miércoles, noviembre 30, 2016

En ocasiones veo ORNIS



Los setenta marcaron a toda una generación. En aquellos años el gran sueño de cualquier niño era avistar en mitad de la noche un OVNI (Objeto Volante No Identificado). Entonces era habitual leer en los periódicos, escuchar en la radio o visionar en la televisión -sin mando a distancia y solo dos canales-, las historias de los afortunados que habían contactado con una nave espacial procedente de un misterioso y alejado planeta. ¡Incluso informaban sobre humanos que habían sido abducidos por alienígenas!
    Durante mis viajes nocturnos en el asiento trasero del antiguo Seat 131 que conducía mi padre, observaba somnolienta por la ventanilla la negra noche a la espera de que la potente luz de un platillo volante surcara el cielo, se posara sobre un terreno cercano, abriera la puerta futurista de su nave, descendieran unos cuantos extraterrestres y entablaran una conversación extraplanetaria con nosotros. 

    Mi sueño nunca se cumplió, pero el cine me trasladó a otras galaxias a través de grandes películas como  "E.T.", "Encuentros en la tercera fase" o "La guerra de las Galaxias"
   Ahora, en 2016, debo confesar que en ocasiones veo ORNIS. Juro que cuando paseo a Yoda, mi schnauzer miniatura, y la oscuridad inunda el parque aparecen Objetos Rodantes No Identificados envueltos en haces de luces que hipnotizan y desatan la histeria de mi perra que corre tras ellos como una loca entre ladridos. Mi ilusión infantil desata mis  gritos histéricos hasta que descubro la realidad: no es un OVNI, ni un ORNI, ¡es un ciclista con luces multicolores en el casco, la rueda delantera, la rueda trasera y una luz amarilla en el chaleco!
   Eso no se hace, no se juega con el deseo de una mujer nacida en los setenta que cree que ha avistado una nave espacial y resulta que es un ciclista disfrazado de feria ambulante! No hay derecho.

viernes, noviembre 11, 2016

¿Cruise, Douglas o Trump?


Todo el mundo, partidarios y detractores, opina sobre la victoria de Donald Trump en la últimas elecciones de Estados Unidos, pero a mí lo que realmente me preocupa es si Trump se pronuncia Tramp o Trump.
   Desde hace unos años algunos listillos han decidido cambiar la pronunciación de nuestros clásicos pero, aunque se rían de mí, defenderé mi spanglish. Por ejemplo, a mi adorado Tom Cruise, que me enamoró en la película "Top Gun", ahora la gente lo llama Tom Crus, cuando toda la vida hemos dicho Tom Cruis. A la cuenta de Gmail (gemeil) los modernillos la nombran yimeil. Primark se ha convertido en praimarc y los locales ahora no tienen Wifi (güifi) sino guaifai. Por no hablar de los DVD (deuvede) que los ingleses denominan dividí (¿pero qué dividen?). Eso sí, una cosa tengo clara: Kirk Douglas (duglas) es el padre de Michael Douglas (daglas) y Sharon Stone es Charito Piedra. ¡Con un par! (With a pair)

lunes, noviembre 07, 2016

Citas entre desconocidos


Desde hace unos meses tengo citas con desconocidos. Hombres y mujeres, jóvenes y adultos. No me importa su condición, solo el intercambio.
   El proceso es sencillo: el móvil suena y una notificación en el chat desata la conversación entre dos extraños.
   ─Me interesa. ¿Aún lo tienes? ─pregunto.
   ─Sí. ¿Vives en Madrid? ─contesta Antonio (nombre que indica su perfil).
   ─Sí.
   ─¿Te viene bien quedar en la salida del Metro Arturo Soria?
   ─Perfecto, pero tendría que ser por la mañana, antes de las doce.
   ─¿Podrías este jueves?
   ─Sí.
   ─Entonces quedamos el jueves a las 11:oo en la salida del Metro.
   ─Ok ;-)
   ─Nos vemos.
   El día acordado, a la hora establecida, me presento a mi cita con Antonio, el desconocido del que solo sé su nombre. Un hombre sale por la puerta de la parada del suburbano, cruzamos nuestras inquietantes miradas, nos observamos con intriga hasta que él se acerca y pregunta con curiosidad:
   ─¿Emma?
   ─Sí. ¿Antonio?
   ─Exacto.
   Tras saludarnos con los dos típicos besos españoles, me entrega el paquete.
   ─Toma, comprueba si realmente te interesa.
   Observo el interior y sonrío. Justo lo que quería. Del bolso extraigo el dinero acordado y abono la transacción. 
   ─Ha sido un placer.
  ─Lo mismo digo.
  ─Espero que lo disfrutes ─dice Antonio antes de perderse de nuevo por la boca del Metro.
  Vuelvo a casa con mi gran adquisición: una encuadernadora para organizar todos los papeles y trabajos de mis hijos. ¿Realmente me hacía falta? No lo sé, pero entre compras y ventas, Wallapop me está enviciando.


