explicación. En parte, la culpa la tiene Unión Fenosa. Una avería de la estación eléctrica provocó que se cayeran los plomos de casa. Hasta ahí, todo normal. El gran problema es que cuando ocurrió no había nadie en casa y al volver a los quince días encontramos un espectáculo dantesco: moscas negras y gordas volando por toda la casa, un olor fétido que mareaba las narices y, para mi desgracia, toda la comida del arcón congelador y de la nevera putrefacta. Es decir, más de medio cordero, carne guadarrameña y pescado de diversa índole acabaron con su olor podrido en la basura. Después de limpiar todo a conciencia aplicamos los distintos trucos que nos ofrecían los amigos: "pon un trozo de manzana para que absorba el olor", "no, mejor un vasito de vinagre", "limpia con bicarbonato"... Como no sabía por cuál decidirme, apliqué todos los consejos y rebusqué el seguro de la casa para lograr que me indemnizaran por las perdidas.
Desesperada y de mala leche, cogí el coche y me fui a comprar víveres para alimentar a la familia. Gallardón, el amante de las obras de Madrid, había plantificado unas vallas en una pequeña calle. Pasé por allí con cautela, pero, sin saber cómo, el palo que sujetaba una de las vallas se sintió atraído por mi coche y se acercó sigilosamente. Cuando me quise dar cuenta el retrovisor derecho colgaba sujeto por un cable y el espejo estaba hecho añicos. Mi furia me hizo parar el coche y bajar como una loca. La calle estaba vacía, así que aproveché y me desahogué con la puñetera valla: "¡Tú eres imbécil, pero cómo no te has dado cuenta de que me ibas a romper el retrovisor. Si veo a Gallardón le digo que te despida, estúpida!", grité, pero la valla no me contestó. Ahora estoy buscando el seguro de Línea Directa para ver a qué taller tengo que llevar mi amado Focus. Por favor, que retiren la palabra seguro de los diccionarios.

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