sábado, octubre 08, 2016

Dos amigas en la Women's Night de Bauhaus

Blanca y yo, una bricoamistad

─Me voy. Hoy preparas tú la cena ─comento a Alonso mientras busco las llaves del coche por el salón.
─¿Adónde?
─Al curso de bricolaje.
─¿A estas horas?
─Sí, esta noche es la Women's Night de Bauhaus y me he apuntado con Blanca.
─En fin, pues disfruta porque si me quisieras ser infiel no se te ocurriría una excusa tan compleja, así que debe ser verdad ─contesta socarrón.
    A las diez de la noche, en el aparcamiento de Bauhaus, una cola enorme de mujeres espera su turno para que les entreguen la acreditación y confirmen el grupo del taller al que deben acudir.
    "¡Alguien está apuntado a introducción de la herramienta!", grita una de las organizadoras. El ataque de risa nos domina a Blanca y a mí, que miramos con perplejidad y asombro las mesas que han preparado en el exterior para que picoteemos unas cuantas croquetas, hamburguesas, tartaletas, unas copas de vino y, para crear ambiente, música de los ochenta de fondo. Al cabo de un rato, el organizador del evento da la bienvenida al bricogineceo y nos indica dónde se va a impartir nuestro curso "Iniciación al bricolaje".


¡Mujeres, manos a la obra!

Dos mesas alargadas albergan a más de veinte mujeres. José, nuestro experto y maestro fontanero y electricista, nos instruye en la colocación de un grifo en el lavabo y cómo montar un enchufe (macho y hembra). Debo decir, con la modestia que me caracteriza, que me sentí una alumna aventajada por ejercer tanto tiempo de manitas de mi casa, pero la experiencia fue fantástica: un día de amigas, confidencias entre destornilladores, copas de vino, enchufes y muchas risas por nuestro súper plan para la noche del viernes con... ¡diploma incluido!
¡Viva la amistad y Bauhaus!



miércoles, septiembre 21, 2016

Gracias de ❤




Me encanta cumplir años, no por hacerme más vieja sino por descubrir a mis amores, la gente que me quiere y me hace sonreír. Mil gracias a todos por vuestras felicitaciones, me hacéis feliz y podría ser más cursi, pero me reservo para el año que viene ─los años despiertan la fibra sensible y nos hacen perder la timidez─. ¡Sí, soy una chica diez (4+6=10) con amigos que valen un potosí! Os quiero. Gracias de 

jueves, agosto 18, 2016

Mis fantasmas


Habéis sido vosotros, lo sé. Siempre a mi lado, cuidándome, cuidándonos.

7:30 de la mañana
Un ruido se cuela en mis sueños, una cascada de agua, gotas que caen con fuerza, rebotan contra el suelo... La potencia aumenta por momentos y me aleja de mi placentero sueño hasta que la intensidad del agua me despierta. Abro los ojos. El ruido continúa, no se detiene. Llueve, pienso legañosa, diluvia. Me levanto de la cama, me asomo a la ventana y contemplo el cielo azul sin una nube, sin una peca de color blanca en el horizonte. No entiendo nada. ¿Se estará duchando alguien? No, todos duermen. Desciendo por la escaleras a la planta baja, me dejo guiar por el sonido del agua y por mis pies empapados sobre la tarima del salón. El latiguillo que une el grifo con la tubería del lavabo ha explotado y un potente géiser deja escapar el agua. Grito hasta despertar a Alonso que corre en busca de unas tenazas para cerrar la llave de paso. Una gran ola de líquido transparente recorre el salón, el baño y parte de las escaleras. 

8:00 de la mañana
Tras rellenar dos cubos con el agua escurrida de la fregona, el suelo vuelve a su estado natural. Me acomodo en el sofá con el camisón empapado, mi cansancio y sonrío. Mis fantasmas me han salvado. Ayer por la tarde llegamos de Oliva y justo esta mañana ha explotado la tubería. Si llega a ocurrir hace quince días ─o tres o dos o uno─ la casa estaría inundada, los muebles estropeados y el suelo y la pintura destrozados. Una pesadilla para nosotros y para el seguro. En cambio, mis fantasmas han conseguido que sucediera durante los dos únicos días que iba a estar en Madrid y me han sabido despertar de mi placentero sueño. 

9:00 de la mañana
Me siento en el parque con mi Kindle, el último libro de Vargas Llosa y Yoda, mi pequeña schnauzer. Sonrío al recordar mis fantásticos días en Oliva. Las palabras claves me bombardean: paella, amigos, excursiones, tinto de verano, windsurf, familia, playa, cine de verano, gin tonics, paseos con mi perra, risas, karts, moreno, Oli-ba-ba, libros y, por fin, una auténtica desconexión del mundo virtual aderezada con otro móvil roto (¡no me ha durado ni cuatro meses!).

11:30 de la mañana
Tras dos latiguillos nuevos, el asesoramiento de mi ferretero y una llave tubo del diez para desenroscar las tuercas del grifo mi mundo vuelve a la normalidad. Seguiré con mis vacaciones con la tranquilidad de saber que ellos siempre están ahí, mis queridos y amados fantasmas. Os quiero.

jueves, julio 14, 2016

Mi friki parque


Dos mujeres vestidas con ropa deportiva de primeras marcas sudan la gota gorda mientras realizan flexiones y corren alrededor de unos macizos de flores. Protegido bajo la sombra de un árbol está su entrenador personal al que pagan un pastón para que las haga sufrir. Un masoquismo deportivo que no llego a comprender. ¿No sería mejor destinar ese dinero a una sesión de spa o un masaje sensorial?
     A mi lado, una mujer negra vestida con un uniforme rosa que trabaja en alguno de los chalets cercanos pasea a un pastor alemán. Su gesto muestra desagrado, tal vez ella no contaba con que entre sus misiones de servicio doméstico debiera pasear a un animal, que de cachorro era muy mono y ahora es un estorbo para sus dueños.
     Por la pista que circunvala el parque corren como conejos varios runners. Algunos alegran la vista con sus macizos cuerpos y músculos; otros dan ganas de llorar al ver sus caras congestionadas, su respiración entrecortada y el movimiento desgarbado de sus piernas.
     ─¡Buenos días! ─me saluda uno de los jardineros que está eliminando las malas hierbas entre las lavandas─. Hoy has madrugado.
     ─Sí, para aguantar mejor este calor.
     ─A mí me vas a contar...
     Yoda, mi pequeña schnauzer, se acerca hasta él moviendo el rabo para que la mime con unas cuantas caricias.
     En la isleta central del lago artificial juegan varios perros mientras sus dueños presumen sobre las hazañas de sus canes. Les saludo a todos con educación y me alejo lo antes posible: nunca he soportado a las madres de los parques infantiles que hablaban exclusivamente de sus bebés y tampoco aguanto a los que sólo hablan de sus mascotas. Sí, soy rarita, pero me gusta pasear en silencio y soledad para analizar a la gente, las situaciones de mi alrededor e intentar arreglar el mundo con mis ideas peregrinas.
     Un hombre mayor, con la cabeza cubierta con un sombrero de explorador, se acerca hasta el lago con una gran caja triangular de madera donde guarda su tesoro, un gran velero que en breve surcará las aguas.
     Otto, Mori, Balto, Kira, Tula, Kenia... Conozco los nombres de muchos perros, pero desconozco cómo se llaman sus dueños. A ellos les ocurre lo mismo, ahora yo soy la dueña de Yoda, la friki que pasea con un cliquer y un bolso en bandolera que guarda en su interior un bebedero de agua plegable, chuches y el móvil para hacer fotos en instagram a su perra. Sí, tal vez sea la más chalada del parque, pero me encanta. 

La cuenta de Yoda en Instagram:  
@yoda_schnauzer

viernes, junio 24, 2016

Mis lecturas a besos o versos



Muertos, escorpiones, sueños, una granja, sombras... Palabras que aparecen en los títulos de los últimos libros que he leído y me han hecho sentir y vivir grandes historias. 
  • "El libro de los Baltimore", de Joël Dicker (Alfaguara)
    Novela perfecta para el verano con los ingredientes más refrescantes: amistades de juventud, familia, un gran amor, nostalgia... Marcus Goldman ─protagonista de "La verdad sobre el caso Harry Quebert"─ vuelve a nuestras vidas relatando su propia historia.
    Frases de halcón:

    "Cuando estoy con ella no te estoy engañando a ti. Estoy engañando a mi propia tristeza".
    "¿Por qué escribo? Porque los libros son más fuertes que la vida. Son su mejor revancha"
  • "La granja", de Tom Rob Smith (Black Salamandra)
    La estabilidad de Daniel se desequilibra cuando su padre le cuenta que su madre está loca y ha tenido que ingresarla. Y se desmorona cuando su madre huye desesperada y le pide ayuda para desenmascarar a su padre, un asesino. Versiones opuestas, posibles crímenes... Un gran thriller.
    "Una gran amistad puede barrerse en una tarde, un amante se convierte en un enemigo con una sola confesión"
  • "Enterrad a los muertos", de Louise Penny (Black Salamandra)
    El inspector jefe Gamache, pese a estar de baja laboral, se topa en Quebec con un cadáver en el sótano de una vieja biblioteca, el escenario perfecto para una gran trama plagada de misterio e historias paralelas.
  • "Algunos de los crímenes más atroces que he visto los han cometido mujeres. No se dan tantos casos como entre los hombres, pero a ellas se les da mejor esperar el momento perfecto"
  • "Flores cortadas", de Karin Slaughter (Harpercollins)
  • Los dramas personales pueden destrozar una familia y distanciar a dos hermanas durante más de veinte años hasta que la tragedia vuelve a golpearlas de forma inesperada y resucita el misterio que siempre las ha perseguido: ¿qué sucedió con Julia, la hermana mayor que desapareció con 19 años? La intriga está servida.

  • "Y nunca se lo he dicho a nadie, pero ser mala me sentó de puta madre"
  • "Rosy & John", de Pierre Lemaitre (Alfaguara)
    "Camille", de Pierre Lemaitre (Alfaguara)
    Mi gran sorpresa de este año fue el escritor Pierre Lemaitre. La primera novela que leí, "Alex", me atrapó y decidí seguir los casos del comandante Camille Verhoeven plagados de sucesos al margen de la ley, dolor personal y personajes con alma propia. Muy recomendable.
    "Olvidar es inevitable. Pero olvidar no es sanar"
  • "Te quiero porque me das de comer", de David Llorente (Editorial Alrevés)
    Un asesino en serie en Carabanchel, un chaval apocado que se convierte en médico y es admirado por todo el mundo... Un barullo de historias que al principio te descuadran y poco a poco empiezan a tomar sentido. Una novela muy original, aunque no sé si a todo el mundo le gustará. A mí sí, desde luego.
    "
    Quería dejar atrás toda esa mierda, pero es imposible: (vayas donde vayas) los recuerdos siempre te los traes contigo. 
  • "Pasaje en las sombras",  de Arnaldur Indridason (RBA)
    El análisis forense determina que la muerte de un anciano no ha sido muy plácida: falleció asfixiado con una almohada. Al registrar su casa, localizan unos recortes del asesinato de un chica en 1944 tras el Teatro Nacional de Reikiavik. Dos crímenes, sesenta años de diferencia... Pura intriga.
  • "La conspiración de los mediocres" de Ernesto Mallo (Editorial Siruela)
    Novela negra que se desarrolla en Argentina, en la época en que la Triple A, una organización terrorista de extrema derecha que combate los movimientos de izquierdas que dominan el país. En este escenario, el comisario Lascano debe resolver el asesinato de un ex miembro de las SS y proteger su vida.
  • "Controlaré tus sueños" de John Verdon (Rocaeditorial)
    Tomé el libro con emoción, con ganas de reencontrarme con David Gurney, su mujer y su maravillosa granja, pero hay amores que no aguantan el paso del tiempo y el nuestro se terminó. Aún así, siempre entretiene.

    Ahora, en mis manos: "Donde los escorpiones", de Lorenzo Silva.

jueves, junio 16, 2016

Las vacas miran al Norte y en Islandia no hay hormigas


No puedo presumir de ser una experta en física cuántica, ornitología o bioquímica. En cambio, domino ciertas cuestiones difíciles de clasificar. Lo confieso soy una experta en friki-informaciones-absurdas
─Mamá, ¿te has dado cuenta de que los apellidos de todos los islandeses terminan en -son? ─comenta mi hijo Álvaro mientras ve el partido de la Eurocopa que disputan Portugal e Islandia.
   La pregunta me hace feliz. Hace poco leí un libro policíaco que se desarrollaba en ese país y descubrí que los apellidos islandeses son patronímicos. Es decir, se toma el nombre del padre en genitivo y se le añade la terminación -son (para un niño) y -dóttir (para una niña). Por ejemplo, el apellido de mis hijos sería Juanfranson. Para confirmar la información acudí a San Google y me emocioné. No sólo confirmó mis conocimientos sino que además descubrí que...

"Islandia es el único país donde no hay hormigas"

   ¡Qué fuerte!, si no hay hormigas tampoco habrá osos hormigueros, que devoran más de 35.000 hormigas diarias. O puede que en una época remota los osos hormigueros extinguieran la población de hormigas con sus trompas aspirador y por culpa de su glotonería hormiguil fallecieran por inanición. 
¡Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!

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En nuestro último viaje a Asturias por el enlace de mi padre, Álvaro, que ha heredado mis genes friki-informaciones-absurdas, nos desveló un gran secreto mientras miraba por la ventanilla del coche...

"Siempre que una vaca come mira hacia el Norte"

¡La leche! (y no la de sus ubres). Toda mi vida sin norte y sin saber dónde está el Norte y ahora resulta que para orientarme en el mundo sólo debo fijarme en unos cuantos rumiantes, eso sí que estén comiendo.

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Para aquellos interesados en friki-informaciones-absurdas podréis descubrir unas cuantas muertes absurdas y la historia de los ventiladores asesinos coreanos en los siguientes enlaces.

El ventilador asesino

Desajuste mortal



martes, abril 26, 2016

¡No voy a votar el 26 de junio!


¡No voy a votar en las próximas elecciones del 26 de junio!
Tal vez haya gente que me critique por no participar en el proceso democrático, pero mi decisión es producto de una gran reflexión. Recuerdo cuando cumplí 18 años, la emoción que me produjo saber que podía votar. Desde entonces jamás he fallado a la llamada de las urnas. Mi voto (siempre secreto) nunca ha sido fiel a ningún partido. Salvo radicalismos, he apostado por distintos bandos. Si el partido llegaba al gobierno y no cumplía lo acordado en su programa (sí, leo los programas) o abusaba de su poder perdía mi confianza y no volvía a recibir mi humilde voto. 
Durante muchos años el bipartidismo ha dominado la escena política en España y los excesos por parte de gente inmoral parecían impunes: corrupción, colocaciones a dedo, contrataciones sin concurso, sobornos... Los españolitos decidieron en las últimas elecciones cambiar el panorama político: los votos se distribuyeron entre distintas formaciones y llegó el caos. Los políticos no han sido capaces de formar gobierno (ese es su trabajo, que conste) y por su inutilidad nos vemos abocados a unas nuevas elecciones que suponen (¡átate los machos!) un gasto estimado de 160 millones de euros. Repito: 160 millones de euros 
¿Acaso España ─un país en crisis con más de un 20% de paro─ se puede permitir ese gasto? Os daré la respuesta: no, es una auténtica vergüenza. Por tanto, todos los políticos de las formaciones que han sido incapaces de formar gobierno deben dimitir por ética, porque no han hecho bien su trabajo y porque si están en ese puesto es por la gente que ha confiado en ellos y les ha dado su voto. 
No voy a votar en las próximas elecciones, no voy a perder mi tiempo (lo valoro mucho) en ir al colegio electoral, no voy a participar en esta vergonzosa farsa política que va a costar a las arcas españolas 160 millones de euros. 
Una idea: ¿no sería más beneficioso para España encerrar a los diputados en el Congreso hasta que formen gobierno y ahorrarnos 160 millones de euros?

P.D: Siento hablar de política pero estoy muy, muy quemada y a través de la escritura desahogo mi ira.

domingo, abril 10, 2016

Mi frikismo particular


Domingo, 9:30 h de la mañana, una leve resaca navega por mi cerebro por los excesos de la cena y copas en casa de unos amigos. El despertador del móvil insiste con su insoportable sonido, extiendo la mano, apago el teléfono y miro por la ventana. Una pena, no llueve. Los nervios me hacen saltar de la cama, vestirme con mis mallas y aparejos de adiestramiento. 
Yoda eleva sus graciosas orejas al verme bajar las escaleras. Hoy es nuestro último día del curso de obediencia canina que imparte El perro pirata en el parque Juan Pablo II. Después de un mes, Yoda debe pasar el examen final: una sucesión de ejercicios en un circuito cuadrado.
Antes de salir de casa me preparo mi Coca-cola light con hielo, coloco a Yoda en el maletero, cojo mi cliquer (herramienta para el adiestramiento canino), los premios y arranco hacia la prueba final.
No lo dudéis, la fuerza nos ha acompañado y hemos aprobado con una calificación excelente. Cómo se nota que soy una friki de mi perra, acudo a cursos, paseo hasta el infinito y más allá y soy el hazmerreír de mis hombres que soportan con estoicismo mi frikismo perruno.


¿Aprobaré el examen?


viernes, abril 01, 2016

Soy una perdida


Desde la ventana de cristal, en mi día de libranza, observo al fondo la sierra nevada de Madrid. No recuerdo la última vez que cogí un autobús interurbano, tal vez hace veinte años. Me dirijo a Collado Villalba, un destino inusual en mi vida. El silencioso movimiento del moderno vehículo me adormece y sueño con el inicio de mi odisea.
─Emma, tú sí que eres una perdida.
Mis brazos sujetan el libro "Lugares oscuros", de Gillian Flynn, la autora de "Perdida", el gran éxito literario de hace unos años. No contesto a Alonso, ni siquiera sonrío, no tengo argumentos para rebatir su afirmación y encima el libro no me está gustando.
Semana Santa, mi madre con sus mimos, Julian y su sabrosa cocina, los tres perros, los niños, Guadarrama, amigos, las partidas de parchís, Alonso, las excursiones, el vino, el cuscús, las risas... Salvo por mi presencia, todo es perfecto. 


Mi perdición: los perros, mi coche y mis gafas de sol

Porque no te lo vas a creer pero...
  • ¿A quién se le ocurre dejar la funda con las gafas de sol graduadas encima del techo del coche para ubicar a los perros en el maletero, arrancar a toda velocidad y percatarse del despiste treinta kilómetros después? Gafas perdidas
  • ¿Quién es capaz de volver a perder la única llave del coche en una excursión, avisar a la grúa para trasladarlo al taller, que desmonten la cerradura y solicitar nuevas llaves en la central?
    Coche perdido
  • ¿Quién puede pensar que al llamar a la perra en vez de volver por el puente que ha atravesado ataje saltando un pequeño muro y se caiga al agua del estanque?
    Perra chapoteando, dueña perdida de los nervios intentando salvarla

Sí, soy una perdida y ahora me dirijo después de cinco días sin coche al taller de Villalba a pagar un pastón para recuperar mi automóvil con dos puñeteras llaves nuevas. Lo sé, una perdida, un desastre, un auténtico caos, pero tengo un tesoro: mi familia y una madre fantástica que hasta se convirtió por unos minutos en agente de tráfico para facilitar las maniobras de la grúa. 


Detrás, el estanque del chapuzón


sábado, marzo 19, 2016

Runners vs. paseadores de perros

Sé que con esta entrada en el blog voy a despertar la ira de muchos amigos deportistas que corren cual gacelas por las calles y parques de Madrid, que sudan la gota gorda preparándose para alguna maratón y cuidan su cuerpo con dedicación. En el fondo les envidio. Las pocas veces que he intentado practicar el running me he zambullido de cabeza en el ridículo por mi congestión (me pongo roja como un gazpacho), mi respiración estilo Darth Vader por mi incipiente ataque de asma y mis lorcillas bailando a ritmo de samba. Lo reconozco, tiré la toalla pero me convertí en una caminante profesional. Todos los días paseo un mínimo de hora y media con paso acelarado, estilo y glamour. Antes podía remolonear en la cama y fallar alguna vez a mi compromiso, pero desde que tengo a Yoda, mi pequeña schnauzer miniatura, no hay excusa posible.
Nuestros paseos rozan la perfección hasta que aparece un ser trotando con camiseta fosforita, zapatillas brillantes y unas mallas ajustadas en los muslos. Mi perra observa su presa, prepara la posición y sale en estampida tras el extraterrestre fosforito que ha invadido el pinar, tras ese conejo sin orejas puntiagudas pero más veloz que el correcaminos, la presa perfecta. Mi corazón palpita, grito Yoda, la tiento con una cuantas chuches, pero el amor es ciego y ella solo tiene ojos para el extraterrestre.
A ver, queridos runners, ¿es necesario que vistáis con esos modelos multicolores tan espantosos? ¿No os importaría llevar un silbato para avisar de vuestra presencia y así sujetar con antelación a mi perra y evitar mi posible paro cardíaco? En fin, queridos runners, debemos admitir que nuestro amor es imposible.

jueves, marzo 10, 2016

Facebook ya no es lo que era...


Imaginad: Madrid, mayo de 2008 ─como decía la abuelita de la mítica serie "Las chicas de oro"─, aquel año creé mi cuenta en Facebook, cuando la red social en España acababa de desembarcar y poca gente se había conectado. Recuerdo que mi grupo de amigos era de treinta y dos personas y entonces me parecía una barbaridad. En aquella época los muros sí que eran personales: fotos del verano, familiares, fiestas, viajes, eventos sociales... En mi caso, muchas imágenes y enlaces a mi diario-blog para que mis amigos accedieran con facilidad. Poco a poco Facebook aumentó su tamaño. Con ilusión descubrí personas del pasado, amigos que había perdido... El tiempo pasó y mi cuidado sobre lo que publicaba se incrementó para intentar proteger la intimidad de mi gente. Alguna entrada de mi blog levantó ampollas en conocidos más o menos cercanos e inevitablemente implanté mi propia autocensura. De la auténtica libertad pasé a un mínimo control sobre lo que escribía en el blog o las fotos que publicaba en Facebook. Respecto a mi imagen o mi forma de ser no me contuve: siempre me he reído de mí misma y no pienso cambiar (si alguien se ofende tiene la absoluta libertad de dejar de seguirme o bloquearme)
Desde hace unos meses barajo la idea de abandonar Facebook porque no se ajusta a los principios de su inicio. Seré sincera: me harta ver en los muros las propuestas políticas del partido afín de cada persona (¡no me interesa!), estoy hastiada de las frases de Paolo Coehlo, Pablo Neruda o Mario Benedetti que se repiten semana a semana; me dan mucha pena los niños con enfermedades o desaparecidos pero siempre dudo de la veracidad; no soporto que me pidan firmar cada dos por tres por una causa en change.org; me irrita que a través de las cookies detecten mis gustos y me bombardeen con cientos de anuncios... En fin, que la red social Facebook se ha convertido en una red política, poética o publicitaria y reconozco que me cansa. Aunque, como todo, aún mantiene parte de su encanto.
Seguiré pensando...

viernes, marzo 04, 2016

Tengo un don (que no un dron)

Cada persona tiene un don, un arte que lo caracteriza y hace genial. No pienso echarme flores, ni enumerar las cosas que hago bien, ni explicar mis habilidades adquiridas a lo largo de más de cuarenta años, pero hay una característica en mi ser que me hace si cabe más especial. No es fácil realizarlo con mi estilo y glamour (repito, he tardado años en perfeccionar mi técnica). Lo confieso: soy una experta en caerme al suelo. Sí, tal y como suena. Mi no parar se paraliza cuando me estampo. Oye, que no todo el mundo puede hacerlo con mi gracia y estilo. Que hoy por ejemplo he pisado mal con el pie izquierdo, me he caído y me he rebozado cual croqueta por el césped del pinar bajo la mirada atenta de Yoda, mi schnauzer miniatura. Por suerte, que siempre es de agradecer, no había público para aplaudir mi hazaña. Eso sí, con mi súper estilo me he levantado, he sacudido la tierra de mis mallas, colocado la coleta de mi pelo y he continuado con dignidad, como si fuera la reina de los pinos. Ay, hacía tanto tiempo...

Enlaces con mis caídas ilustres:

lunes, febrero 22, 2016

Desastre imperfecto


El mundo parece feliz. Yoda y yo por el pinar, pino arriba, pino abajo. Ella libre como el viento, rebozándose en el césped, corriendo tras la pelota que le lanzo, conociendo otros seres caninos... Una hora paseando, el método ideal para quemar calorías, disfrutar de la naturaleza y comprobar la inteligencia de Yoda que acude a mis silbidos y está pendiente de mi posición. Todo parece perfecto hasta que descubro mi imperfección. Miro mis manos, vacío mis bolsillos, palpo mi cuerpo en busca de escondites secretos... "¡No puede ser, Yoda! ¡He perdido la llave del coche!", grito entre los pinos con la mirada atónita de la perra. En el coche, bajo el asiento delantero está escondido mi bolso con la cartera, mi documentación y las llaves de casa. En la guantera, la tarjeta de acceso al trabajo... Mi mente bulle. No tengo otra llave de repuesto y no sé cómo se lo voy a explicar a Alonso. Mantengo la calma porque este tipo de situaciones me suceden con frecuencia. Debo desandar lo andado. Retomo los caminos del pinar y me siento como el personaje de un cuento infantil perdido por el bosque, sin recordar exactamente si había tomado el camino de la derecha o la izquierda. A mi mente acuden la Virgen del Carmen y San Antonio ─a los que siempre rezan en caso de extravío mi suegra y mi madre─ y les suplico que aparezcan la llaves. "Busca, busca", ordeno a Yoda que no entiende mis palabras.
Al cabo de un kilómetro y medio y la desesperación dominando mis nervios veo a dos mujeres, corro hacia ellas con desesperanza. 
─Perdonen, ¿no habrán encontrado una llave de coche?
Ambas, vestidas con gran estilo, me miran con media sonrisa y me hacen feliz.
─Sí, estaba tirada en mitad del camino. La hemos dejado sobre ese poyete que está ahí a lo lejos.
Tengo ganas de abrazarlas, de invitarlas de desayunar, de hacerme íntima amiga suya.
─Mil gracias, de verdad. No os imagináis lo que estaba sufriendo.
Vuelvo con Yoda, mi llave de coche engarzada en el llavero de Minnie, la pelota, la correa y adorando a San Antonio, la Virgen del Carmen y esas dos mujeres encantadoras que me han hecho feliz.
Alonso, no te lo vas a creer pero... ¡Hoy la suerte me ha sonreído, he encontrado una aguja en el pajar! ¡La fuerza me acompaña!

jueves, febrero 04, 2016

Cuestión de carácter


El frío amanece en Madrid. Por el parque Juan Carlos I me cruzo con un corredor y una señora mayor que pasea a su perro. "¡Lo que voy a disfrutar cuando Yoda pueda salir a la calle!", pienso sin sentir los dedos helados de mis manos. La música suena en el único casco que se cuela por mi oído derecho. Me gusta la soledad matutina. En mi mente surgen mil ideas, argumentos que quiero desarrollar, alguna que otra maldad... Por más que intento caminar por las zonas con sol mi cuerpo no entra en calor. Sin ningún tipo de pudor elevo la bufanda circular de mi cuello para cubrir mis orejas. Mis rizos se escapan por los laterales y mi imagen pierde todo su glamour. "Que no aparezca nadie conocido", suplico mientras acelero el paso con mis pintas y buen humor. 
Sonrío. Los retazos de recuerdos del pasado y el presente reafirman la fuerte personalidad de mis hijos. Diego, con tres años, me suplicaba cada mañana que le pintara en la frente con el lápiz de ojos el rayo de Harry Potter ─su gran ídolo de aquella época─ y se iba al colegio tan feliz con sus "súper poderes". Álvaro, al contrario que su hermano, odia Star Wars, pero es un fan absoluto de "Los mercenarios 2", interpretada por grandes estrellas como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Los pósters del film presiden la pared imantada que le pinté este verano. 
A Diego le gusta la pizza, el sushi y la Coca-Cola (todo lo que odia su hermano). A Álvaro le gustan los espaguetis boloñesa, el jamón serrano y el Trinaranjus (todo lo que odia su hermano). Solo coinciden en una puñetera cosa: su pasión por el Real Madrid (el equipo que odia su madre atlética)

La pared imantada con los posters de "Los mercenarios 2"

martes, enero 12, 2016

Año nuevo, vida nueva

El año pasado se quedaron en el tintero de la intimidad varias historias que no se pueden contar: un accidentado viaje, comidas con gente que hay que mantener en el anonimato y muchas cenas y fiestas con familia y amigos, esos grandes amores con los que mi locura y desenfreno gozan de absoluta libertad. 
El problema de la red social es que todo se convierte en público y hay que saber dónde marcar el límite para proteger el espacio personal y la imagen de la gente de alrededor. Desde pequeña, los diarios ─íntimos y personales─ me han acompañado: cuadernos que rellenaba con mis historias y codificaba cuando debía proteger algún secreto por si alguien descubriese el escondite de mi tesoro escrito. 
Caí en la tentación ─inevitable en mi ser─ de las nuevas tecnologías y este blog virtual sustituyó al papel. Mi entorno, mis fieras y mis locas aventuras coparon este ínfimo espacio de la Red. Lucas y Kaos, las mascotas más queridas, protagonizaron grandes entradas, pero desaparecieron de nuestras vidas y dejaron un gran vacío. 
Desde hace unos cuantos años un runrún perturbaba mis sueños, un deseo se colaba en mi mente cada vez que paseaba por el parque, tenía una necesidad que implicaba una gran responsabilidad... En casa se sucedieron los debates y las votaciones hasta que se consiguió una mayoría simple con dos votos a favor, una abstención y un voto en contra. Ahora que todos se han enamorado de Yoda, la votación sería cuatro votos a favor.
Es para mí un honor y una satisfacción presentaros a un nuevo miembro de este blog, a Yoda, a la pequeña schnauzer, a mi nuevo amor.